La verdadera Amelia Folch (de 'El Ministerio del tiempo'): una médica española que acudió a la universidad escoltada por la policía

Pionera en un oficio hasta entonces reservado a los hombres, esta mujer logró romper un techo de cristal que significó un verdadero impulso feminista en la profesión médica

Aunque el personaje que interpretó la actriz Aura Garrido en la serie de TVE era ficticio y el nombre inventado, su historia es real. (Foto: TVE/Fotogramas)
Aunque el personaje que interpretó la actriz Aura Garrido en la serie de TVE era ficticio y el nombre inventado, su historia es real. (Foto: TVE/Fotogramas)

Casi 150 años han pasado desde que, por primera vez en España, una mujer se licenciara en Medicina y Cirugía. Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, hoy te contamos la historia de Dolors Aleu Riera, una mujer pionera en una profesión de hombres.

Perseveró en su deseo de ejercer la medicina a pesar de los obstáculos de la sociedad de los siglos XIX y XX
Dolors Aleu perseveró en su deseo de ejercer la medicina a pesar de los obstáculos de la sociedad de los siglos XIX y XX. Lo consiguió gracias a su talento, perseverancia y determinación. (Foto:Família Cuyàs Robinson/ Galeria de Metges Catalans)

Nacida en Barcelona, se doctoró en Madrid en 1882 con una tesis titulada “De la Necesidad de encaminar por una nueva senda educación higiénico-moral de la mujer”, tres años mas tarde de haber finalizado sus estudios, fecha en la que le fue concedido el ‘permiso’ para hacer el examen de licenciatura. Una prueba que superó con la calificación de ‘excelente’ y tras la cual se especializó en Ginecología y Pediatría.

La Dra. Dolors Aleu aprobó con un excelente y se convirtió en la primera mujer licenciada de España; con su propia consulta médica. (Foto Dolors Aleu)
La Dra. Dolors Aleu aprobó con un excelente y se convirtió en la primera mujer licenciada de España; con su propia consulta médica. (Foto Dolors Aleu)

Sin embargo, tuvo que recorrer un camino arduo y complicado para lograrlo. Por recomendación de su padre, un funcionario de la policía que siempre le apoyó, fue con escolta a la Universidad donde recibió alguna pedrada.

Tras cursar los cuatro cursos de medicina (1874-1879) y superarlos con 5 premios de excepción, 15 sobresalientes y 5 notables de una veintena de asignaturas cursadas, el Ministerio de Educación le denegó la solicitud de presentarse a los exámenes para obtener el título de médico cirujano al año siguiente.

El estupor era tal que, según publica La Vanguardia, los funcionarios de Madrid escribieron a la universidad para comprobar la veracidad de que esta mujer se había matriculado y cursado la carrera de medicina. Querían saber cómo era posible si no era hombre. El centro respondió que no podían coartar los estudios a cualquiera que presentara el aprobado de bachillerato.

No sólo fue pionera a la hora de licenciarse, también fue la primera que ejerció la profesión, y lo hizo durante 25 años, con una consulta propia en la ciudad de Barcelona donde atendía y curaba a mujeres burguesas que llevaban años con dolencias ginecológicas sin atender “por no acudir al médico a causa de la vergüenza”.

Retrato familiar. (Foto Dolors Aleu)
Retrato familiar. (Foto Dolors Aleu)

También se dedicó a asistir a las prostitutas, madres solteras, mujeres pobres del barrio chino y niños huérfanos, quienes años después escoltarían el coche de caballos que trasladaba el féretro de la doctora el día de su entierro.

Sin embargo, apenas queda rastro de su trabajo que desapareció carbonizado. Las historias de sus pacientes, diarios, cartas, posibles textos de conferencias, libros o una simple receta… todo fue devorado por las llamas, excepto algunas fotos y una carta a sus hijos. También la documentación que conserva el archivo de la Universitat de Barcelona, algún artículo en revista especializada, recortes de La Vanguardia y las cartas cruzadas del catedrático que la animó a doctorarse.

En su trayectoria también destaca su labor como profesora de higiene doméstica en la Academia para la Ilustración de la Mujer, fundada por Esmeralda Cervantes. Además fue autora de textos divulgativos, orientados a mejorar la calidad de vida de las mujeres, especialmente en el ámbito de la maternidad.

