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La terapia de dejar a los bebés bañarse con la comida

La comida es sagrada, en la mesa no se juega... Contravenir estas viejas normas y romper el protocola a la hora de comer puede ser beneficioso y terapéutico en algunos casos como el de este bebé que se ‘baña’ en espaguetis y ha convertido esta sana costumbre infantil en una nueva terapia. ¿Quién dijo que no había que embadurnarse con la comida?

Tras cinco meses siendo alimentado mediante una sonda, Albie ha probado por fin la comida sólida. Lejos de repudiarla, su reacción ha sido todo lo contrario y no podía ser más tierna. Su madre ha capturado la escena y la ha compartido en redes sociales.
Tras cinco meses siendo alimentado mediante una sonda, Albie ha probado por fin la comida sólida. Lejos de repudiarla, su reacción ha sido todo lo contrario y no podía ser más tierna. Su madre ha capturado la escena y la ha compartido en redes sociales.

Tirar los alimentos por el aire, exprimirlos, esparcirlos por la mesa y embadurnarse con ellos, literalmente, podría parecer un juego o una conducta reprobable para muchos padres y adultos, sin embargo en el caso de los más pequeños es la manera habitual de relacionarse con la comida y empezar a descubrir el mundo.

Ahora, además se ha convertido en un método terapéutico que puede ayudar a superar la aversión a la comida y otros ‘traumas’ infantiles. Esto me atrae a la cabeza el caso de Albie, publicado en El País, un bebé inglés de 12 meses que se baña en espaguettis con el beneplácito de su madre.

Una manera divertida de superar un mal trago. La madre del pequeño Albie, Emma Ayers, compartió en su cuenta de Facebook un vídeo muy entrañable en el que aparece el pequeño Albie disfrutando de lo lindo con un plato de espaguetis a la hora de la comida.

Albie, que tiene el síndrome de Down, fue alimentado por sonda hasta que tuvo cinco meses. Se le animó a jugar con la comida como parte de su desarrollo, pero "bañarse" en ella era algo completamente nuevo para su familia.

Ella misma lo ha contado a la cadena británica BBC sin miedo ni vergüenza y ha autorizado la emisión del video en la red social @PositiveaboutDownSyndrom para ayudar e inspirar a los padres que se encuentren en una situación similar.

"Si una persona que está en la misma situación que nosotros puede ver esto y solo ver a Albie y no ver nada más, entonces esto ha sido brillante", ha dicho su madre para quien ha sido una gran alegría comprobar que su hijo se ha convertido en una estrella de las redes sociales por su gracia y simpatía (desde que fue publicado a principios de febrero, el vídeo acumula millones de visualizaciones), y que no ha sido juzgado ni estigmatizado por su condición.

De hecho, este curioso método ha evitado que desarrollara una aversión a la comida. Con este inocente juego ha conseguido aceptar los alimentos sólidos y reconciliarse con la comida. Así lo explican expertos en salud infantil.

Los niños deben ver la alimentación como una ocasión para el placer o el descubrimiento. (Foto: LSOphoto / Getty)
Los niños deben ver la alimentación como una ocasión para el placer o el descubrimiento. (Foto: LSOphoto / Getty)

“Tras un periodo con sonda, cualquier mejoría o disfrute con la comida es un éxito, y yo creo que es lo que ocurre en este caso; que el gesto hecho por este bebé puede terminar con ese temor, asco o miedo hacia la comida sólida”, explica José Manuel Moreno, médico adjunto de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital Materno Infantil 12 de Octubre de Madrid y coordinador del Área de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Una sonda de alimentación es un tubo de plástico que se coloca a través de la nariz o la boca y que llega hasta el estómago. Sirve para suministrar alimento y medicinas brindando una buena alimentación hasta que el bebé puede tomarlos por vía oral. Según los especialistas en la materia, esto puede derivar en una cierta aversión a la comida, lo que es bastante negativo para la salud de cualquiera.

