¿Has intentado tocarle ahí? Esto es lo que pasará (si te deja)

En las parejas hetero hay límites infranqueables de los que casi nadie habla: la estimulación anal masculina es uno de ellos. Que lo sepáis: os estáis privando de un gran placer mutuo

Un nuevo estudio demuestra que la estimulación prostática mejorarían la calidad del placer sexual obtenido. (Foto: Getty)
Un nuevo estudio demuestra que la estimulación prostática mejorarían la calidad del placer sexual obtenido. (Foto: Getty)

La manipulación manual u oral del ano masculino es fuente de gran placer, y se trata de una cuestión anatómica: más o menos a un dedo de profundidad a partir de la abertura anal se encuentra la próstata, descrita como “el punto P”, un sitio de placer masculino semejante al famoso punto G.

Y sí, para los incrédulos, resulta que la estimulación anal puede ser más placentera que la del pene. Es lo que viene a decir la revista Clinical Anatomy en un artículo sobre el orgasmo masculino. Los prejuicios y el miedo han eliminado esta práctica de las relaciones sexuales entre hombres y mujeres. Hay miles de foros con discusiones interminables acerca de si un hombre hetero que disfruta la estimulación prostática es gay o si lo que nos gusta hacer (y que nos hagan) para alcanzar el placer no tienen nada que ver con la orientación sexual.

Pero claro, todavía, para muchos hombres, el mito de la homosexualidad es un imperativo que les impide aventurarse en los placeres ‘traseros’. Sin embargo, el sexo anal está siendo una alternativa cada vez más buscada en el juego erótico y puede que la fisiología le esté ganando la batalla a los prejuicios.

Los especialistas aconsejan dar via al libre al placer dejando fuera del sexo los imperativos externos, las inhibiciones y las creencias erróneas. ¿Por qué no ceder o alternar el rol tradicional de género? (Foto: Getty)
Los especialistas aconsejan dar via al libre al placer dejando fuera del sexo los imperativos externos, las inhibiciones y las creencias erróneas. ¿Por qué no ceder o alternar el rol tradicional de género? (Foto: Getty)

Hablamos del ‘pegging’ un término que, en un contexto sexual, se refiere al sexo anal donde una mujer penetra analmente a un hombre, en la mayoría de los casos usando una correa en el arnés del consolador. Pero bueno, hasta llegar aquí hay otros pasos previos como el anilingus, también llamado ‘beso negro’, prácticas que ganan popularidad en las relaciones formadas por miembros de ‘mente abierta’.

El caso es que un nuevo estudio podría tirar por tierra este tabú sexual (el de sexo anal) al demostrar que los orgasmos a través de la estimulación anal son mucho más intensos que los obtenidos a través de la única estimulación del pene.

Para ello compararon ambos tipos de estimulación sexual y analizaron cómo se produce el orgasmo masculino. Los resultados son sorprendentes ya que confirman que cuando hay una estimulación prostática con la estimulación anal, se activa un placer mucho más intenso. Por el contrario, si las eyaculaciones son inducidas mecánicamente y carecen de contracciones pélvicas, tienen poco valor erótico.

Así es un orgasmo ‘clásico’

El orgasmo masculino inducido por el pene se caracteriza por presentar dos etapas diferenciadas:

  • La primera iniciada por las contracciones de las vesículas seminales. Luego tienen lugar las contracciones prostáticas. En esta etapa, el hombre tiene la sensación de que, inevitablemente, va a eyacular.

  • La segunda etapa es aquella en la que el fluido seminal se dirige hacia la uretra. La musculatura perineal impulsa al esperma a lo largo de la uretra para ser expulsados ​​forzadamente, en diferentes fases de expulsión. Con cada expulsión, se produce una sensación de placer intenso que gradualmente disminuye con la eyaculación.

El orgasmo normalmente tiene lugar de forma conjunta con la eyaculación, pero los dos procesos son, de hecho, independientes.

¡No pongas esa cara hombre! A veces está bien permitirse recibir en vez de dar, incluso nuevas experiencias. Verás qué sensación si le dejas a tu chica experimentar el ‘honor’ de administrarter placer y… ¿algo de dolor?(Foto: Getty)
¡No pongas esa cara hombre! A veces está bien permitirse recibir en vez de dar, incluso nuevas experiencias. Verás qué sensación si le dejas a tu chica experimentar el ‘honor’ de administrarter placer y… ¿algo de dolor?(Foto: Getty)

Y luego está este…

De acuerdo a algunos investigadores, el punto G masculino, situado en la pared rectal, es similar al punto G en las mujeres, ya que activa el orgasmo cuando es estimulado.

La estimulación de la próstata, genera en algunos hombres una erección, pero no en todos. Una buena cantidad de hombres afirma tener episodios extremos de sacudidas antes de que ocurran los orgasmos inducidos y cuando lo hacen, son infinitamente más placenteros que los obtenidos a través de la estimulación del pene.

A pesar de estos resultados, aún no es clara la razón por la que ocurre el placer anal en los hombres. Algunos investigadores afirman que la clave está en los nervios que pasan sobre la glándula o plexo prostático, mientras que otros afirman que el placer se obtiene de los nervios de la misma próstata.

Por su parte, otros investigadores explican que la razón está en un “cableado” del cerebro que es necesario para apreciar los efectos de la estimulación de la próstata. Esto significa que gracias a cierta plasticidad neuronal, el cerebro se adapta para experimentar sensaciones de placer en esa zona.

¿Tú que crees? ¿Has probado ambos? ¿Es cierto que el ‘pegging’ crea sensaciones de placer mucho más intensas, superiores a las obtenidas por estimulación del pene?

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