La pizza napolitana es patrimonio de la humanidad, pero, ¿sabes realmente cómo es?

Aunque muchos lo teníamos claro ya, desde ahora la pizza ya puede presumir de ser oficialmente patrimonio de la humanidad. Inmaterial, para más señas, aunque para muchos sea más tangible (y comestible, sobre todo) que muchas otras cosas. La UNESCO la ha puesto finalmente en el lugar que se merece, aunque, ojo al dato, se refiere a la pizza napolitana y al arte de los pizzaiolos de esa ciudad napolitana. ¿Significa eso que la pizza congelada con piña que os salva la vida los días de resaca no entra en esa categoría? Pues no. La pizza napolitana tiene una serie de características particulares que vamos a pasar a recordaros, bambini.

Esta es la auténtica pizza napolitana.
Esta es la auténtica pizza napolitana.

No vale cualquier harina. Ojo, porque de acuerdo con las reglas de la Associazione Verace Pizza Napoletana, la verdadera masa de pizza tiene que llevar harina de trigo tipo 0 o 00, o una mezcla de ambas. Esto significa que cualquier receta hecha con una harina que no pertenezca a ninguna de las categorías mencionadas no vale como patrimonio de la humanidad. Sorry…

La masa debe estirarse a mano. Seguimos con las reglas (estrictas) de la pizza napolitana. En teoría, hay que darle forma con la mano y sin utilizar rodillo alguno. Es la manera de preservar el arte tradicional de los pizzaioli, que también han sido mencionados por la UNESCO por su valor al crear estas pizzas tradicionales.

Así se debe trabajar la masa.
Así se debe trabajar la masa.

En horno de piedra… o nada. No te preguntes si tienes que poner el horno con calor por arriba y por abajo o si has de poner el ventilador. En realidad, la auténtica pizza napolitana requiere de un horno de piedra alimentado por madera de roble y una temperatura constante de 485 grados, así que la que haces en casa no vale…

La original es la Margarita. Los ingredientes que debe llevar son tomate, mozzarella en rodajas, albahaca y aceite de oliva virgen extra. Se permiten pequeñas variantes como una pizca de queso parmesano en la parte superior. Aparte de esta, están la pizza marinara, que, pese a lo equívoco de su nombre, no lleva pescado: está hecha con tomate, ajo, orégano y aceite de oliva virgen extra.

El borde debe estar levantado respecto a la pizza. Ese es el aspecto característico de la pizza napolitana. El borde funciona como una montañita, mientras que la superficie donde están los ingredientes da la impresión de ser un valle ligeramente hundido. Esta y no otra es la forma original de la pizza napolitana.

No vale cualquier ingrediente.
No vale cualquier ingrediente.

No lleva demasiados ingredientes. Frente a otros estilos de pizza en los que los toppings son lo que marca la diferencia, la napolitana no tiene demasiada densidad de ingredientes. La clave de la pizza es, en este caso, la relación entre la masa y la salsa de tomate.

Se come de una manera particular. Por supuesto, nada de utilizar cuchillo y tenedor o un plato. La pizza napolitana nació como un plato callejero. Por eso, se coge con la mano, se dobla sobre sí misma dos veces y se mete para dentro. Así de fácil… o no.