Kyrgios y Tsitsipas, de la amistad al odio

Londres, 3 jul (EFE).- Nick Kyrgios y Stefanos Tsitsipas se tiraban halagos hace unos días cuando se enfrentaron en el torneo de Halle. Publicaron alguna fotito juntos y hablaban de amistad. Todo cambió en Wimbledon. Subió la importancia del torneo, las revoluciones, el tono y se rozó la agresión. Su amistad saltó por los aires. Kyrgios y Tsitsipas se odian.

Mientras Rafael Nadal hablaba en rueda de prensa de los "códigos de los tenistas", esos que se respetan dentro de la pista sin necesidad de estar impresos en un libro de reglas, Kyrgios y Tsitsipas terminaban el partido más caliente del torneo y seguramente del año.

Para entender la magnitud de lo que había ocurrido en la pista, un ejemplo: el realizador de la BBC, la cadena que televisa el partido en Reino Unido, decidió omitir el choque de manos en la red, una vez terminado el encuentro, por temor a lo que podía ocurrir.

Las dos horas y siete minutos anteriores habían sido una muestra del circo que puede montar Kyrgios en una pista de tenis. Un espectáculo en el que él disfruta y se siente cómodo. Una forma de jugar y entender su deporte que calentó hasta puntos insospechados a Tsitsipas en unas ruedas de prensa para la historia.

"Es un abusón. Es lo que hace. Abusa de sus oponentes. Seguramente fue un matón en la escuela", dijo Tsitsipas.

El griego estalló porque lo que había pasado en el partido, desde ambas partes era inexcusable. Kyrgios pidió que cambiaran a los jueces de línea, por errores al cantarle los tiros. Consiguió desestabilizar a Tsitsipas, que tiró una pelota a la grada y estuvo a punto de impactar en la cara de un aficionado. Esto encendió al australiano, que pidió al juez que le expulsara. "Tiene que ser una descalificación. "Si esto no lo es, ¿qué más hay que hacer?", gritó el de Canberra, recordando lo ocurrido a Djokovic en el US Open.

Para tratar de calmar el asunto, la solución de Tsitsipas fue intentar pegarle pelotazos a su rival. Hasta en tres ocasiones trató de impactar la pelota en él.

"Fallé por mucho. Quería que todo esto parara. Alguien tiene que sentarse y hablar con él", apostilló el heleno.

"No sé cómo puedo haberle maltratado. Él era el que me tiraba pelotas, el que le dio a un aficionado en la grada, el que sacaba pelotas del estadio. Yo no hice nada más allá de hablar con el árbitro. No hice nada que le faltara el respeto a Stefanos", respondió Kyrgios, que fue más allá.

"Yo también estaría enfadado si perdiera contra alguien dos semanas seguidas", añadió Kyrgios, que domina 4-1 en el cara a cara al griego. "Quizás debería aprender cómo ganarme un par de veces primero".

Pero las pullas no quedaron solo en el terreno tenístico. "Yo caigo bien en el vestuario. Tengo muchos amigos, soy uno de los que mejor cae. Él no. Dejémoslo ahí", aseguró Kyrgios.

Las polémicas no son ajenas a ninguno de los dos tenistas. Kyrgios ha sido descalificado, ha recibido multas, estuvo apartado varias semanas de las pistas, tuvo que acudir al psicólogo... Tsitsipas ha bordeado con la legalidad de las normas, extendiendo sus pausas en el baño, rompiendo el juego con ello, abusando del 'coaching' con su padre...

Ambos se mueven bien en estos barrizales. Pero mientras Kyrgios supo cómo manejarse este sábado, Tsitsipas perdió los nervios. Y el partido.

"Es de ser muy blando venir aquí y decir que le he acosado. No tenemos la piel igual de fina. Yo me vengo arriba contra los mejores competidores. Si le ha afectado lo de hoy, es por eso que está un paso por detrás. Porque alguien que le moleste, va a terminar con su juego. Es blando", aseveró Kyrgios.

Manuel Sánchez Gómez

(c) Agencia EFE