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Japonismo: lo que te falta para alcanzar una vida plena

Aprovecha tus días de descanso para poner en práctica esta filosofía de vida y enriquecer tu mente a través del wabi-sabi (la naturaleza efímera de la vida), el kintsugi (la reparación de la cerámica quebrada con oro) o el kaizen (técnicas de formación del hábito)

Parte de la filosofía y estrategias de la cultura japonesas nos pueden ayudar a superar algunas de las dificultades, obstáculos y problemas de la vida cotidiana. (Foto: Getty)
Parte de la filosofía y estrategias de la cultura japonesas nos pueden ayudar a superar algunas de las dificultades, obstáculos y problemas de la vida cotidiana. (Foto: Getty)

Sé que suena muy friki pero ahondar en nuestro interior y dedicar una pequeña parte de nuestro tiempo libre a aprender cosas nuevas no solo resulta gratificante sino también sanador.

Ya sea el cambio de mentalidad, sacar tiempo para apreciar una buena taza de té o salir a dar un paseo enérgico por el campo; estas y otras técnicas pueden resultar de gran valor para todos los que estamos saturados, nerviosos, ojerosos, agotados o presionados. Lo que Erin Niimi Longhurst, escritora y bloguera anglo-japonesa, te propone en Japonismo es que hagas tuyas algunas de estas costumbres niponas para intentar tener una vida más feliz, sana y reflexiva.

Algo tan sencillo como poner té verde en un tazón y verter agua caliente es más que un gesto. Se trata de un rito en el que se da más importancia a un estado mental de armonía, respeto, pureza y tranquilidad. (Foto: Getty)
Algo tan sencillo como poner té verde en un tazón y verter agua caliente es más que un gesto. Se trata de un rito en el que se da más importancia a un estado mental de armonía, respeto, pureza y tranquilidad. (Foto: Getty)

El término ‘japonismo’ se usó por primera vez a finales del siglo XIX para describir la afición de Occidente por el arte, la cultura y el diseño japonés, un interés que ha crecido enormemente en los últimos años y ha abarcado desde la música hasta el cine, pasando por la gastronomía y el arte. Pero existen muchos aspectos de la vida cultural japonesa que pueden aportar mucho al mundo occidental.

Gracias al ‘Shinrin-yoku’ (baños de bosque), a la caligrafía, al ‘Ikebana’ (el arte del arreglo floral), a la ceremonia del té y a su relación con la comida, los japoneses logran alcanzar la plenitud mediante el ejercicio de sus tradiciones, filosofías y artes. Erin Niimi Longhurst, escritora y bloguera anglo-japonesa, nos explica cómo incorporar estos aspectos del Japonismo a nuestro día a día.

Tradiciones como <span class="cb-itemprop">el <em>origami</em> (papiroflexia) o</span> la caligrafía japonesa aportan calma, felicidad y reflexión a través del aprecio de los momentos tranquilos y ricos, cotidianos y felices que nos acompañan en el camino. (Foto: Getty)
Tradiciones como el origami (papiroflexia) o la caligrafía japonesa aportan calma, felicidad y reflexión a través del aprecio de los momentos tranquilos y ricos, cotidianos y felices que nos acompañan en el camino. (Foto: Getty)

Se trata de aceptar y gestionar la brevedad de la vida y a hallar la belleza en el caos más desordenado, y te enseñarán a amar y valorar tus cicatrices. “Todo ello tiene que ver con ser capaces de aceptar que todo tiene un final y que siempre habrá cosas que salgan mal, sin llegar a adoptar una actitud nihilista. Y en lugar de perseguir la inalcanzable meta de la perfección, te encontrarás hallando realización y serenidad en lo que tienes delante de ti: se trata de poder decir -No soy perfecto y no pasa nada-”, explica la autora.

Podemos por ejemplo, salir a darnos un ‘baño de bosque’. Acuñado por el ministro de Agricultura japonés en la década de 1980, el Shinrin-Yoku se utiliza para describir la práctica de reponerse sumergiéndote en la naturaleza; una práctica avalada por infinitos estudios científicos que está ampliamente aceptada por su valor terapéutico tangible.

Caminar por la naturaleza con los cinco sentidos promete hacernos más saludables, creativos y felices. (Foto: Getty)
Caminar por la naturaleza con los cinco sentidos promete hacernos más saludables, creativos y felices. (Foto: Getty)

También podemos sobreponernos al fracaso o la pérdida mediante el ‘Kintsugi’, el arte de reparar cerámica con esmalte dorado. Las piezas que se hacen añicos se reconstruyen, y el trazo de oro las hace todavía más bellas de lo que eran en su estado original. En lugar de ser desechado o lamentar sus defectos, el objeto es ahora más preciado que nunca, al convertirse su desfiguración o defecto en su fortaleza gracias al arte del kintsugi, que aumenta su belleza.

El concepto de ‘Kintsugi‘ es una metáfora muy potente que no se usa únicamente con los objetos. Es muy importante e incluso empoderador pensar en ella, especialmente en los momentos más difíciles. Igual que lo amargo hace que lo dulce sea más dulce, las dificultades con las que nos encontramos –la

pérdida, las traiciones, los corazones rotos, las decepciones- son parte de nuestra historia y de nuestra identidad. Y en lugar de esconder las cicatrices que nos dejan, el ‘Kintsugi‘ nos invita a

apreciarlas, tanto a ellas como a la forma en que nos definen. Porque nada en esta vida se rompe de verdad, por mucho que nos duela en el momento. Ser capaces de hallar la felicidad y la belleza en las imperfecciones y apreciarlas es lo que hace del kintsugi algo tan importante.

Los seis pasos para disfrutar del ‘Shinrin-yoku’

1. Los aparatos se quedan en casa

Para poder sumergirnos completamente en la naturaleza y obtener todos los beneficios del shinrin-yoku, debemos desconectar todos nuestros aparatos, sobre todo el teléfono móvil, y cualquier cosa que nos mande notificaciones, y nos distraiga del momento presente.

2. No sigas un camino definido

Absorber todo lo que nos rodea -las vistas, los sonidos y los olores- es parte del proceso de curación. Lo último que necesitamos es distraernos, estresarnos, ponernos nerviosos u obsesionarnos con seguir un camino definido o con ver un lugar emblemático concreto. Hay que dejar los mapas en casa.

3. Empápate del entorno

La idea es conectar con el paisaje que nos rodea y no mirar el reloj; identificar las distintas variedades de árboles o plantas; contar los anillos del tronco de un árbol, etc. El fin del shinrin-yoku no es ir de un punto a otro, sino saborear los momentos y la calma del camino. Es caminar sin rumbo fijo.

4. ¡Silencio, por favor!

Si vamos con alguien, habrá que acordar pasar un rato en silencio para poder reflexionar y centrarnos en nosotros mismos. Escuchar a nuestra mente y a nuestro cuerpo y conectar con la naturaleza de forma contemplativa. No es el momento de ponerse al día.

5. Ejercita la conciencia plena

Hay que procurar dejar los problemas emocionales en casa. El objetivo de esta práctica es aclarar la mente y aprovechar este rato para escapar. Tras descansar la mente, lo veremos todo con mayor claridad.

6. Descansa cinco minutos, o diez, o veinte …

El ‘Shinrin-yoku’ no es una excursión o una prueba de resistencia. Podemos descansar a menudo y absorber todo lo que nos rodea.

¿Crees que estas estrategias puede ayudarnos a sobrellevar el caos y la imprevisibilidad de la vida diaria? ¿Sueles poner en prácticas otras técnicas de relajación y meditación, cuáles?

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