Anuncios

Jeff Bridges, el hombre que se enamoró locamente de una sola mujer

Jeff Bridges y su esposa, Susan Geston
Jeff Bridges y su esposa, Susan Geston

Pocas son las parejas de Hollywood que consiguen sobrevivir con éxito el paso de los años y ellos, están dentro de ese número. Tras 45 años de amor y una familia consolidada con hijos y nietos, Jeff Bridges y Susan Geston son unos de los matrimonios más sólidos del mundo del espectáculo hollywoodense y un gran ejemplo de que con amor, tolerancia y respeto todo se puede.

Si bien el actor debutó en la pantalla grande a principios de los ’70, desde que se casó ha logrado una exitosa carrera que ha prosperado durante casi 50 años. Protagonista de numerosos films, este hombre de ojos claros y una gran altura ha sabido ganarse el cariño de dos generaciones de espectadores con éxitos como: King Kong, Los fabulosos Baker Boys, El espejo tiene dos caras y El Gran Lebowski, entre otros.

Michelle Pfeiffer: de cómo el romance prohibido con John Malkovich la condujo al amor de su vida

A pesar de la fama, los premios acumulados y el reconocimiento obtenido, este hombre de mil facetas (además de actor es productor, músico, fotógrafo, dibujante, narrador y viticultor) jamás olvidó que es lo que más alegría y satisfacción le ha dado a lo largo de estos años: su familia. “El tiempo pasa muy rápido y es muy valioso, por eso lo mejor es pasarlo con los seres amados”, confesó orgulloso de lo que ha construido junto al amor de su vida.

Un amor que nació en el set

Cuando Bridges conoció a Geston se enamoró a primera vista. En aquel entonces, él estaba filmando en Montana, Estados Unidos, Rancho Deluxe (1975) y ella trabajaba como camarera para pagarse la carrera de actuación. “Estaba haciendo una escena con Sam Waterston y Harry Dean Stanton y no pude apartar los ojos de esta preciosidad(...). Una hermosa chica con dos ojos negros y la nariz rota. La yuxtaposición de esa desfiguración y la belleza me atrapó”, confesó el también músico en una entrevista con Sunday Today. Cabe aclarar que el particular rostro de Geston se debía a un reciente accidente de tránsito.

Con 26 años y un buen historial de aventuras románticas y coqueteos con el LSD, Bridges supo que ella era la indicada. El actor no pudo dejar de mirarla durante el resto de la jornada y, al terminar, se armó de valor y la invitó a salir. Sin embargo, para la estudiante de drama el flechazo no fue tan inmediato y se negó. Hay una foto de ese preciso momento que Jeff guarda en su billetera como si fuera un tesoro, a pesar de la invitación fallida.

Al estar en un pueblo pequeño era probable que los jóvenes volvieran a cruzarse y así sucedió. El reencuentro se dio en la fiesta de despedida de la película, donde bailaron y terminaron enamorándose. “Bailamos y nos enamoramos y boom, eso fue todo”, recordó el protagonista sobre esa noche que le cambiaría la vida para siempre.

Jeff Bridges junto a su esposa, Susan Geston, en Londres en 1990
Jeff Bridges junto a su esposa, Susan Geston, en Londres en 1990


Jeff Bridges junto a su esposa, Susan Geston, en Londres en 1990

Sin embargo, su relación no empezó hasta después de otro encuentro que tuvieron y que ambos recuerdan como la primera cita. Bridges le pidió que lo acompañara a visitar, junto con un agente inmobiliario, una casa que quería comprarse. “Mientras caminábamos había una voz en mi cabeza diciendo: ‘Estás visitando una casa con tu futura esposa’ (...). Me sentí acorralado, no por Sue sino por mí mismo. No podía soportar que el amor de mi vida se me escapara entre los dedos, pero al mismo tiempo tenía miedo de declararme”, confesó, entre risas. Si bien el contexto era poco habitual para declararse, parece que esa caminata por la ribera de un río en unas tierras idílicas le dio el valor necesario para hacerlo y desde entonces no volvieron a separarse.

A pesar de tener en claro su amor por ella, al actor le costó dar un paso más en la relación. El miedo a perder su independencia o a tomar decisiones importantes no era la primera vez que no lo dejaba avanzar con su vida. Fue así como tardó dos años en pedirle matrimonio, aunque a decir verdad fue un ultimátum de ella en 1977 el que le dio el empujón final para concretar su deseo. “De repente me vi a mí mismo de viejo pensando dónde estaría aquella chica de Montana y diciéndome: ‘¿Por qué no te casaste con ella?’ Luego pensé: ‘bueno, siempre podés divorciarte’”, reveló, con cierta picardía, sobre cómo finalmente se convenció de pasar por el altar.

La fórmula perfecta para un matrimonio duradero

Jeff Bridges y su esposa, Susan Geston
Agencias


Jeff Bridges y su esposa, Susan Geston (Agencias/)

A pesar de sus éxitos de taquilla, su fama internacional y sus siete nominaciones al Oscar (una de las cuales ganó en 2010 con su película Loco corazón), este artista nunca se deslumbró con las luces de Hollywood, de hecho siempre aseguró que nada se puede comparar con su familia, su mayor alegría.

