El juicio de Johnny Depp y la mención de Ana de Armas sin pies ni cabeza

El juicio de Johnny Depp y Amber Heard comienza a llegar a su fin con los últimos testimonios y alegatos en defensa de cada bando. Y en la jornada del lunes 23 de mayo fue el turno de la actriz, que recurrió a un psiquiatra, un cirujano ortopédico y una experta en la industria testificando a su favor. No obstante, fue precisamente el testimonio de Kathryn Arnold, consultora y productora de Hollywood, el que más me llamó la atención. Dijo que la actriz estaba viviendo su propio ascenso profesional en 2018 gracias a Aquaman pero que las demandas de su ex marido y el odio de sus fans -que la acusan de mentir en su alegato como víctima de violencia de género- le hicieron perder 45 millones de dólares en futuros contratos y rodajes.

Y si bien la experta dejó varias frases para el debate (como no saber quién es Patrick Wilson cuando fue coprotagonista de Aquaman junto a Amber Heard o desvelar spoilers de la trama de Aquaman 2 que imagino habrán hecho trinar a Warner Bros.), personalmente me quedé con una frase. Una en donde comparaba a Amber Heard con Zendaya y Ana de Armas.

La actriz estadounidense Amber Heard escucha en la sala del tribunal del circuito del condado de Fairfax en Fairfax, Virginia, el 23 de mayo de 2022. - El actor estadounidense Johnny Depp demandó a su exesposa Amber Heard por difamación en el tribunal del circuito del condado de Fairfax después de que ella escribiera una op- artículo publicado en The Washington Post en 2018 refiriéndose a sí misma como una

Para empezar, y en esta ocasión, la defensa de Amber Heard buscaba demostrar que la actriz perdió oportunidades después de que el abogado de Johnny Depp, Adam Waldman, la acusara de perpetrar un “engaño de abuso” en una entrevista de 2020. Y para ello convocaron a Kathryn Arnold, quien testificó que Heard no puede encontrar trabajo en proyectos de grandes estudios debido al volumen de odio que recibe en redes sociales. “En la industria gusta su trabajo pero no pueden trabajar con ella ahora mismo” dijo la productora.

Arnold comparó las ganancias que Heard recibió por Aquaman con las de otros actores de las películas de DC Comics y Warner Bros. como Jason Momoa, Gal Gadot y Chris Pine, explicando que cobró un millón de dólares por la primera entrega y dos millones por la segunda, que se estrenará el próximo año. Sin embargo, según la experta, Heard debería haber podido renegociar su salario como el resto de actores, cobrando $4 millones o más, pero que no pudo hacerlo ante el odio que le persigue, que supuestamente echa para atrás a estudios y marcas de asociarse con ella en estos momentos.

Los abogados de Depp le cuestionaron si el problema no era que en realidad dichos actores son más famosos que Heard, o si el daño alegado no está relacionado con la prensa negativa derivada del juicio por difamación celebrado en Reino Unido. Sin embargo, existe un momento que explicaría el declive profesional de Amber Heard según la experta, y es cuando el abogado de Depp, Adam Waldman, acusó a la actriz de orquestar un “engaño de abuso” en una entrevista al Daily Mail en 2020. “Sería muy razonable creer que su carrera habría estado en ascenso como los otros actores de no ser por las acusaciones de engaño” dijo Arnold, estimando que habría perdido entre $45 y $50 millones en oportunidades que nunca llegaron.

Los abogados de Depp presionaron, señalando que la comparación no tendría sentido dado que Momoa, Pine, Gadot y Zendaya -que también cayó en el saco por su rol en Spider-Man- ya tenían trayectorias en ascenso antes de sus películas en el universo de los superhéroes a través de Juego de Tronos, Star Trek, Fast & Furious o Disney. Todos ellos tenían éxitos previos e incluso señaló la popularidad inmensa de Zendaya que es tan famosa que solo utiliza un nombre. A lo que Arnold contestó “imagino que todo lo que empieza con “Z” funciona”. Pero entonces el abogado destacó que la joven intérprete ha aparecido en varias películas de Spider-Man, era exitosa cantando y bailando como estrella infantil de Disney y saltando de trapecios en El gran showman, cuestionando entonces cómo puede compararlas. La experta contestó que lo que hizo fue comparar con personajes en el universo del cine de superhéroes dentro del mismo rango de edad, analizando y comparando la trayectoria profesional que tendrían por delante como punto de referencia. Pero con Zendaya no tiene mucho sentido. La actriz, efectivamente, lleva viviendo de la fama desde la adolescencia con una trayectoria en alza que no solo depende, ni está únicamente relacionada con Spider-Man o el cine de superhéroes.

Pero entonces cayó el nombre de Ana de Armas.

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La experta aseguró que “esperaban para Amber Heard” lo mismo que está viviendo la actriz cubana a raíz de su aparición en Sin tiempo para morir de James Bond, reflejando cómo dicha película la convirtió en una de las actrices solicitadas del momento. Se habló de Blade Runner 2049 como su primera oportunidad de estudio, de Puñales por la espalda por haber sido uno de sus mayores éxitos y Blonde, su película biográfica sobre Marilyn Monroe que estrenará Netflix.

