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¿La alergia provoca asma?

En muchas ocasiones, se tiende a confundir los términos asma y alergia. Pero, ¿qué relación tienen realmente? ¿Por qué es difícil encontrar una definición precisa de asma? Neumólogos y alergólogos responden

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La polialergia (gramíneas, olivo, arizónicas, plátanos) cada vez es más frecuente porque los pólenes no abandonan la atmósfera debido a la contaminación (dióxido de carbono) y la inmersión térmica. (Foto: Getty)

El asma es una enfermedad crónica del aparato respiratorio focalizada en los bronquios que produce una estrechez e impide la entrada de aire a los pulmones de forma correcta. Hay muchos tipos de asma, es decir, el asma de cada paciente es distinta y responde a diversos factores.

Entre ellos se encuentran alérgenos como el polvo, los hongos, el pelo de los animales y los pólenes. Otros factores inductores son componentes irritantes como la contaminación atmosférica, los barnices y aerosoles o los productos de limpieza. También las emociones o el estrés pueden desencadenar crisis de asma. Aunque el principal factor desencadenante de crisis asmáticas graves son las infecciones respiratorias.

Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), 8 millones de españoles son alérgicos. En muchas ocasiones, se tiende a confundir los términos asma y alergia. A pesar de que la alergia desempeña un papel importante para favorecer el asma, hasta ocho de cada diez casos de asma son de origen alérgico; tanto en niños como en adultos, hay personas con asma sin alergia, sobre todo niños menores de 5 años y adultos de edades avanzadas.

“El asma es una enfermedad de origen alérgico en muchos casos. En los niños, 8 de cada 10 casos son asma alérgica y en los adultos más de la mitad”, asegura el doctor Domínguez, presidente del Comité de Asma de la SEAIC.

Pero, ¿por qué es difícil encontrar una definición precisa de asma? Porque este síndrome incluye diversos fenotipos clínicos que, aun compartiendo manifestaciones clínicas similares, presenta etiologías probablemente diferentes. No obstante, se puede considerar una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias condicionada en parte por factores genéticos, que cursa con hiperrespuesta bronquial y una obstrucción variable del flujo aéreo, total o parcialmente reversible, ya sea por la acción de los medicamentos o de manera espontánea.

Las reacciones alérgicas se producen porque existen anticuerpos y células en nuestro sistema inmunológico específicamente dirigidos a reconocer como extrañas ciertas sustancias externas a nosotros. Cuando contactamos con ellas, este ‘sistema de defensas’ las reconoce y se desencadena la reacción que nosotros podemos observar. “A modo de alergia respiratoria (rinitis, conjuntivitis, asma), alimentaria (urticaria, anafilaxia), cutánea, medicamentos, alergia”, explica el alergólogo Javier Montoro.

(Foto: Getty)
En la población adulta, el asma es más prevalente en mujeres. (Foto: Getty)

El asma es una enfermedad muy frecuente cuya prevalencia ha aumentado en los últimos años. En la actualidad, hay unos 235 millones de personas en el mundo con asma. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 235 millones de personas padecen asma en todo el mundo, oscilando entre el 2 por ciento en Tartu (Estonia) y el 11,9 por ciento en Melbourne (Australia).

Concretamente en España, afecta, aproximadamente, al 5 por ciento de la población adulta, siendo más prevalente en mujeres y a un 10 por ciento de la población infantil, donde afecta más a niños que a niñas.

“Una persona se hace alérgica dependiendo de su exposición y su nivel de sensibilidad, aunque vemos cada vez más niños con incidencia de enfermedades alérgicas por polen y pacientes que debutan con sintomatología a partir de los 40 años”, explica el Dr. Ángel Moral, del Comité de Aerobiología de la SEIAC.

La predisposición alérgica es uno de los principales factores de riesgo que favorecen la aparición de esta enfermedad. En muchos casos, la enfermedad aparece como respuesta a determinados estímulos que producen alergia como pueden ser: el polen, los ácaros del polvo, los epitelios de animales, ciertos alimentos, etc.

Al detectarlos los bronquios se inflaman y se obstruyen con el paso del aire, por su respuesta irritativa frente a distintos estímulos del ambiente, lo que da lugar a síntomas como tos, apretamiento en el pecho, pitos, falta de aire o ahogo.

Haciéndose una prueba de alergia se evitarán muchos malentendidos y se podrá personalizar el tratamiento. (Foto: Getty)
Haciéndose una prueba de alergia se evitarán muchos malentendidos y se podrá personalizar el tratamiento. (Foto: Getty)

Estos síntomas se prolongan o se van repitiendo. Destacan la tos, y las sibilancias o “pitos” en el pecho, además de la dificultad respiratoria. Mientras que la alergia es una reacción del organismo frente a sustancias externas, que se vuelve perjudicial para el propio organismo, y que causa diversos síntomas de enfermedad.

Por otro lado, según datos del Ministerio de Sanidad, las denominadas alergias estacionales afectan aproximadamente al 15 por ciento de la población. Para poder hacer frente al asma y a las alergias, existen diferentes tratamientos y recomendaciones.

“Lo más eficaz es evitar o reducir en lo posible la exposición a alérgenos”, explica el Dr. Manuel Rial, Médico Adjunto del Servicio de Alergia del Hospital Universitario A Coruña.

Según este especialista, existen una serie de recomendaciones para aquellos pacientes que padecen asma y se exponen a altos niveles polínicos.

