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Jennifer Lopez lanza un dardo al corazón de Hollywood en su nueva película

Por Alberto Cano.- Cuando uno piensa en la carrera cinematográfica de Jennifer Lopez es inevitable que le vengan a la mente el no parar de comedias románticas, thrillers y dramas fallidos que la cantante ha protagonizado desde su debut como actriz a finales de los 80. No hay duda de que la música siempre fue su punto fuerte, pero eso no quita que Hollywood, con la imagen preconcebida que tenía de artistas como ella, nos creara una percepción equivocada sobre el potencial que la intérprete de Waiting for Tonight o El anillo podía tener tras de sí ante las cámaras.

Quedó demostrado cuando conquistó a crítica y público con Estafadoras de Wall Street, la cinta basada en hechos reales sobre un grupo de strippers dedicadas al engaño de sus clientes. Este trabajo la condujo a la nominación al Globo de Oro a la Mejor Actriz de Reparto y a sonar con fuerza para optar al Oscar en 2020, lo que indudablemente nos hizo ver a la cantante con otros ojos y hacernos esperar por muchos más proyectos de prestigio para ella en el futuro.

Por esta razón, he de confesar que cuando vi que había hecho una nueva película como Cásate conmigo, comedia romántica que protagoniza junto a Owen Wilson y Maluma y que llega a los cines este viernes 18 de febrero, me quedé muy descolocado. Su tráiler daba la impresión de ser una cinta del montón, de esas comedias románticas tan olvidables que Jennifer Lopez protagonizó a lo largo de los 2000. Me dejó con la sensación de que estaba desaprovechando la oportunidad que le dio Estafadoras de Wall Street de erigirse como una actriz de prestigio por un mero capricho comercial. Pero estaba muy equivocado.

Jennifer Lopez y Owen Wilson en Cásate conmigo
Jennifer Lopez y Owen Wilson en Cásate conmigo (Universal Pictures)

Y es que Cásate conmigo, aunque no deje de ser una película muy comercial y ligera, es una producción donde Lopez, desde su rol como protagonista y productora, aprovecha para reflexionar sobre su carrera cinematográfica y los prejuicios que la industria, tanto musical como la de Hollywood, dispone sobre estrellas como ella. Y como tal, deja caer unos señalamientos muy directos hacia la superficialidad de la fama, el vacío vital de vivir de las apariencias y el cómo eso genera que la industria y el público puedan tener imágenes erróneas de lo que hay tras los artistas. Y todo ello introducido en una propuesta cómica y musical de lo más surrealista.

En concreto, la película nos plantea una boda sobre el escenario de un concierto entre dos artistas latinos. Esta unión, que la protagonizan los personajes Lopez y Maluma, se va al traste cuando el personaje de la cantante descubre en medio de su performance que su pretendiente le ha estado poniendo los cuernos. Es entonces cuando Kat, el nombre del rol de la cantante que actúa casi como alter ego de ella en pantalla, decide improvisar y casarse con alguien del público a quien no conoce de nada para evitar quedar en ridículo ante sus millones de seguidores.

Su nuevo pretendiente es el personaje de Owen Wilson, alguien muy centrado en sus tareas diarias, su vida familiar y su trabajo que prescinde por completo de las redes sociales y ese mundo de apariencias por el que se mueve Kat. A partir de aquí, el choque entre ambos mundos llevará a la cantante a darse cuenta de las bondades de esa vida de persona de a pie, a disfrutar de los pequeños detalles y a percatarse de todo lo que se pierde por estar inmensa en una espiral de lujos, dinero, fama y mera imagen que no se corresponde con su auténtica personalidad.

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Su éxito como artista pop le impide mostrarse al mundo tal y como es. Es en este contexto cuando el personaje de Lopez pronuncia una frase que no pasa desapercibida, una referencia a lo mucho que estrellas como ella, por mucho que dispongan de una fama descomunal, deben esforzarse mucho más que el resto para obtener la credibilidad y prestigio que ese estereotipo de superficialidad que hay asignado a las estrellas pop no les da. "No se trata de fama, se trata de credibilidad. Nunca me han nominado para algo", afirma Lopez durante la película.

Si valoramos la carrera de Jennifer Lopez en Hollywood, es fácilmente perceptible que la industria no le ha dado papeles más allá de comedias románticas o algún que otro thriller o drama sin demasiadas aspiraciones. Y que esta película llegue después de Estafadoras de Wall Street, donde se abrieron a reconocer por fin a la cantante a nivel académico como actriz, esta historia que vemos en Cásate conmigo -que ha sido producida por la propia artista- luce como un señalamiento directo a Hollywood, a los prejuicios que aún rodean la industria y a su mundo trivial.

De esta forma, Jennifer Lopez parece matizar que va a seguir este camino de quitarse estereotipos y de demostrar al mundo que vale mucho más como actriz. No hay más que ver que tiene proyectos muy interesantes en el horizonte como The Godmother, un biopic dirigido por Reed Morano sobre la narcotraficante colombiana Griselda Blanco; The Mother, el nuevo thriller dramático y de acción de la directora Niki Caro; o Atlas, donde se unirá a Dwayne Johnson en un gran blockbuster de ciencia-ficción.

También es cierto que Cásate conmigo, al abordar este enfoque, acaba pecando de seria para lo que el público espera al acercarse a ver una comedia musical romántica. Y este es un problema que a ratos la hacer ser demasiado aburrida e incluso desconcertante. Aún así, la química entre Jennifer Lopez y Owen Wilson levanta la función, su banda sonora consigue hacerte bailar en tu butaca y su planteamiento, del que a nosotros como espectadores también debería hacernos reflexionar sobre el mundo de apariencias por el que nos dejamos seducir en redes sociales, te hace valorarla con otros ojos.

Cásate conmigo está disponible en cines desde el viernes 18 de febrero.

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