Sin embargo, la comparación no termina de resultarme acertada. Arnold intentó especificar que su comparación era solo un punto de referencia para calcular la trayectoria de un actor en ascenso, sin embargo las carreras de Amber Heard y Ana de Armas arrancaron y se afianzaron de forma diferente.

Para empezar, Heard no ha podido desligarse del rol de eterno secundario desde que comenzara su andadura en Hollywood, desde películas o series más desconocidas a cintas más destacadas -que no taquillazos globales- como La chica danesa o Magic Mike XXL. Mientras que sus únicos blockbusteres fueron Liga de la justicia y Aquaman, siendo películas donde destacaban más Batman (Ben Affleck), Wonder Woman (Gal Gadot) y Aquaman (Jason Momoa), con el papel de Mera sirviendo como accesorio añadido.

Sin embargo, el currículo de Ana de Armas ha sido muy diferente. Porque después de Blade Runner 2049, comenzó a tener oportunidades para destacar como protagonista, desde la fracasada La red avispa de Netflix al tremendo taquillazo que fue Puñales por la espalda donde ella era líder de la trama en compañía de grandes figuras como Chris Evans, Daniel Craig y Christopher Plummer. Y así como rodaba apuestas menores como Sergio, servía de partenaire romántico de Ben Affleck en Aguas profundas mientras daba patadas voladoras y nos dejaba boquiabiertos en Sin tiempo para morir.

Sin embargo, el currículo de Amber Heard no denota el mismo camino ascendente. Es decir, comprendo la comparación inicial que propone Kathryn Arnold de cómo se pueden estimar trayectorias profesionales, utilizando como base aquellos actores que dan el puntazo con un blockbuster del género de superhéroes. Pero creo que en este caso hay otros factores que no terminan de cerrar la comparación.

Por un lado, los que hemos visto Aquaman podemos reconocer que el personaje de Mera funcionaba como interés romántico, cumpliendo con la fórmula de turno. Es decir, su personaje no aportaba una profundidad añadida ni se antojaba imprescindible, sino que cumplía su función como lo hacían Patrick Wilson y Nicole Kidman en la historia, mientras Jason Momoa era el verdadero protagonista. Mera no hacía la película sino que era un añadido dentro de la trama general. Mientras que Ana de Armas se hizo irresistible en Blade Runner 2049 y Sin tiempo para morir, con papeles pequeños pero tan atractivos que contagiaban las ganas de querer seguir viéndola en pantalla. Y entonces llegó Puñales por la espalda y Blonde, su gran estreno de 2022 como Marilyn Monroe y The Gray Man, el thriller de los hermanos Russo (Vengadores: Endgame) que tambien estrena este año.

Sin embargo, desde el estreno de Aquaman en diciembre de 2018, solo hemos visto a Amber Heard con un papel secundario en la serie The Stand, la adaptación de una novela de Stephen King que pasó prácticamente sin pena ni gloria por el universo seriéfilo. No solo obtuvo una recepción mixta y tibia por parte de la crítica, sino también de los espectadores en general (RottenTomatoes). Heard y su equipo señalan a la campaña de odio en su contra como el motivo del declive. Y puede ser, después de todo, a ningún estudio o productor le gusta teñir sus inversiones de cualquier tipo de escándalo, pero no deja de llamarme la atención que lleve cuatro años sin grandes proyectos aprovechando la estela de Aquaman. Después de todo fue ella quien acusó a Depp de violencia en plena era #MeToo.

No pretendo hacer una comparación de talentos dado que son dos actrices con experiencias muy diferentes, con sus propias bazas ante las cámaras; pero que la experta utilizara a Ana de Armas para comparar la trayectoria que Amber debería haber seguido me parcece que cojea un poco. Por un lado porque la función de Mera en Aquaman era diferente a la que aportó la cubana en Blade Runner o Sin tiempo para morir. Por otro, porque sus apuestas previas al éxito fueron muy dispares, entrando en el radar hollywoodense desde otras perspectivas. Y, sobre todo, porque tampoco podemos olvidar que Ana de Armas se alejó de los escándalos y polémicas incluso en su ruptura con Ben Affleck, mientras Heard no solo vive enfrascada en la batalla con Johnny Depp desde hace varios años sino que cuando estaban juntos tampoco daban buenos titulares, como fue la debacle de introducir sus perros en Australia sin los permisos apropiados y la disculpa que vino a continuación en 2015.

Al final, no todos los actores viven la misma experiencia tras un blockbuster. Hay quienes no dejan la huella esperada en la retina del público o quienes dan el salto estratosférico al estrellato internacional. Hay personajes que no se olvidan como pasó con Ana de Armas en Sin tiempo para morir, y otros que no se antojan tan imprescindibles como Mera. Al menos, en mi opinión.

Amber Heard asegura que su presencia en Aquaman 2 ha sido recortada a raíz de la campaña de odio en su contra. Kathryn Arnold describió spoilers de la película detallando que su papel terminaría en un hospital o sucede algo “relacionado con un bebé”, dando a entender que de esta manera desaparecía del resto de la historia al estar grave o internada, borrando las escenas de acción para las que entrenó cinco horas al día durante varios meses. Se espera que en los próximos días testifique Walter Hamada, el presidente de DC Films, explicando el motivo de la reducción de la presencia de Heard en la secuela que, según el estudio, se debería a las preocupaciones por la falta de química con Jason Momoa.

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