La vuelta a la rutina será pan comido (si usas este truco)

Se llama ‘autoinstrucción’ y es una técnica sencilla que puede ayudarte a reforzar la conducta y afrontar tareas que nos provocan desazón, como la vuelta al trabajo o a clase. Todo está en tu cabeza, ¡ánimo!

Reaccionamos mejor a hechos negativos sin pensamos: “María, ¿por qué estás triste?” que si decimos “¿Por qué estoy triste?”.
Reaccionamos mejor a hechos negativos sin pensamos: “María, ¿por qué estás triste?” que si decimos “¿Por qué estoy triste?”.

Hablar de sí mismo en tercera persona nos permite distaciarnos del supuesto problema y tomárnoslo con más calma. En esto consiste un sencillo método de autocontrol que, según explican sus descubridores, “tendrían profundas implicaciones en nuestro conocimiento básico del control de las emociones y nos ayudaría a encontrar nuevas maneras de manejarlas en el día a día de la gente”.

Suena raro, como si se nos hubiera ido un tornillo. Enseguida me viene a la cabeza Aída Nizar, una concursante del reality ‘GH VIP 5’ que está para que la aten. Ella confesó que el origen de que se refiera a sí misma en tercera persona se encuentra en su infancia y que lo hace desde que tenía 3 años. Pero a lo que iba, que hacerlo consciente y ocasionalmente ante una situación concreta ayuda a liberar tensión y desdramatizar.

Dos experimentos distintos probaron que funciona y llegaron a la misma conclusión: el simple hecho de hablar en silencio contigo mismo en tercera persona en los momentos de estrés puede ayudarte controlar mejor las emociones negativas y a superar con éxito cualquier reto.

Los expertos llegaron a esta conclusión tras llevar a cabo dos experimentos. En el primero de ellos, realizado en el Clinical Psychophysiology Lab bajo la batuta de Jason Moser, profesor asociado de Psicología en la Universidad del Estado de Míchigan, los voluntarios tuvieron que contemplar imágenes neutrales, inquietantes y desagradables.

Es bueno sacar las emociones pero no dejar que te dominen. Aprender a gestionar la ira y la frutración te hará más fuerte para afrontar lo que venga.
Es bueno sacar las emociones pero no dejar que te dominen. Aprender a gestionar la ira y la frutración te hará más fuerte para afrontar lo que venga.

El ejercicio consistía en mirar fotos tan perturbadoras como un hombre apuntando hacia ellos con una pistola y expresarse en primera o tercera persona mientras los científicos examinaban la reacción de sus cerebros mediante un electroencefalograma. Así vieron que la actividad cerebral vinculada a las emociones decaía muy rápidamente, en apenas un segundo, cuando el individuo se refería a sí mismo en tercera persona.

Además, los investigadores midieron el trabajo mental que suponía utilizar una u otra persona verbal, para comprobar que ambas prácticas exigían poco esfuerzo y que no había diferencias apreciables entre ellas.

“Esto es un buen presagio para el uso de la auto-charla en tercera persona como una estrategia in situ para regular las emociones, explica Moser, ya que muchas otras formas de regulación de la emoción requieren un considerable esfuerzo de concentración”.

No eres el única que ha vuelto a la oficina hoy. Alégrate de tener un trabajo al que volver y no te agobies. No hay que hacerlo todo de golpe, ve retomando temas poco a poco.
No eres el única que ha vuelto a la oficina hoy. Alégrate de tener un trabajo al que volver y no te agobies. No hay que hacerlo todo de golpe, ve retomando temas poco a poco.

En el segundo experimento, dirigido por el profesor Ethan Kross, se invitó a los participantes a referir experiencias dolorosas de su pasado, en primera y tercera persona, a la vez que visualizaban cómo se comportaban sus neuronas, esta vez mediante la técnica de resonancia magnética funcional (FMRI).

Los resultados fueron muy similares: las áreas de la masa gris más vinculadas a las emociones se encendían menos cuando los sujetos contaban sus recuerdos refiriéndose a ellos mismos como si se tratara de alguien ajeno.

Así funciona

La cosa va así. Cuando veas que algo te desborda y te empieza a afectar más de normal o estás a punto de salirte de tus casillas y explotar, para de inmediato lo que estés haciendo. Lo suyo es plántarse de un espejo y encararte contigo mismo, sin miramientos ni complejos. Así que si puedes, busca un sitio tranquilo y solitario (el baño, la cocina, la sala de reuniones…), sino mantén la vista en un punto y dirígite a ti mismo, mentalmente o en voz alta si quieres. “Pepe, ¿qué ocurre?”, “María, ¿por qué estás disgustada” o “Carmen, tú puedes”.

Esto hace que emocionalmente seas menos reactivo que cuando te dirige a sí mismo en la primera persona: “¿Por qué estoy molesto?”.

“En esencia, pensamos que referirse a sí mismo en la tercera persona lleva a la gente a pensar sobre sí mismos de forma más similar a cómo piensan sobre los demás, y se puede ver evidencia de esto en el cerebro, explica Moser. Eso ayuda a las personas a establecer cierta distancia psicológica de sus propias experiencias, lo que a menudo puede ser útil para regular las emociones”.

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