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Una inspección denuncia las pésimas condiciones sanitarias en un centro de refugiados en Países Bajos

La Haya, 4 oct (EFE).- Los inspectores de salud en Países Bajos denunciaron este martes las pésimas condiciones sanitarias de recepción de solicitantes de asilo en un centro del pueblo neerlandés de Ter Apel, cerca de la frontera con Alemania, y advirtieron de que los bebés y los ancianos corren el riesgo de desarrollar problemas de salud.

A pesar de las advertencias lanzadas a principios de septiembre por los inspectores, hoy en día aún hay muy pocas duchas y baños disponibles en Ter Apel, donde cientos de personas esperan en el pasillo para iniciar sus procesos de asilo en Países Bajos, y tampoco hay suficiente supervisión médica para los refugiados.

Los inspectores visitaron Ter Apel la semana pasada y se encontraron que el lugar seguía estando hacinado, los baños disponibles estaban sucios, y la gente estaba sentada “demasiado cerca unos de otros”, en un polideportivo “frío, con corrientes de aire constantes, sucio, y con riesgos para la salud pública”.

“Esta situación es más aguda para los más vulnerables, como los bebés y los niños pequeños, los ancianos y las personas con alguna enfermedad o discapacidad. El riesgo para la salud se ve incrementado por los numerosos movimientos entre los refugios de emergencia”, añade la inspección, que visitó la explanada, el polideportivo y el albergue nocturno del centro de recepción de refugiados de Ter Apel.

En agosto, un bebé de tres meses murió en este mismo lugar por causas aún desconocidas, en una época en la que hasta 700 personas habían estado durmiendo al aire libre por falta de camas, mientras esperaban su turno para solicitar refugio en el país. “La gente en la cola usa ropa de verano y chanclas. Estaba claro que estaban congelados”, dice ahora la inspección.

Además, al menos 300 menores sin sus padres esperaban pedir asilo, a pesar de que este centro sólo está preparado para recibir a 55 menores no acompañados, y esta es ya la segunda vez que los inspectores alertan sobre la situación de los menores que llegan solos a Países Bajos, una denuncia también lanzado por Unicef.

La principal causa de esta crisis no es la llegada de un mayor número de refugiados, sino la falta de viviendas regulares para unos 17.000 refugiados a los que ya se ha concedido su permiso de residencia, pero que siguen ocupando camas en los centros destinados a personas que aún están tramitando su solicitud de asilo, lo que tiene bloqueado el sistema de recepción.

Además, los diferentes municipios no están cooperando con la agencia central de recepción de refugiados, mientras las organizaciones eclesiásticas del país han ofrecido alojamiento en iglesias vacías y parques vacacionales para miles de refugiados a los que ya se ha autorizado su asilo en Países Bajos.

(c) Agencia EFE