El fin de las antiguas creencias

Este simpático video podría ser el principio del fin para esa frase tan popular: “con la comida no se juega”. La hemos escuchado miles de veces de pequeños y sin quererlo la repetimos hasta saciedad cuando nos convertimos en padres.

Pero hay que recordar que la boca es la manera en la que los niños empiezan a descubrir el mundo, por lo que puede ser un acto potenciador tanto negativo como positivo. Así lo confirma un estudio publicado en la revista Appetite y que señala "que un gesto tan sencillo como hacer participe a los niños a la hora de comer puede favorecer que los más pequeños coman una mayor variedad de verduras y frutas".

Entre las conclusiones se citan: la importancia de distender el momento de sentarse a la mesa, evitar, en lo posible, regañar a los niños por no comer determinados alimentos o forzarles a hacerlo como castigo, "ya que tenderán a establecer una relación negativa con ellos".

Y es que resulta que “Con la comida sí se juega”. Este es el nombre de un proyecto que se remonta al 2011 cuyo objetivo es luchar contra la obesidad infantil a través de un juego educativo interactivo que promueve hábitos de alimentación saludables.

Dejar que los niños participen en la preparación ayudará a que se relajen en la mesa. De hecho, el juego sensorial con los vegetales puede ayudar a que los niños en edad preescolar elijan saborear estos alimentos. (Foto: Getty)
Dejar que los niños participen en la preparación ayudará a que se relajen en la mesa. De hecho, el juego sensorial con los vegetales puede ayudar a que los niños en edad preescolar elijan saborear estos alimentos. (Foto: Getty)

Un iniciativa pionera que propone un nuevo acercamiento a la comida desde un punto de vista menos restrictivo y más conciliador. Dejar atrás comentarios tipo puede hacer mucho bien a los más pequeños. Los padres deben compartir hábitos saludables, enseñar valores y conductas para evitar intolerancias, alergias y enfermedades intestinales.

Y la mejor forma de conseguirlo es sentándose a la mesa todos juntos. De hecho los expertos aconsejan aprovechar las comidas principales del día para estrechar lazos afectivos porque “es un momento perfecto para la educación de los más pequeños”, según recoge el documento Orientaciones Familiares sobre Hábitos de Comida elaborado por el departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra.

La atmósfera en torno al alimento y la hora de la comida también es un factor importante que contribuye a mejorar las actitudes hacia los alimentos y las comidas. Por eso hay que dejarles hacer y evitar criticar su comportamiento a la hora de comer, según las recomendaciones de la OMS y la AEPED, que insisten en que cuando el niño adopta una conducta inadecuada a la hora de comer, no se deberá manifestar con gritos, enfado o castigos. Es mejor que las instrucciones se den de una manera distendida, sin imposiciones fuertes. Y por supuesto, no hay que perder los nervios, ni gritar ni amenazar.

Beneficios de comer con las manos

En bebés y niños pequeños:

  • Es toda una experiencia sensorial. Tocar y sentir las diferentes texturas de los alimentos sin miedo a que se manche la ropa, la mesa o el suelo

  • Promueve la sensación de control e independencia. Al comer con las manos, los niños pequeños se transforman en seres independientes. Saber que ellos mismos pueden elegir qué comida llevarse a la boca y qué cosas no, les dará la sensación de control que tanto buscan.

  • Ayuda al desarrollo de las habilidades motoras (coordinación, agarre...). En el proceso de aprender a alimentarse por sí mismo, le darás a tu hijo la posibilidad de tener una mayor conciencia de su cuerpo. Por ejemplo, sabrá dónde está su boca, cuánta fuerza tendrá que hacer y qué angulo tomará su brazo para que la comida llegue a destino.

  • Aprende por si mismo poniendo en práctica el sistema de prueba y error. Desenvolverse por si mismo es vital para su desarrollo.

¿Qué te parece el vídeo? ¿Eres permisivo con la comida o impones muchas normas en la mesa?

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