La conmovedora relación entre un peluquero y un niño autista enterneció a las redes

Una fotografía tomada a finales de septiembre de 2017 en Quebec (Canadá) recorrió las redes sociales por entregar un poderoso mensaje acerca del cariño, la comprensión y la dignidad humana.

Fauve Lafreniere, una madre profundamente agradecida por el gesto del peluquero de su hijo con autismo, decidió plasmar esta historia junto a una conmovedora fotografía que compartió en su cuenta de Facebook y que rápidamente se viralizó.

El peluquero no dudó en echarse al suelo para poder terminar de cortar el cabello del niño. Foto: Facebook.com/Engel.Fauve
El peluquero no dudó en echarse al suelo para poder terminar de cortar el cabello del niño. Foto: Facebook.com/Engel.Fauve

Redes sociales

Según declaraciones que recoge el periódico canadiense CBC News, el peluquero Francis ‘Franz’ Jacob afirmó que lo que hizo no debería haber generado tanto revuelo porque, según él, lo único que hizo fue “atender a su cliente”.

Sin embargo, para los cientos de usuarios que hicieron circular la imagen en las redes, al parecer, lo que hizo Franz fue mucho más que un simple gesto. Ya que su acción demuestra también comprensión, ternura y un corazón de oro.

Franz corta el cabello de Wyatt con regularidad, y al parecer, no es algo común que el niño tenga un vínculo con un extraño tan fácilmente. Foto: Facebook.com/Engel.Fauve
Franz corta el cabello de Wyatt con regularidad, y al parecer, no es algo común que el niño tenga un vínculo con un extraño tan fácilmente. Foto: Facebook.com/Engel.Fauve

Un peluquero que le sigue el ritmo

Wyatt Lafrenière tiene siete años y, según declaraciones de su madre para CBC News, el niño es cliente de Franz desde hace varios años. Al pequeño no le gusta para nada quedarse sentado en la silla, y hay días en que sufre de hipersensibilidad y no soporta que le toquen el pelo.

Al parecer, su peluquero sabe muy bien lo que tiene que hacer en esos momentos y no le queda otra opción que perseguirlo. “A veces le corto el pelo mientras él está de pie, otras sentado sobre una silla o sentado sobre el regazo de su madre. Esta vez se tiró al piso, entonces lo seguí para terminar el corte”, explicó el peluquero para la misma cadena.

Franz está dispuesto a seguir el ritmo que el pequeño necesite. Foto: Facebook.com/Engel.Fauve
Franz está dispuesto a seguir el ritmo que el pequeño necesite. Foto: Facebook.com/Engel.Fauve

Un trato muy especial

La peluquería de Francis Jacob está inspirada en la cultura retro y se ubica en la ciudad de Rouyn-Noranda, Québec, a unos 600 kilómetros al noroeste de Montreal. El estilista recibe al niño como último cliente del día y cierra la tienda para que ambos estén tranquilos. Según explicó, hacerle un corte a Wyatt le puede llevar hasta 75 minutos.

“Es un héroe de todos los días”, declaró Fauve Lafrenière a CBC News. “Se encarga de todo, no tengo que hacer nada, me saca un peso de los hombros”, agregó. Hasta dar con el salón de Jacob, a la madre del niño le costaba mucho conseguir que a Wyatt le cortaran el pelo.

Una gran sorpresa

Francis admitió al medio canadiense que está muy impresionado por la viralización de la foto, y que le valió comentarios positivos incluso desde Japón. Reconoció que se emocionó y lloró al verla por todos lados, aunque rechaza que lo llamen ‘héroe’. “Solo trato de hacer lo mejor para mi comunidad”, enfatizó.

“Es un aspecto del trabajo de peluquero que pocos conocen. Atiendo a personas con trastornos del espectro autista, pero también a personas que sufren de enfermedades terminales y me piden un último corte de pelo. Estos son siempre momentos llenos de emociones, todo el mundo llora. Estoy muy orgulloso de poder hacerlo“, confesó a CBC News.

Aquí puedes ver la publicación original:

¿Cuál es tu opinión acerca del gesto de este peluquero? ¿Tienes alguna experiencia similar cercana para compartir? Envíanos tus comentarios.

@laraenlatierra

También te puede interesar:

Protagonizó una campaña de moda y desató la polémica por no depilarse
Ingeniosos trucos caseros que te facilitarán la vida