El nuevo jefe electoral de Florida no debe titubear al denunciar las mentiras de Trump | Editorial

El nuevo secretario de Estado de Florida supervisará las elecciones en un campo de batalla fundamental donde las elecciones presidenciales de 2000 se decidieron por 537 votos y dirigirá una oficina recién creada para investigar los delitos electorales.

Con tantas responsabilidades, es preocupante (aunque no sorprendente) que Cord Byrd no pudiera dar una respuesta directa cuando se le preguntó el pasado martes si el presidente Joe Biden ganó las elecciones de 2020.

Los altos funcionarios electorales no deberían titubear cuando enfrentan una pregunta tan sencilla. Los jueces estatales y federales —algunos nombrados por el presidente Donald Trump— desecharon más de 50 demandas infundadas que impugnaron los resultados de 2020. Incluso el exsecretario de Justicia de Estados Unidos, Bill Barr, también nombrado por Trump, dijo que no había evidencia de un fraude electoral generalizado. Eso está respaldado por funcionarios electorales de ambos partidos en todo el país, incluyendo un funcionario de Georgia al que Trump presionó para “encontrar” votos.

Pero Byrd titubeó al responder las preguntas de los periodistas en su primera conferencia de prensa. Tal vez sintiendo que repetir la gran mentira electoral de Trump sería ir demasiado lejos, hizo un pobre intento de doble discurso.

“Fue certificado como presidente. Es el presidente de Estados Unidos”, dijo Byrd sobre Biden. “Hubo irregularidades en algunos estados. ... Yo no soy el secretario de Estado de Wisconsin o Pensilvania o Arizona. Eso depende de sus votantes. Nosotros, en Florida, tuvimos unas elecciones exitosas en 2020. Y eso es lo que quiero seguir teniendo en 2022”.

Byrd debería saber que las palabras tienen peso. La desinformación llevó al ataque sin precedentes del 6 de enero contra el Capitolio de Estados Unidos.

Byrd era un representante estatal con poca experiencia en la supervisión de elecciones cuando fue designado por el gobernador Ron DeSantis para reemplazar a Laurel Lee, quien se postula para el Congreso. Lee, también nombrada por DeSantis, se ganó elogios por su imparcialidad en la supervisión de las elecciones de Florida en 2020, que fueron consideradas un éxito para un estado una vez famoso por la disfunción electoral.

Byrd ha sido conocido como un legislador hiperpartidista que respaldó el mapa de modificación de distritos congresuales que DeSantis forzó ante los legisladores y que perjudica la representación de la gente afroamericana en el norte de la Florida y que fue impugnado en las cortes. También impulsó otras prioridades de DeSantis, como el controversial proyecto de ley “antidisturbios” presentado después de las protestas del movimiento Black Lives Matter en el verano de 2020 y la represión sobre las “ciudades santuario”.

Su esposa es más conocida por sus publicaciones en redes sociales apoyando los disturbios del Capitolio —que describió como una protesta pacífica—, la teoría conspiracional de QAnon y los Proud Boys, así como por las referencias a las “próximas guerras civiles” entre la derecha y la izquierda.

Ambos, marido y mujer, fueron premiados por su lealtad a los elementos más radicales del Partido Republicano. DeSantis nombró a Esther Byrd para la Junta de Educación estatal en marzo.

La recompensa de Cord Byrd incluirá ahora la dirección de la Oficina de Crímenes y Seguridad Electorales, creada por los legisladores del Partido Republicano a pesar de que no hay evidencia de fraude electoral generalizado en el estado. Tendrá un poder sin precedentes para investigar supuestas irregularidades electorales.

La forma en que usará ese poder será importante. Las elecciones de Florida —incluida la victoria de DeSantis en 2018— suelen decidirse por márgenes muy estrechos. Cualquier voto que se deseche pudiera marcar la diferencia.

Si Byrd quiere que los floridanos confíen en que realizará su trabajo de manera imparcial, debería revisar su comentario más reciente.