La regla del 'peak-end', el truco para no deprimirte cuando se acaben tus vacaciones

El final del verano se acerca, haz esto y la vuelta será menos dura

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Descansar es necesario pero no conviene ‘desperdiciar’ el tiempo. Planificad actividades diferentes que os estimulen y supongan un reto. (Foto: Getty Images)

De acuerdo con el premio Nobel Daniel Kahneman, si tenemos en cuenta el funcionamiento de nuestro cerebro deberíamos seguir la regla del ‘peak-end’ y reservar las mejores vivencias para el final de nuestras vacaciones. Sobre todo, porque la memoria humana está configurada de tal manera que lo que ocurre al final de un período se recuerda más que lo que sucede al principio.

Así, según explican Kahneman y su colega Donald Redelmeier, el modo en que una experiencia termina es clave para la sensación de felicidad (o infelicidad) que nos deja.

Acabar los días de descanso con un final intenso (o realizar una escapada de fin de semana si no hay opciones) nos deja mejor sabor de boca, y el efecto positivo del descanso al volver a la rutina dura más.

Las quejas por salud (cansancio y depresión) suelen aparecer a las dos semanas de volver de vacaciones, cuenta Jeroen Nawijn, profesor de Turismo de la NHTV Breda University. Que es justo cuando comienzan a desaparecer los síntomas positivos producidos por los días de asueto.

Sin embargo, al aplicar la regla del 'peak-end’, es decir, tener una experiencia intensa o simplemente distinta poco antes de terminar las vacaciones, se generan recuerdos más positivos y duraderos.

De hecho, un estudio realizado en la Technische Universität Braunschweig (Alemania), concluyó que las mejores vacaciones son las “experiencias de aprendizaje”. Adquirir nuevas destrezas reduce los niveles de agotamiento y el estrés relacionado con el trabajo al volver de vacaciones. Por ello, es aconsejable hacer actividades que aporten experiencias que normalmente faltan en nuestras vidas.

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Estar de vacaciones no quiere decir no hacer nada, sino más bien cambiar de actividad. Así que nada de tumbarte a la bartola todo el día. Hazte un favor y mantente activo, puedes hacer paddlesurf, aprender a montar a caballo o simplemente estudiar otro idioma.

Además, por si aún no lo sabes, lo mejor es repartir las vacaciones en tres períodos por año de entre ocho y diez días; este es el tiempo de descanso recomendado para reducir enfermedades. Y es que los períodos vacacionales cortos y frecuentes nos ayudan a mejorar nuestra salud, según un estudio elaborado en el Hospital Cochin Park Royal de París.

De no hacerlo así nos arriesgamos a sufrir una parálisis corporal o un infarto debido al estrés acumulado. A algunas personas se les considera de ‘lenta disminución de epinefrina’ porque les resulta difícil desconectar y reducir sus niveles en sangre.

Evadirse de la ciudad y romper la rutina es fundamental para mantener nuestra salud física y mental. Haced planes aunque no sea verano. (Foto: Getty Images)

Las vacaciones permiten la disminución en sangre de la epinefrina y de la norepinefrina, lo que propicia la relajación al disminuir el estrés y permitir el descanso. Pruebas realizadas en un grupo de obreros industriales revelaron que la velocidad con que se logra la relajación aumentaba durante un tiempo después de que los miembros del grupo volvieran de vacaciones.

Si nos tomamos unos días de descanso a intervalos regulares es posible hacer más efectivo este efecto. Las vacaciones breves son como una especie de cura, una convalecencia natural.

La adicción al trabajo es uno de los principales motivos por los cuales los japoneses presentan una tasa extraordinariamente alta de enfermedades relacionadas con el estrés. Así que ya sabes, si todavía estás ‘on holidays’, deja lo mejor para el final, y si ya se te acabaron, exprime al máximo los fines de semana.

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