Sin dudas, Susan o “Sue” (como él la llama) es, fue y será el motor de su vida. La mujer que siempre lo empuja a superar sus miedos, ya sea un nuevo proyecto, una decisión vital o un obstáculo. Y con la que pudo formar esa soñada familia, actualmente integrada por sus tres hijas Isabelle (escritora), Jessie (guitarrista) y Haley (diseñadora) y sus dos nietos Grace y Ben. De hecho, las fotos de ellos besándose en las alfombras rojas o contemplándose dulcemente dan cuenta de los enamorados que están a pesar de las vicisitudes que la vida les ha puesto en el camino.

¡Whisky!  Jeff Bridges y su mujer, Susan Geston, pura sonrisa durante evento en California.
¡Whisky! Jeff Bridges y su mujer, Susan Geston, pura sonrisa durante evento en California.


¡Whisky! Jeff Bridges y su mujer, Susan Geston, pura sonrisa durante evento en California.

Ahora bien, ¿cuál es la clave para que el amor permanezca intacto a través de los años? En una reciente entrevista con la revista People, Bridges reveló que el secreto de su matrimonio de 45 años es el respeto mutuo. “Somos bastante diferentes como personas y lo celebramos en lugar de hacer que eso nos separe. Respeto su sabiduría. Realmente he sido bendecido”, reflexionó orgulloso de su compañera de vida.

En cuanto a su técnica ante las discusiones, confesó: “Cuando surgen esos grandes desafíos, esos trastornos en una relación, esas son oportunidades reales para conocerse más y tener más intimidad, tratar de ver qué es lo que hace que el otro funcione”. Teoría que volvió a confirmar en su libro The Dude y el maestro zen: “‘Es que no me comprendés, es que no me entendés’. Y es verdad. No nos conocemos del todo. Nunca podré conocerla del todo y ella tampoco a mí, pero con cada batalla, cada vez estamos más cerca de entender que ese ‘no conocerse’ es lo que tenemos en común. Que pasaremos por nuestras cosas, que tendremos momentos difíciles, pero que lo haremos juntos”, señaló.

El amor y el respeto es el mejor legado que un padre puede dejarle a sus hijos y al parecer, Bridges y Geston también tienen un diez en la materia. De hecho, Isabelle (la mayor de la pareja) ha confesado en más de una oportunidad que el matrimonio de sus padres la ha inspirado a lo largo de los años. “Se aman y pasan tiempo juntos. Se esfuerzan por hacerse preguntas sobre lo que le interesa al otro”, reveló orgullosa quién recientemente ha realizado junto a su padre un libro de aventura para niños.

Su familia, su sostén incondicional

El pasado 19 de octubre, el actor de El séptimo hijo acudió a su cuenta de Twitter para comunicar que se encontraba atravesando uno de los momentos más difíciles de su vida: “Me han diagnosticado un linfoma”, informó. Según los especialistas, este tipo de cáncer que ataca al sistema linfático del organismo (encargado de combatir a las enfermedades) es tratable; argumento que hizo que el artista se muestre esperanzado. “Aunque es una enfermedad grave me siento afortunado de tener un gran equipo de médicos, y el pronóstico es bueno. Estoy comenzando el tratamiento y los mantendré informados sobre mi recuperación”, escribió sobre esta nueva batalla que la vida le ponía por delante.

Rápidamente, la mala noticia sorprendió al mundo y las redes sociales se llenaron de buenos deseos para Bridges. “Estoy profundamente agradecido por el amor y el apoyo de mi familia y de mis amigos. Gracias por sus plegarias y por sus buenos deseos”, agradeció el ganador del Oscar sorprendido por la repercusión que alcanzó el tema.

Lo cierto es que Jeff no estaba solo. A las infinitas muestras de cariño de sus seguidores, se sumaron las de sus colegas con los que ha compartido el set a lo largo de tantos años de carrera. “Te amo a vos y a tu familia, querido Jeff. Vas a atravesar esto y te vas a poner bien. Dios te bendiga”, expresó Rosanna Arquette, su coprotagonista en el policial de 1986, Morir mil veces. George Takei, recordado por su trabajo en Viaje a las estrellas, fue otro de los que alentó al galán desde las redes: “Eres un luchador, así que podés vencer esto”.

Mientras que Julianne Moore, con quien compartió cartel en El Gran Lebowski, mostró su sorpresa a través de un escueto: “Oh, no, te quiero Jeff”. En tanto, Barbra Streisand, su compañera en la comedia romántica El espejo tiene dos caras, se mostró esperanzada y con fe: “Tenés un espíritu tan juguetón que sé que vas a superar este problema y que va a ser algo temporal. Te mando mucho amor y luz”.

Al parecer todas estas muestras de cariño y la buena energía le han llegado a Bridges, ya que en enero de este año hizo una actualización sobre su estado de salud y reveló que el tumor con el que viene lidiando se redujo “drásticamente”. “Llegué a casa eufórico con la noticia”, expresó.

Si bien durante estos meses no pudo seguir con sus planes laborales (antes de anunciar su diagnóstico Bridges estaba inmerso en la producción de la serie The Old Man, de FX), el actor no se quedó de brazos cruzados y se abocó de lleno a la fotografía, la pintura y la música, disciplinas en las que ya ha demostrado su talento en más de una oportunidad.

Dicen que “el arte te salva” y al parecer es así. Refugiado en sus hobbies y en la contención de su familia, el artista de 71 años atraviesa esta prueba que la vida le puso por delante con entereza, optimismo y mucho humor. Pero sobre todo, con el amor de los suyos, su tesoro más preciado que está allí para apuntalarlo aunque el mundo se caiga a pedazos.