iii Points celebra lo mejor de la electrónica y el arte de Miami + las actuaciones de Flight Facilities y ESTA

El paso del huracán Matthew a punto estuvo de arruinar un año de preparación de la edición 2016 (la cuarta) del festival iii Points, en el que me estrené este año en su último día, y que, por cierto, debe su nombre a los tres puntos y pilares que se dan cita durante los tres días que dura la reunión: música, arte y tecnología. Tecnología no vi demasiada, pienso en una furgoneta en la que te hacían las uñas y que proyectaba porno desde unos televisores, pero no me parece algo muy logrado. Luces, sonido, escenarios, eso lo hay en todos los festivales, quizás no miré bien. Arte, en Wynwood, sobra. Y música, había mucha y muy variada, principalmente electrónica en cada esquina, algo de rock en uno de los escenarios medianos, y rap y hip-hop en algún que otro espacio.

Nacido en 2013 como un escaparate del otro Miami, el festival ha ido incorporando a los artistas locales con los que empezó a otros internacionales de renombre, para juntos a traer a un público joven deseoso de alternativas a la escena comercial típica del área, y que por cierto, en un emplazamiento como Mana Wynwood es una delicia. Comida de restaurantes del área, instalaciones artísticas, un crowd muy enrollado, y la situación en el barrio de moda de Miami, completaron un domingo de lo más interesante.

En el ‘main stage’ se dieron cita cientos de asistentes el domingo (aunque en general hubo menos afluencia de público que el día anterior, por lo que me contaban en una arepera próxima, y es que ya sabemos cuánto les gusta a los americanos irse a casa pronto) para disfrutar del live set de Flight Facilities. Con su vocalista Michaela Baranov al frente, y su estilo amigable, se metieron al público en el bolsillo desde la primera canción. Fue mi primera vez escuchando y viendo al dúo australiano, que con su mezcla de electrónica, disco, y ese halo de pop independiente que aporta la voz de Michaela, se deja disfrutar fácilmente. Desde su cabina en forma de torre de control aeroportuaria fueron lanzando temas que el público bailó con ganas.

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En otro de los escenarios vi al segundo y último artista de la noche para mí, ESTA (no confundir con la autorización para viajar a EE.UU.). El DJ, de origen filipino pero criado en LA, fue un descubrimiento total por mi parte. Ya me habían hablado de lo que hacía, pero comprobarlo en persona fue genial. Entre las canciones más puramente electrónicas colaba pequeños samples o instrumentales, a veces quizás sólo un estribillo, de temas de principios de la década de los 2000 pero que bien podrían encajar como temas de los 90 porque, al menos en los que me fijé, aún conservan la esencia de años atrás. El apoteósico instrumental del final de ‘Like I Love You’ de Justin Timberlake fue uno de ellos, o el principio del remix de ‘I’m Real’ de Jennifer Lopez con la colaboración de Ja Rule fue otro. Y es que pinchar temas de los 90 y 2000 es fácil, reconocer cualquiera de los tres remixes de oro que JLo lanzó en tornó al año 2001 y 2002, ‘I’m Real’, ‘Ain’t It Funny’, o ‘I’m Gonna Be Alright’ no es tan sencillo y sí digno de admirar. Creo que con estos dos comentarios se entiende qué clase de sesión fue. Si les van estas mezclas, no dejen de verlo en cuanto puedan.

Y así fue como mi brevísima noche musical llegó a su fin para correr a casa a subtitular vídeos del debate presidencial. Hazte con uno que pueda cubrir satisfactoriamente tanto un festival como un debate político, sin duda. Ya saben.



Consejos para el año que viene en cuanto a entradas, porque la organización hizo algo un poco feo el último día, mientras que compensaron a los asistentes que sufrieron toda clase de retrasos en las actuaciones el viernes por los últimos coletazos del huracán Matthew con la posibilidad de entrar gratis el domingo, a los que llegamos el último día a última hora, nos encarecieron la entrada hasta la friolera de 100 dólares por apenas 5 horas de música (o 3 en mi caso) y con una asistencia muy pero que muy baja. Luego me di cuenta de que muchísimas personas trataban de deshacerse de sus tickets por fuera, pero yo ya había comprado así que era demasiado tarde… y demasiado injusto.

¡El que avisa no es traidor!