  • Mantener las ventanas cerradas por la noche. De ser posible, utilizar aire acondicionado con filtros.

  • Si viajas en coche, mantener las ventanillas cerradas. Utiliza filtros para el aire acondicionado del automóvil.

  • Permanece el mayor tiempo posible en ambientes cerrados, evitando en la medida en que se pueda la exposición al aire libre especialmente en los días de viento.

  • Disminuye las actividades al aire libre entre las 5-10 de la mañana (emisión de pólenes) y entre las 7-10 de la tarde (periodo de descenso del polen desde lo alto de la atmósfera, al enfriarse el aire).

  • Ponte gafas de sol y mascarilla facial que abarque boca y nariz al salir a la calle, especialmente si vas a permanecer en ella durante largos periodos de tiempo.

  • Evita exponerte a espacios con césped.

  • Si disfrutas de tus vacaciones durante períodos álgidos de polen, opta zonas con menor concentración polínica como por ejemplo las playas.

  • Evita vestir prendas que han estado expuestas al exterior (por ejemplo, secadas al aire libre).

  • Si has estado en alguna zona con alto nivel de polen, cambiate de ropa en cuanto sea posible. El polen puede quedar adherido en las prendas o en el calzado.

  • Toma la medicación en forma adecuada.

“Una persona con asma siempre debe buscar la valoración de un alergólogo. Sobre todo, en el caso de que sospeche que sus síntomas tienen relación con un desencadenante alergénico”, añade el Dr. Rial.

Cada persona puede ser alérgica a sustancias diferentes. Sólo un profesional médico, mediante la realización de una serie de estudios complejos, puede determinar cuáles son las causas de la alergia de cada individuo.

Se estima que hasta un 60-70 por ciento de los asmáticos no tienen bien controlada su asma. En este sentido, cerca del 2 por ciento de los ingresos en hospitales son debidos a crisis asmáticas y un 80 por ciento de estos son evitables con el tratamiento adecuado. “Es necesario concienciar a los pacientes de que el asma es una enfermedad crónica y que como tal el cumplimiento del tratamientos es fundamental para el control de la enfermedad y que el paciente pueda tener una mayor calidad de vida”, explica el Dr. Francisco Javier Álvarez, coordinador del Área de Asma de SEPAR.

Sin embargo, “estas recomendaciones pueden ser de gran ayuda para todos aquellos personas con asma que se exponen a altos niveles polínicos, ya que les ayudará a sobrellevar mejor esta enfermedad”, asegura el Dr. Rial.

En la actualidad los tratamientos para tratar el asma son muy eficaces si se administran adecuadamente según las recomendaciones del neumólogo. Además, gracias a la investigación científica y la innovación, existen nuevos tratamientos adaptados a los diferentes tipos de asma.

Por ejemplo, la inmunoterapia es un tratamiento más para los pacientes con clínica de rinitis y asma ya que “no es únicamente sintomático, para controlar los síntomas, sino que actúa sobre la causa alérgica, sean ácaros, pólenes, epitelio de animales, etc. cuando son los desencadenantes de la enfermedad,” apunta el Dr. Joan Serra, del comité ejecutivo del Área de Asma de SEPAR.

El Dr. Serra señala también que estos tratamientos son especialmente beneficiosos para pacientes jóvenes que empiezan a experimentar muchos síntomas nasales y conjuntivales, que al cabo de unos años son diagnosticados de asma y que a pesar de su medicación de alivio de síntomas no consiguen un buen control.

Son tratamientos largos de 3- 5 años y que actualmente tienen pocos efectos adversos pero en cambio mejoran los síntomas de rinitis y sobre todo del asma, disminuyen las exacerbaciones del asma y permiten reducir la medicación.

Los ácaros, culpables de rinitis o asma

Más de 8 millones de españoles son alérgicos,siete de los cuales son alérgicos a gramíneas seguidos por alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria. La alergia, principalmente al polen, puede aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente en niños y adolescentes.

Este año, ciudades como Cuenca, Toledo, Ávila, Burgos, Segovia, Palencia, Cáceres y Badajoz han multiplicado entre 5 y 10 veces los niveles de polen de acumulados con respecto a 2018, por lo tanto, serán las provincias más afectadas.

Aunque el caso más conocido es el de la alergia al polen, también es la “temporada alta” para quienes sufren rinitis o asma por alergia a los ácaros del polvo doméstico. A diferencia de las alergias al polen, que son estacionales, los ácaros del polvo están presentes todo el año y es muy difícil evitarlos. Sin embargo, durante los meses de primavera y también de otoño, quienes padecen esta patología ven cómo sus síntomas aumentan, dado que estas son las estaciones en las que la temperatura y la humedad resultan más favorables al desarrollo de los ácaros.

La alergia a los ácaros está entre las más frecuentes de las alergias respiratorias. Se estima que
hasta el 50 por ciento de los pacientes que padecen asma y rinitis alérgicas son sensibles a los ácaros del polvo doméstico. Este porcentaje se eleva de forma considerable en las Comunidades Autónomas
con salida al mar.

Teniendo en cuenta que la alergia respiratoria afecta a una cuarta parte de la población en los países desarrollados, y que es una de las causas más frecuentes de consulta médica, hablamos de una enfermedad muy relevante. De hecho, los ácaros son el segundo alérgeno individual respiratorio más frecuente, después de los pólenes.

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