La hoja de pandan, el último 'hit' gastronómico

Los objetos de deseo de los ‘foodies’ se suceden a velocidad de vértigo. Todos nos acordamos de cuándo parecía que no podíamos vivir sin kale. Al kale le sucedió la espirulina. A la espirulina, el chía. Y al chía, el gran éxito mundial del año pasado: el aguacate. Con el aguacate se dispararon todas las previsiones. No solo entró en recetas sino que, además, se convirtió en el desayuno favorito de muchos de los enteradillos gastronómicos. Hasta hubo un grupo de australianos que utilizaron su cáscara para tomarse el café (sí, sí, tal cual). Ahora, el agotado aguacate ya tiene sustituto.

Flan de pandan.
Flan de pandan.

Pandan. Pan-dan. P-A-N-D-A-N. ¿Os suena de algo? Mmmm, no, ¿verdad? A nosotros tampoco, hasta ahora. Es una planta tropical con hojas de color verde brillante con bordes afilados. Su nombre científico es ‘pandanus amaryllifolius’ y, como ya os podéis imaginar, no crece aquí al lado precisamente. Es natural del sudeste asiático y es en la cocina de países como Indonesia o Malasia donde más se usa. Lo que ocurre es que en Occidente no nos habíamos percatado de su existencia. Hasta ahora. Vale, una planta tropical , ¿y a qué sabe? Buena pregunta.

Lo que ocurre con el pandan es que es un sabor más complejo de lo que parece. Para empezar, es su esencia la que se aprovecha. Se le llama la vainilla asiática porque, efectivamente, la vainilla tradicional viene de América y no de Asia. El sabor, no obstante, esconde matices cítricos y, además, toques grasos que recuerdan al coco. Puede ser tanto refrescante como dulce, dependiendo de cómo usemos el pandan. Es decir, tiene esa complejidad capaz de seducir a todos los que aman la comida por encima de todas las cosas. A los ‘foodies’ los tiene locos, en suma.

Hojas de pandan.
Hojas de pandan.

Pasamos a la parte importante. ¿Cómo se cocina? Como hemos dicho antes, no se trata de roer las hojas de la planta, sino de aprovechar su esencia y meterla en helados, arroces, curries, cremas y dulces de todo tipo. No la llaman la vainilla asiática por nada, sino por su capacidad para darle un toque especial a cualquier receta en la que la introduzcan. ¿Unas gotitas de pandan en un bizcocho de la abuela? ¿Quizá en un risotto? Ya lo estamos viendo porque, en realidad, ya está sucediendo.

Pudin de pandan.
Pudin de pandan.

Lo cierto es que el pandan ya se está comenzando a emplear como ingrediente en Estados Unidos en restaurantes vietnamitas o tailandeses, de momento. En las tiendas especializadas en ingredientes del sudeste asiático también se puede encontrar sin demasiados problemas. De ahí a preparar agua infusionada en pandan en la intimidad de nuestro hogar o incluso mermelada parece que puede haber solo un paso. Larga vida al pandan, sucesor del aguacate (y rey en Instagram).