A pesar de haber pasado más de un siglo, las palabras y mensajes recogidos en su tesis y trabajos siguen estando de actualidad al no haberse conseguido el cambio de paradigma por el que abogaba. Ejemplo representativo de esta situación aún desigual es la creación, por parte de la ONU, del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, puesto en marcha con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas.

La serie ‘El ministerio del Tiempo (TVE)’ <span>recoge el testimonio de tres mujeres que en contra de los prejuicios de la época estudiaron en la Universidad de Barcelona y se doctoraron el mismo año, en 1882: María Dolors Aleu Riera, Martina Castells Ballespí i Maria Elena Maseras Ribera.</span>(Foto: Pinterest)
La serie ‘El ministerio del Tiempo (TVE)’ recoge el testimonio de tres mujeres que en contra de los prejuicios de la época estudiaron en la Universidad de Barcelona y se doctoraron el mismo año, en 1882: María Dolors Aleu Riera, Martina Castells Ballespí i Maria Elena Maseras Ribera.(Foto: Pinterest)

Precursora de la lucha por la igualdad

Hoy en día, menos de un 30 por ciento del total de investigadores en el mundo son mujeres, la brecha salarial o el acceso precario de las mujeres a la atención sanitaria en muchas zonas del mundo siguen presentes casi 150 años después de que Dolors Aleu pusiera de relieve esta realidad.

Sin embargo, el camino que inició Dolors Aleu junto a otras pioneras como Martina Castells y Elena Maseras, está empezando a dar sus frutos, ya que según datos de la Organización Médica Colegial (OMC) y el Ministerio de Sanidad, hoy las médicas conforman más del 50 por ciento de la profesión médica.

Según el informe ‘Diagnóstico de género de la profesión, la desigualdad salarial, la conciliación, la falta de presencia de mujeres en la investigación, en la dirección de centros y en los espacios donde se toman las decisiones fomentan un sesgo de género que facilita la “invisibilidad” de las mujeres en las áreas de investigación sobre la salud, la formación de profesionales y los cuidados asistenciales.

Acceso a la profesión (médica) y al empleo

La evolución de los datos en los últimos años señala un avance rotundo en el cambio de proporción de hombres y mujeres. Según el último censo del Colegio de Médicos de Madrid, actualmente el número de colegiados es 45.035. De ellos, 25.094 son mujeres frente a 19.941 hombres.

Con ello ha desaparecido una brecha de género que en 1990 era de más de 39 puntos y en 2011 aún de 7,3 puntos. Aunque las mujeres son mayoría en los estudios universitarios y están optando a los estudios de Medicina, representando más del 60 por ciento del alumnado que termina sus estudios, pero su acceso a la docencia es limitado y aún lo es más a los puestos de mayor responsabilidad.

De hecho ocupan menos del 7 por ciento de las cátedras o menos del 16 por ciento del profesorado titular. Sin embargo, las mujeres son el 40 por ciento del personal docente e investigador universitario en las áreas de conocimiento de Salud, aunque en determinadas especialidades no llegan al 10 por ciento

Acceso al empleo

El acceso al primer empleo en el ámbito de la Medicina es muy alto en comparación con otras profesiones y también el desempleo en general tiene mejores datos. No obstante, el análisis de género destaca que ocurre lo mismo que en el resto de la sociedad: a las mujeres que buscan su primer empleo les cuesta más encontrarlo y que también son mujeres la mayor parte de las personas desempleadas.

Por otro lado, esta “feminización” de la profesión médica no se refleja en una igualdad real y la brecha salarial en sanidad alcanza una cuota del 23 por ciento, un porcentaje superior a la media nacional que se sitúa en el 21 por ciento.

Otro dato que muestra la desigualdad que padecen las mujeres en Medicina es el ‘techo de cristal’ con el que se encuentran para acceder a los puestos de dirección. Tan sólo el 20 por ciento de las labores de gestión y mayor responsabilidad lo desempeñan mujeres, una clara muestra que pone de manifiesto el camino que aún queda por recorrer en España en esta dirección de igualdad real que abrió Dolors Aleu.

¿Cuál es la situación en tu ámbito profesional? ¿Hay mujeres en puestos de responsabilidad? ¿Los sueldos de unas y otros son iguales?

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