León Ferrari, arquitectura y abigarrado urbanismo de Sao Paulo

La muestra “León Ferrari. The Architecture of Madness”, está formada por 27 heliografías, realizadas entre 1980 y 1986, impresas con la técnica Letraset. Técnica utilizada por los arquitectos para la impresión de proyectos. Estas obras están referidas a la vida en Sao Paulo, ciudad en la que, en 1976, el artista se exilió huyendo de la dictadura argentina, que asesinó a su hijo Ariel en el tenebroso centro Escuela de Mecánica de la Armada. Ferrari regresó a Argentina en 1991, y continuó haciendo arte. En 2008 creó el Augusto (su padre) y la Fundación León Ferrari que mantiene vivo el recuerdo del artista. Murió el 25 de julio de 2013 a la edad de 92 años. Está enterrado en el cementerio de La Chacarita.

Estos trabajos, en lenguajes que combinan tanto recursos expresivos de la abstracción como de la figuración, pulsan la vida en la ciudad de Sao Paulo. Su arquitectura y abigarrado urbanismo, los hábitos viales de los habitantes, el carácter de la distribución espacial y los elementos de estilos arquitectónicos, de producción y consumo que, bajo el impacto de la producción y consumo capitalista, van dando rostro a las metrópolis latinoamericanas.

La obra de León Ferrari (Buenos Aires, 1920-2013) es una de las obras más inclasificables de entre los artistas latinoamericanos de mayor renombre en la segunda mitad del siglo XX. Además de pinturas y dibujos produjo también collages, carteles, grabaciones, video, fotografías, escultura y otros objetos. Y es inclasificable, entre otras razones, por el amplio abanico poético que alcanza su lenguaje. Unas veces en clave abstracta, desde la abstracción más geométrica, constructivista, hasta la más lírica. Desde la figuración expresionista y realista, hasta aquellas obras con matices más neo figurativos. Si en lo poético Ferrari acude a una gran variedad de lenguajes, combinándolos sintéticamente para reforzar la expresión, en lo discursivo, en cambio, el artista se ha concentrado en toda su trayectoria en un solo enunciado: la constitución del poder a través de los organismos que sustentan sus bases, y la manera en que este poder es administrado y ejercido.

Estas obras tienen un marcado carácter gráfico si pensamos que están constituidas por alusiones a señales, iconos o símbolos empleados por diseñadores, arquitectos y urbanistas para designar la presencia de todos aquellos atributos que genera el mundo de la ciudad en su interacción sociocultural. Así vemos cómo las obras son tituladas conforme estos objetos o cosas dentro de la vida urbana. Por ejemplo, obras construidas a partir de las simbologías alusivas a mesas, camas, espectadores, gente, etc., que denotan su empleo tanto en el espacio publico como en el privado. Pero también podemos encontrar obras que emplean iconos indicativos de los coches, las pasarelas y escaleras, los jardines, autopistas y caminos, de cruces y rotondas, recreando toda una geografía simbólica necesaria para la gestión y comunicación de la vida.

De ahí que la obra ‘Autopista del sur‘ sea una espiral en perspectiva aérea cuyas sendas están saturadas de tráfico. Mientras que en una obra como ‘Espiral’ dicha figura hace circular el icono de transeúntes clonado numerosas veces con el que se designa la presencia de transeúntes en la vía. A estas obras, se añaden otras como ‘Planta’ que es el plano de una ciudad hecha a base de toda esta nomenclaturas de convenciones signadas tanto por lo urbanístico como también por la arquitectura y el paisajismo.

Cuando vemos en perspectivas todas estas obras percibimos una mentalidad razonada, un espíritu que se adentra en los significados socioculturales que transmiten toda esta jungla de símbolos y señales aplicado a la planificación de la vida moderna. Ferrari, que realmente estudió ingeniería y no bellas artes, tiene una sensibilidad muy fina a la hora de pulsar el ritmo trepidante de una urbe como Sao Paulo.

Resulta llamativo que en muchas de estas obras la poética abstracta manifestada en la voluntad de unas apariencias geométricas se configure a partir de estos elementos de las señales de la ciudad. Las ciudades abigarradas, laberínticas e indescifrables, las calles, los edificios, las pasarelas y los puentes nos hablan también desde un lenguaje en clave simbólica de lo convulsa que se ha tornada la existencia bajo el impacto de la producción y consumo de la era post capitalista. Pero si llamativo resulta esta especie de endiablada caligrafía de Ferrari para ilustrar el pulso acelerado de la vida, también lo es que en muchas de estas obras las figuras geométricas emergidas están hecha a partir del icono del transeúnte en obras como ‘Cruce’, ‘Destino’, ‘Cuadrado’ o ‘Escritura’.

Y bajo esta simbología de transeúnte parece estar un ciudadano privado de sus derechos fundamentales por los regímenes dictatoriales impuestos, excepto raras excepciones, en toda América Latina en la década de 1960 y 1970. Pero este transeúnte es también el hombre-masa del que habla Ortega y Gasset, en su ensayo ‘La Rebelión de las masas’ (1927) y, también, es el personaje de la novela de Robert Musil ‘El hombre sin atributos’ (1943), un ser domesticado y diseñado para responder automáticamente a los comandos políticos sociales y los imperativos económicos del poder del capital.

“León Ferrari. The Architecture of Madness”, Pan American Art Projects, 274 NE 67 Street, Miami, 33138. Hasta el 1 de abril.

Dennys Matos es crítico de arte, curador y editor que vive y trabaja en Miami y Sta Cruz de Tenerife. Islas Canarias, España.