Yahoo Estilo Lely Céspedes vendía sus cosas en mercadillos para alimentar a sus hijos
La ex mujer de Ernesto Neyra, Lely Céspedes, se ha abierto en canal y ha contado lo dura que ha sido su vida luchando por sus hijos.
Hace pocos días nos sorprendía la noticia del repentino ingreso en la prisión de Huelva de Ernesto Neyra. El ex bailarín ha acabado entre rejas tras estar en busca y captura siendo detenido en un hotel de Matalascañas.
El motivo del ingreso en la cárcel de Neyra es la pensión alimenticia de sus hijos. Su ex esposa Lely Céspedes le llevó ante la ley por no pasar la manutención de sus hijos en común y éste siguió sin pasar la pensión completa y no pagó la multa que le adjudicó la justicia.
Ahora que Ernesto Neyra duerme a la sombra, Lely Céspedes vuelve a estar de actualidad y no ha dudado en visitar el plató de ‘Viva La Vida’ para relatarle a Toñi Moreno y al resto de colaboradores la durísima realidad que ha tenido que vivir.
Lely ha sacado a su tres hijos adelante completamente sola y sin el apoyo económico de su padre, Ernesto Neyra. La modelo ha querido dar su versión explicando que ha sufrido mucho, emocionándose hasta las lágrimas y abriendo su corazón.
Toñi le ha preguntado a Lely que en qué ha trabajado estos últimos años y ella, sincera y rota, ha respondido “en todo lo que he podido y puedo.” Y ha añadido: “He trabajado en bares, he cuidado a ancianos… actualmente estoy cuidando a una señora mayor pero no es un trabajo fijo.”
Lely ha relatado que, a pesar de intentar trabajar en todo esto: “No llego, le debo dinero a todo el mundo y cuando cojo algo extra es para ayudar a esta gente que me ha ayudado a mí.”
La confesión más fuerte de Céspedes ha llegado cuando a Toñi Moreno le ha llegado un mensaje en el que alguien le explicaba: “He visto a Lely vendiendo sus cosas en un mercadillo para poder dar de comer a sus hijos”.
En pleno llanto, Lely admitía que era cierto: “Me levantaba a las seis de la mañana y me iba a una hora de camino, ponía una manta y mis cosas” ha dicho completamente derrumbada al recordar tan dolorosos instantes.
La verdad es que escuchando su testimonio y viendo, por otro lado, a Ernesto Neyra de vacaciones en un buen hotel y sin pagar lo que debería a sus hijos, me parece justo que la ley haya actuado y ojalá ahora los tres hijos puedan recibir la compensación de lo que su propio padre les ha negado en el pasado.
Así, además de los hijos, el esfuerzo de Lely como madre se verá premiado y, con suerte, podrán vivir un poco más desahogados en el aspecto económico.
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