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La forma más sencilla de eliminar el dolor infantil

Deja de probar cosas raras para calmar el llanto de tu bebé o aliviar su dolor. Es peligroso aplicar ciertas técnicas que circulan en internet sin supervisión médica. ¡Esto funciona!

(Foto: Getty)
Deja de consultar en internet y de ver vídeos frikis para reconfortar a tu bebé, lo que tienes que hacer es acariciarle despacio. (Foto: Getty)

Muchos padres se desesperan cuando su bebé llora sin motivo aparente (ya ha comido, ha dormido y está limpito) y se lanzan a probar todos los métodos al alcance de su mano para intentar calmarlo o (a lo peor) echan mano de los antibióticos a la primera de cambio. Pero los pediatras advierte de que no todos los métodos valen, y que más allá de la postura lo importante es el estado de ánimo del adulto.

En lo que sí coinciden los expertos es en el beneficio que les aporta el contacto directo con su piel. No debemos olvidar que se trata de nuestro órgano más grande y el sentido más importante que tenemos los seres humanos. No hay mejor manera de fortalecer la salud y los vínculos afectivos con tu bebé que esta, sin contraindicaciones o efectos secundarios.

madre bebe
El contacto físico puede aumentar el vínculo con los padres, disminuir el estrés (tanto para los padres como para el bebé) y reducir la duración de la estancia en el hospital. (Foto: Getty)

¿Por qué os hablo de esto hoy? Pues porque un nuevo estudio, publicado en la revista Current Biology, acaba de confirma que el tacto puede aliviar el dolor.

En concreto, investigadores de la Universidad de Oxford y de la Universidad John Moores de Liverpool (Reino Unido) han descubierto que acariciar suavemente a un bebé parece reducir la actividad en el cerebro infantil asociada con experiencias dolorosas.

Es más, los resultados han probado que tocar suavemente al bebé a una determinada velocidad activa un tipo de neuronas sensoriales, y que si lo acariciamos durante una intervención médica se puede paliar dicho dolor.

Para probarlo los investigadores midieron la respuesta al dolor de recién nacidos a los que había que hacer un análisis de sangre. Observaban su comportamiento y también registraban su actividad cerebral mediante un electroencefalograma (EEG).

Además, a la mitad de los bebés se les pasó con cuidado un cepillo muy suave por la piel justo antes de que les realizaran el test de sangre. Este grupo de bebés mostró un 40 por ciento menos de actividad de dolor en su cerebro.

Tocarlo suavemente a una determinada velocidad activa un tipo de neuronas sensoriales. (Foto: Getty)

Los resultados sugieren que acariciar ligeramente a un bebé a una cierta velocidad podría proporcionar un alivio efectivo del dolor antes de las pruebas o tratamientos médicos.

Y según los autores del estudio, la velocidad óptima con la que hay que acariciar al bebé es aquella que permite abarcar tres centímetros de piel en un segundo. Esta sería la velocidad necesaria para activar un tipo de neuronas sensoriales en la piel llamadas ‘C-táctil’, involucradas en la estimulación emocional causada por el contacto físico y de las que ya se ha demostrado con anterioridad que reducen el dolor en adultos.

Según recoge Muy Interesante: “las células CT están conectadas con las áreas cerebrales asociadas al placer, se estimulan con una presión suave en la piel, y su respuesta es mayor cuando el contacto se asemeja a una caricia”.

Hasta el momento se desconocía si esas células nerviosas también se activaban en recién nacidos o esa respuesta requería un tiempo para desarrollarse. Pero además, lo sorprendente de este hallazgo es que sin saberlo, muchos padres ya llevaban a cabo este método ‘curativo’.

“Los padres de forma intuitiva ya acarician al bebé a esta velocidad óptima”, afirma en un comunicado Rebeccah Slater, autora senior del trabajo y catedrática de ciencias pediátricas en la Universidad de Oxford. “Si podemos comprender mejor de qué forma están sustentadas biológicamente técnicas como el masaje infantil, podemos mejorar el consejo que damos a los padres sobre cómo reconfortar a sus bebés”.

Este trabajo prueba que el poder para reducir el dolor de las caricias parece ser clínicamente útil y podría explicar la evidencia del poder calmante de las intervenciones basadas en el tacto, como el masaje infantil y el método canguro, la práctica de sostener a los bebés prematuros pegados a la piel del padre o la madre. “Fomentar la unión entre padres e hijos podría reducir el dolor”, concluye Slater que planea repetir su experimento en bebés prematuros, cuyas vías sensoriales aún se están desarrollando.

¿Crees en el ‘poder’ de una caricia? ¿Cómo consigues calmar el llanto de tu bebé?

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