John Lennon se sentía un "hipócrita" por haber aceptado la Orden del Imperio Británico en 1965

John Lennon credit:Bang Showbiz
John Lennon credit:Bang Showbiz

Hace cuatro décadas, la noticia de que los componentes de los Beatles iban a ser nombrados miembros del imperio británico causó un gran revuelo e indignación porque, para muchos, los cuatro jóvenes con el pelo largo no dejaban de ser unas simples estrellas del rock. De hecho, varias de las personas que habían recibido anteriormente ese reconocimiento decidieron devolver sus medallas en señal de protesta, pero eso no impidió que Paul McCartney, John Lennon, Ringo Starr y George Harrison recibieran la suya un 26 de octubre de 1965 mientras miles de fans se agolpaban a las puertas del palacio de Buckingham.

Sin embargo, cuatro años más tarde Lennon renunció a su Orden del Imperio Británico y devolvió la condecoración que le había entregado la mismísima Isabel II junto con tres cartas en las que explicaba los motivos que le habían llevado a tomar esa decisión: como protesta por la política británica en Biafra y por el apoyo de su país a Estados Unidos en la guerra de Vietnam.

Ahora han salido a la luz una serie de entrevistas concedidas por el intérprete de 'Imagine' al periodista canadiense Ken Zeilig, que fueron descubiertas recientemente por la familia de este último mientras realizaban una limpieza en casa durante el confinamiento, en las que habla de lo mucho que despreciaba a sí mismo por haber aceptado entrar a formar parte de la orden de caballería.

"Bueno, yo era un hipócrita, y era cómplice. Si te dan una medalla por matar, deberías recibir una también por cantar, y por mantener la economía británica en buen estado", explica Lennon en este documento histórico, en el que aclara que tuvo que escribirle a la soberana, al entonces primer ministro Harold Wilson y a otro miembro de la cancillería para hacer cumplir su voluntad.

Hasta el momento solo se habían difundido cinco minutos de la conversación que mantuvo con Zeilig y este material inédito saldrá a la venta a través de la casa de subastas británica Omega Auctions en una puja en la que se espera que las cintas superan los 40.000 dólares.