Yahoo Estilo La reunión del elenco de 'Friends': ¿un momento cúspide de la TV o una gran decepción?
Posiblemente se trata del evento televisivo por pago más anticipado del año; quizá de muchos años, después de la boda del príncipe Harry y Meghan Markle. Sin embargo, el especial de la 'Reunión de Friends' que HBOMax usó como cabeza de lanza para llegar a mercados foráneos, causó división desde su estreno, porque si bien está hecho para los fans (y no pretende otra cosa que encantarlos) también ha sido acusado de abusar de eso mismo.
Pero es absurdo acusar al contenido por su formato. De hecho, es a lo que más fidelidad demuestra: el programa de reencuentro inicia con una repetición de las últimas escenas del capítulo final transmitido en mayo de 2004, para meternos en la situación, y también para dejar bien claro que este programa tan anticipado no es una continuación del sitcom y quien busque saber qué fue de Ross, Rachel, Monica, Chandler, Joey y Phoebe, se llevará un chasco, porque no se trata de eso, sino de una celebración del fenómeno que todavía perdura en la nostalgia de millones de fanáticos, de hecho, se trata tal y como anuncia, de una reunión de amigos y poco más (lo que algunos han encontrado algo decepcionante porque con tanta especulación, esperaban otra cosa).
El programa nos muestra hoy por hoy al elenco que tal vez aceptando su destino como iconos para quienes en su mayor parte (tal vez con la excepción de las mujeres) este es el único gran éxito, se sientan cómodamente para hablar con entrañable cariño de sus personajes y de lo que el programa significó para ellos cuando se lanzó, en septiembre de 1994.
Es así que durante la transmisión, el elenco de la serie hace un recuento de anécdotas, intercaladas con clips de momentos de la emisión, que sirven de manera ideal para enmarcar la nostalgia de los espectadores, si bien mucho del humor de la serie ya se nota pertenece a otra época, ya no se siente fresco, y de hecho, algunos gags resultan hasta casi ofensivos en este nuevo clima social.
Ahora bien, en su época — y esto queda más que claro en el show, por como lo cuentan David Schwimmer, Jannifer Aniston, Courteney Cox, Matt LeBlanc, Matthew Perry y Lisa Kudrow —'Friends' representó, junto con otros programas de fines de los 80 y de la década de los 90 como 'Murphy Brown', 'Roseanne' y 'Seinfeld', una especie de vanguardia en la forma de hacer televisión en las cadenas de la TV abierta en EEUU.
Vista desde esta orilla, tal y como lo hacen de manera autoreferencial los actores en su interacción con (y este es quizá el peor resbalón del programa) el antipático británico James Corden (el pesado ese de 'Carpool Karaoke'), la serie marca una transición entre el sitcom clásico de los 60 y 70, —'Hechizada', 'Newhart', 'The Mary Tyler Moore Show', etcétera— y el de fin de siglo, yendo de un tipo de humor simplón a algo más sofisticado.
La historia ha pasado a juicio al programa por muchos defectos que tiene: su hoy clásica falta de diversidad racial en los personajes principales — todos son blancos y de clase media, sin verdaderos conflictos más allá de sus enredos románticos —; además de que también se ha señalado una sutil homofobia tradicional disfrazada de humorismo en algunos de sus chistes y bromas recurrentes (como la animadversión y resentimiento de Ross hacia Susan, la amante lesbiana de su exesposa Carol en las primeras temporadas, por ejemplo), así como algunos estereotipos étnicos como Gunther, el gerente de la cafetería, que es estereotipado como 'rarito' y 'creepy', o Janice, la ridícula exnovia de Chandler, que es la encarnación de todos los estereotipos de la princesa judía de New York, desde la voz nasal hasta el estilo de vestir, ambos exclusivamente explotados para sacar algunas risas.
Esto da pie a la discusión que tienen los actores acerca del concepto anclado en la realidad actual de que 'Friends' tal y como fue creada por David Crane y Marta Kauffman en 1993 sería impensable ahora mismo.
El elenco (y Corden) sostienen la idea de que en un mundo como el de hoy, lleno de sensibilidad cultural y con la generación 'woke' muy alerta, una serie acerca de seis solteros blancos ya no tiene un lugar. Por otro lado, la reunión es también una mirada a cómo el programa logró reflejar a una generación que se identificó con ella, como un sueño de vivir a todo dar en Manhattan sin ganar un sueldo alto y teniendo siempre alguien que te diera comida o cobijo.
Visto a la distancia, el éxito de la serie resulta inexplicable y eso es algo que Crane y Kauffman no dudan en señalar en su aparición en este especial: eran todos jóvenes, algunos a punto de tirar la toalla después de años de arduo esfuerzo sin triunfo, y que después de una década interpretando a sus personajes, algunos — como Schwimmer, LeBlanc o Perry — no volvieron a tener, siendo la gran excepción Aniston, que no es una gran actriz pero ha sabido cotizarse mejor que sus excompañeros.
Si algo deja la muy esperada reunión de los seis amigos más famosos de la televisión es que este programa no es una despedida, ni una intención de revivir el programa.
En realidad, es como ver a un grupo de gente que alguna vez conocimos y que nos cayeron bien, que nos cuentan anécdotas, chismecillos, hacen dinámicas, se ríen de sí mismos y comparten algunas risas antes de salir de nuevo de nuestras pantallas y de nuestras vidas, después de haber cobrado 3 millones de dólares por barba, dejándonos sin conocer más acerca de ellos, que aquello que están dispuestos a dejar saber a los fieles televidentes que siguen recordando con afecto a los seis vecinos, que nada tienen ya en común con el sexteto de blancos ricos, con numerosos liftings y retoques, que ahora ocupan su lugar.
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