La primera crisis entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

Aunque Isabel Preysler confesó hace unos días que Mario Vargas Llosa le había pedido matrimonio, parece que la relación no va tan bien como pensamos. La Otra Crónica de El Mundo asegura que la pareja atraviesa su primera gran crisis después de un año y medio de empezar a salir. Según estas informaciones, el premio Nobel “comienza a estar decepcionado” con su novia.

Por lo visto, Vargas Llosa se encuentra solo en ocasiones, porque Isabel ha dejado de acompañarle en todos los actos literarios que marca la frenética agenda del escritor. “A ella eso le aburre y Mario estaba acostumbrado a Patricia, quien, además de viajar con él, organizaba su agenda, la maleta, los compromisos…”, explica un amigo del peruano a dicho medio.

Una situación de desamparo que no sentía cuando estaba felizmente casado con Patrica Llosa, la mujer que estuvo siempre a su lado durante sus 50 años de matrimonio y la madre de sus tres hijos. De las pocas veces que no le acompañó fue en febrero de 2015, cuando ésta se marchó a Lima para visitar a su madre, quien atravesaba unos problemas de salud. Vargas Llosa aprovechó la ausencia de su esposa para empezar a verse con Preysler.

Ahora el premio Nobel se ve obligado a excusar a la filipina cuando ésta decide ausentarse. Por ejemplo, cuando acudió en solitario al a presentación de Podium Podcast en Madrid o, cinco días más tarde, cuando recogió el título de Filología Románica. A pesar de que le escuece esta situación, Mario trata de restarle importancia en público: “Isabel me acompaña a veces”, declaró a Europa Press.

Aunque hace unos días Preysler sí que viajó con su novio a Suecia, donde fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Estocolmo, la pareja también tuvo entonces una fuerte discusión. Así lo revela LOC: “El señor embajador de España en Suecia decidió ofrecer a Vargas Llosa alojamiento en la residencia oficial. Al saberlo, Isabel le pidió a Mario que se alojaran en el Gran Hotel para estar más cómodos, pese a que la residencia iba a estar vacía ese fin de semana. Pero él ya había aceptado la propuesta del embajador”.

De momento, no parece que estas fricciones vayan a precipitar el fin de la relación. De hecho, el escritor peruano continúa viviendo en la casa que Isabel tiene en Puerta de Hierro, una de las zonas más lujosas de la capital. Ahora queda por ver cuándo celebrararán la boda. “Ya ha habido pedida de mano, pero lo que no veo es la necesidad de casarme tan rápidamente”, confesó la filipina hace unos días al mismo medio.