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Jorge Salinas, de galán romántico a actor de carácter: un paso a la madurez para seguir vigente

Jorge Salinas es de esos actores que no necesitan presentación alguna, porque todo el mundo sabe quién es, como corresponde a las celebridades de verdad, en toda América Latina, donde ya tiene 31 años de carrera como uno de los protagonistas de novela más populares, si bien ahora busca ampliar sus horizontes y evolucionar a otro tipo de personajes que no necesariamente son de galán romántico.

MEXICO CITY, MEXICO - OCTOBER 16:  Jorge Salinas attends the
Jorge Salinas (Victor Chavez/Getty Images)

El suyo es un rostro confiable y atractivo, muy fácil de reconocer. Jorge, nacido en la Ciudad de México en 1968, ha pasado con su carrera por todas las etapas que corresponden a las transiciones de un actor en forma; desde figurante hasta protagonista, y es que no en balde lleva más de la mitad de su vida dedicado al medio artístico.

Desde que era adolescente, Salinas supo que tenía la vocación de actuar, por lo que al cumplir 18 años terminó sus estudios de bachillerato, audicionó para estudiar la carrera de actuación en el Centro de Educación artística de Televisa (CEA), bajo la tutela del enorme actor y productor Eugenio Cobo, que a la cabeza del semillero de talentos de la televisora dio pie a numerosas carreras de éxito — entre los graduados cuyos estudios dirigió Cobo están Alexis Ayala, Itatí Cantoral, Karyme Lozano, Sebastián Rulli, Anna Layevska, Sebastián Rulli y Maite Perroni, y muchos más.

Jorge empezó desde abajo y se fue ganando un lugar como talento de esa casa televisiva donde participó en importantes producciones desde 1991 con su primer personaje de importancia al lado de Daniela Castro y Raúl Araiza en 'Cadenas de amargura' y posteriormente, Emilio Larrosa lo incorporó a la segunda etapa de 'Muchachitas' y a su producción inmediata, 'Mágica juventud', en las que comenzó a llamar la atención. Entonces llegó 'Tres Mujeres', en la que fue Sebastián, el protagonista masculino, un hombre lleno de matices —no era un santo ni un bobo, pero tampoco era antipático y su química con Karyme Lozano era espectacular—, convirtiéndose en un auténtico ídolo de las masas, incluso para su sorpresa (usted no lo creería, pero Jorge es muy modesto: de hecho, es un tipo encantador al que la fama le sigue pareciendo un accesorio que viene con el trabajo y no necesariamente representa nada).

También ha trabajado en teatro y cine — cómo olvidar sus apariciones en 'Sexo, Pudor y Lágrimas', donde era pareja de Cecilia Suárez, un filme que impulsó mucho sus carreras, y posteriormente en la aclamada 'Amores perros', la famosa primera película de Alejandro Iñárritu (ya no usa el González, al parecer), compartiendo escena con Rodrigo Murray y Emilio Echeverría, en uno de los tres episodios que componen la cinta que fue escrita por el popular Guillermo Arriaga.

MEXICO CITY, MEXICO - OCTOBER 16:  (L-R) Jorge Salinas and Elizabeth Alvarez attend the
Con su esposa, Elizabeth Álvarez. (Victor Chavez/Getty Images)

Tras encarnar a protagonistas y villanazos a lo largo de tres décadas, y luego de irse y volver de Televisa —después de aquella crisis de 2017, en la que desaparecieron todas las exclusividades—, Jorge, casado con Elizabeth Álvarez (a quien conoció en 'Fuego en la sangre'), madre de sus mellizos Máxima y León, ha buscado el siguiente paso en su capacidad histriónica al incursionar en el rol de Vicente, uno de los miembros del elenco de soporte de 'S.O.S. Me estoy enamorando', la producción de Lucero Suárez (con quien ya había hecho 'Te doy la vida') que protagonizan Irán Castillo, Daniel Arenas y Marcelo Córdoba.

Como Vicente, Salinas es un entrañable hombre, amigo y mentor de Alberto (Arenas), que es invidente y que pese a tener este impedimento, no permite que le gane la amargura, buscando el amor en Laura (Souzana Melikian), una mujer madura como él, que le ofrece la estabilidad que buscaba y le permite superar todo, hasta su inseguridad, para ser un mejor hombre.

Es sabia la decisión de Salinas de evolucionar así, de comprender que el paso del tiempo y la madurez nos toca a todos y así poder demostrar que más allá de su apostura, es un actor con todas las tablas y que en 30 años ha sabido demostrarlo con sencillez y empatía, dos virtudes que un actor siempre requiere.

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