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Problemas con la bebida podría deberse a 29 factores de riesgo genético, según estudio

En un nuevo estudio, investigadores de Yale han identificado 29 factores de riesgo genético que pueden llevar a problemas con la bebida (Getty Images).
En un nuevo estudio, investigadores de Yale han identificado 29 factores de riesgo genético que pueden llevar a problemas con la bebida (Getty Images).

De acuerdo a Nielsen, los expertos han advertido una y otra vez sobre los peligros del alcoholismo desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, especialmente después de que las ventas de alcohol por internet aumentaran un 243 % en marzo y las ventas totales (más allá de la modalidad de la compra) aumentaran un 55 % a finales de marzo. Y aunque factores ambientales como el estrés y la depresión pueden desempeñar un papel en el consumo excesivo de alcohol, los investigadores saben desde hace años que la genética también es un factor importante. Ahora los investigadores de Yale han identificado 29 factores de riesgo genético que pueden conducir a un consumo problemático.

El estudio, publicado el lunes en la revista Nature Neuroscience, realizó un metaanálisis de datos genéticos de 435 000 personas procedentes de cuatro biobancos distintos. Los investigadores buscaron variantes genéticas compartidas entre las personas que cumplían con los criterios de consumo problemático de alcohol, como consumir más de 14 medidas de alcohol a la semana.

En base a sus análisis, los investigadores descubrieron 19 nuevos factores independientes de riesgo genético vinculados al consumo problemático de alcohol que compartían las personas que formaron parte de la muestra y confirmaron 10 factores de riesgo que ya habían sido identificados en investigaciones anteriores.

De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), cuando el problema con la bebida se vuelve severo, recibe el nombre de “trastorno por consumo de alcohol”. El trastorno por consumo de alcohol es una enfermedad cerebral crónica recurrente caracterizada por el consumo compulsivo de alcohol, por la pérdida de control con la bebida y por expresar un estado emocional desagradable cuando no se bebe, dicen los NIH.

El Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, por sus siglas en inglés) estima que, en Estados Unidos, 15 millones de personas sufren un trastorno por consumo de alcohol.

Los problemas con el consumo excesivo de alcohol son un “problema enorme en Estados Unidos y el mundo”, explica a Yahoo Life el coautor Joel Gelernter, profesor de genética y neurociencias en la Facultad de Medicina de Yale. “A lo largo de los años, se han hecho muchos progresos para comprender cómo funciona biológicamente este trastorno y existen algunos tratamientos efectivos, pero los estudios genéticos tienen el potencial de descubrir mecanismos biológicos anteriormente desconocidos”.

Hang Zhou, científico investigador asociado en psiquiatría en la Facultad de Medicina de Yale y autor principal del estudio, señala que su trabajo no es perfecto. Para empezar, su equipo solo estudió datos genéticos de personas con ascendencia europea. “Los antecedentes genéticos son diferentes de una población a otra”, le contó a Yahoo Life. Además, señaló, estos hallazgos no pueden determinar cuál es el riesgo para una persona en concreto, sino cuál puede ser el riesgo para un grupo de personas.

Desafortunadamente, indicó Gelernter, no existe forma de que la persona promedio sepa si tiene estas variaciones genéticas. “Pero es importante tener en cuenta que los trastornos por consumo de alcohol son muy complejos desde un punto de vista genético”, explica. “Quiero decir, que no hay un gen o algunos genes que por sí mismos aumenten el riesgo de forma considerable”. Para comprender la forma en que los genes aumentan el riesgo, es importante estudiar muchos genes a la vez, comentó Gelernter, “y luego, con nuestro nivel actual de conocimientos, seguiríamos hablando de un aumento tan pequeño del riesgo que la información no sería útil desde un punto de vista clínico”.

Por eso Gelernter recomienda mirar el historial familiar para ayudar a determinar el propio riesgo. “Las personas que tengan importantes antecedentes familiares de consumo abusivo de alcohol pueden considerar consumir alcohol solo teniendo mucho cuidado o evitarlo por completo”, dice. Y, por supuesto, beber menos alcohol puede reducir el riesgo de desarrollar trastornos por consumo de alcohol, indicó Zhou.

“Por otras investigaciones, sabemos que la genética tiene un rol”, le explicó a Yahoo Life el experto en adicciones Kevin Gilliland, psicólogo clínico y director ejecutivo del centro de tratamientos ambulatorios Innovation360 con sede en Dallas. “Lo que estamos intentando es ser más específicos. Cuanto mejor nos conozcamos genéticamente, más podremos profundizar en qué individuos tienen un mayor riesgo y ofrecerles un mejor tratamiento si surge un problema”.

Los tratamientos para los problemas con el alcohol varían e incluyen opciones como medicamentos y terapias conductuales, y, en algunos casos, según MedlinePlus, un servicio de información en línea producido por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. En casos más extremos, estas personas se podrían beneficiar de un tratamiento intensivo, como un centro de tratamiento residencial, pero la recaída es común y los tratamientos actuales no son perfectos.

Gelernter comentó que él y sus colegas esperan encontrar “nuevos objetivos farmacológicos que eventualmente podrían mejorar el tratamiento”, gracias a su trabajo.

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Korin Miller