Las consecuencias de tener unas encías enfermas (en distintas partes del cuerpo)
No es normal que sangren ni que duelan, ni siquiera si estás embarazada. Para que el corazón, el estómago o la espalda estén sanos y fuertes debes tener una buena higiene bucal y visitar al dentista una vez al año
Las encías son una mucosa que protege nuestros dientes de los distintos agentes patógenos que anidan en la boca. Su estado es un claro indicador de nuestra salud bucal y de la afección de otras posibles enfermedades sistémicas.
Con este mensaje, el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región (COEM) y su Fundación (FCOEM), han lanzado la campaña “No te engañes, las encías sanas no sangran”, en la que hacen hincapié en la importancia de cuidar las encías, ya que, con una serie de medidas preventivas y llevando a cabo una buena higiene bucodental, se podrían evitar infecciones, mal aliento y la aparición de enfermedades como la gingivitis.
Asimismo nos recuerdan que “es importante acudir al dentista cuando se observan cambios en el aspecto de las encías, como enrojecimiento o sangrado”.
El dentista, como profesional que diagnostica estas dolencias, sabe que la periodontitis y la gingivitis –una inflamación más superficial que produce sangrado y puede derivar en periodontitis– aumentan el riesgo de ser hipertensos, tener diabetes y de sufrir una enfermedad cardiovascular y, por tanto, puede dar unos consejos de prevención al paciente sobre sus hábitos de vida, como dejar de fumar, tomarse la tensión más a menudo e ir al médico de forma periódica para detectar esas posibles asociaciones y tratarlas”, cuenta a La Vanguardia la doctora Almudena Castro, cardióloga y coordinadora de MimoEncías.
La gingivitis es la inflamación superficial de las encías, cuya principal señal de alerta es el sangrado de estas. Sin el tratamiento adecuado puede provocar una infección más grave y profunda de los tejidos gingivales que rodean al diente produciéndose al final la pérdida dentaria.
La falta de higiene conlleva la formación de la placa bacteriana y que las bacterias entren y se asienten en nuestros dientes y encías, responsables de la irritación y la inflamación del tejido gingival, entre otros efectos. El COEM recomienda la visita al dentista, por lo menos cada 6 meses, para mantener unas encías sanas.
Además de estas recomendaciones, el COEM y su Fundación recomiendan cuidar la dieta, evitando alimentos azucarados; no fumar ni beber alcohol y tener cuidado con los piercings en la boca, lengua y labios; ya que favorecen la aparición de traumatismos y lesiones.
“Consideramos que parte de la población desconoce la verdadera importancia de mantener una correcta salud de las encías y su estrecha relación con la prevención de muchas patologías y enfermedades. Por esta razón, se hace necesario trasladar al ciudadano la importancia de seguir estos sencillos consejos y de acudir siempre a nuestro dentista cada seis meses para prevenir patologías más importantes”, afirma el Dr. Antonio Montero, presidente del COEM.
Relación con otras enfermedades
Existe una evidencia científica muy clara sobre la relación que existe entre la periodontitis y la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y algunos trastornos que se producen en el embarazo. Estas asociaciones se han establecido en múltiples estudios observacionales y se han confirmado en varias revisiones sistemáticas.
Los endocrinólogos, los cardiólogos o los ginecólogos son ya conscientes de la conveniencia de recomendar a los pacientes que cuiden y revisen sus encías periódicamente. Además, existen evidencias preliminares sobre la vinculación de la enfermedad periodontal con patologías como las respiratorias o las digestivas, entre otras.
El origen de todas estas correlaciones se basa, fundamentalmente, en la gran cantidad de bacterias que invaden la encía cuando se produce una periodontitis, y que entran al torrente sanguíneo, dando lugar a otros problemas en otras partes del organismo.
Las encías sanas están perfectamente selladas alrededor de los dientes, de tal manera que aíslan las estructuras internas (las raíces y el hueso que las sujeta) del exterior. Cuando las encías enferman por la acumulación de placa bacteriana, se inflaman y pierden parte de su sellado alrededor de los dientes. Es entonces cuando permiten que las bacterias penetren hacia el interior y entren en contacto con el organismo. La presencia de bacterias por debajo de la encía induce una bacteriemia significativa cuando masticamos o cuando nos lavamos los dientes, lo que puede repercutir negativamente en otras partes del organismo.
¿Cuántas veces al día te limpias los dientes? ¿Vas al dentista cada año?
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