Las zapatillas que te hacen sentir la esclerosis, ¿y si te pasa a ti?

Lo de “ponerse en sus zapatos” es más literal que nunca gracias a la iniciativa de un laboratorio español que ha querido mostrar lo que supone vivir con esclerosis múltiple

Al calzarte estas zapatillas sentirás, fatiga, hormigueo, desequilibrio y dolor. (Foto: Biogen / El Independiente)
Al calzarte estas zapatillas sentirás, fatiga, hormigueo, desequilibrio y dolor. (Foto: Biogen / El Independiente)

Los síntomas de la esclerosis múltiple(EM) son diversos y variables, pero muchos de ellos tienen una cosa en común: pasan desapercibidos para la mayoría de la población. Fatiga, adormecimiento u hormigueo, visión doble o borrosa y problemas de equilibrio son algunos de los síntomas que ayer pudieron experimentar un grupo de personas gracias a unas novedosas zapatillas deportivas y al set sensorial creados para Biogen.

Esta iniciativa forma parte de la campaña mundial #BringingUsCloser con la que la compañía busca dar visibilidad a la enfermedad en el Día Mundial de la EM a través de un mayor conocimiento de sus principales síntomas, a los que hay que añadir “la incomprensión y la incertidumbre, tanto en el ámbito familiar como laboral”, apunta la directora de la Fundación Madrid contra la Esclerosis Múltiple (FEMM), Carmen Valls.

Lamentablemente, estas señales son solo parte del problema, pues existen muchas otras secuelas derivadas de la enfermedad. Es el caso de la depresión y otros desajustes emocionales, problemas `no visibles´ de los que muchas veces no se habla y la mayoría de la población desconoce, pero que están ahí y condicionan enormemente la calidad de vida de los pacientes.

De hecho, mucho más allá de lo que gente pudiera llegar a imaginar, de las 47.000 personas que sufren de esclerosis múltiple en nuestro país, más de la mitad de los afectados padece depresión en algún momento de la enfermedad ligada al curso degenerativo y progresivo de la misma. “Los pacientes viven con mucha ansiedad la falta de entendimiento por parte de su entorno y eso genera un estrés añadido a su nueva situación, ya de por sí estresante, porque deben asumir un cambio en sus vidas. El paciente pasa por varias fases: primero experimenta ansiedad, luego paciencia y, más tarde, resignación”, puntualiza la experta.

<strong> Cada año se diagnostican 1.800 nuevos casos</strong> y, como recuerda la Sociedad Española de Neurología, la EM es la<strong> segunda causa de discapacidad entre los jóvenes tras los accidentes de tráfico.</strong> (Foto: <span class="asset-item-link"><span class="asset-item-author">El HuffPost</span></span>)
Cada año se diagnostican 1.800 nuevos casos y, como recuerda la Sociedad Española de Neurología, la EM es la segunda causa de discapacidad entre los jóvenes tras los accidentes de tráfico. (Foto: El HuffPost)

Por eso es importante que los afectados acudan a una asociación de pacientes, donde no tienen que luchar con esa incomprensión, sino todo lo contrario, todo el mundo entiende y sabe por lo que les está pasando. También es aconsejable que “asistan a un taller para recién diagnosticados e incluso, ir un poco más allá e ir a un psicólogo durante un tiempo para asentar muy bien los pilares de lo que va a ser convivir con la esclerosis múltiple”.

Este coctel de emociones tiene mucho que ver con el carácter variable e impredecible de la enfermedad y con el hecho de que los primeros síntomas de la enfermedad aparecen entre los 20 y 40 años. Los síntomas surgen durante lo que los expertos denominan brotes, los cuales además de no ser predecibles, pueden durar días, semanas e incluso meses, y variarán de un episodio a otro, según la zona del sistema nervioso central dañada.

El diagnóstico llega entre la segunda y la cuarta época de la vida, coincidiendo con un momento de máximo desarrollo en todos los aspectos de la vida de la persona, tanto a nivel personal como laboral, social y familiar”, explica la neuróloga Virginia Meca, del Hospital Universario de la Princesa (Madrid).

Una vez transcurrido el periodo de inflamación aguda de los síntomas, estos suelen desaparecer completamente, aunque en alguna ocasión pueden dejar algún tipo de secuela. Los síntomas más comunes son la fatiga, que afecta al 94 por ciento de los pacientes, seguido de problemas de equilibro y coordinación (92 por ciento), hormigueo o ardor (88 por ciento), espasticidad o tensión muscular (82 por ciento), dolor muscular (81 por ciento) y trastornos visuales (74 por ciento).

¿Has notado alguno de estos síntomas? ¿Conocías esta enfermedad?

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