La madre adoptiva la rechazó por sus deformidades, pero la biológica la salvó

Christina Fischer se quedó embarazada mientras vivía en una auto caravana y no tenía dinero ni para subsistir por sí misma. En aquella difícil situación y deseando lo mejor para el bebé que esperaba, decidió dar a su hija en adopción.

Christina vive en Florida pero su pequeña, Abigail, iba a irse a vivir a Georgia con su nueva e ilusionada familia. Cuando todo estaba planeado y la criatura nació… la madre adoptiva la rechazó.

Abigail nació con malformaciones a pesar de que los médicos no habían detectado ningún tipo de problema durante el curso del embarazo y es por ese motivo físico por el cual su madre adoptiva decidió no quedársela.

La chiquitina padece el ‘síndrome de Treacher Collins’, es una enfermedad genetica que afecta a la estructura facial debido al subdesarollo de tejidos y huesos de la cara. Siendo una recién nacida, la que iba a ser su futura mamá, le vio el rostro y huyó despavorida del hospital.

Su madre biológica sintió entonces que era lo único que Abigail tenía en este mundo y decidió amarla tal y como es, ¡eso sí es ser madre! La señora escribió en ‘Go Fund Me’ pidiendo donativos de pañales, comida y otros objetos de bebé y lleva recaudados más de 6.000 euros en tan solo dos meses.

Christina y Abigail comparten habitación en casa de un amigo y, además, la mamá orgullosa está trabajando duro en un local de comida rápida para poder darle a su hija la vida que se merece. Christina está convencida de haber tomado la decisión acertada y además advierte a la familia adoptante que se perdieron al bebé más maravilloso de la Tierra.

Esta es una de esas historias que tocan el corazón y te hacen pensar en el destino, ¿y si esa niña tenía que ser de Christina sí o sí? Desde luego la vida la puso a prueba y ella tomó el camino correcto. Ahora madre e hija se tienen la una a la otra y será para toda la vida.