Letizia y Meghan: dos ‘royal’ cuestionadas desde el inicio y con finales muy diferentes

Meghan Markle y Letizia Ortiz tienen mucho en común y es que ambas mujeres llegaron a la familia real por amor a sus respectivos príncipes, Harry y Felipe. Si bien Letizia sabía que iba a ser reina debido a la línea de sucesión, Meg tenía claro que no.

Meghan proviene de origen plebeyo, del seno de una familia normal de clase media y de padres separados. Además, su trabajo anterior nada tiene que ver con la monarquía sino que era, como todos sabemos, actriz de Hollywood.

Letizia, por su parte, también trabajaba de cara al espectador en los medios de comunicación como periodista y presentadora de informativos antes de enamorarse de Felipe VI. El criticado origen de la actual reina de España es de sobras conocido y es que Letizia también viene de una familia de clase media y, encima, es una mujer divorciada.

Cuando se hizo pública su relación con Felipe los medios la criticaron fuertemente y señalaban que ella iba a dinamitar la corona con su ‘modernidad’ y por no haber sido formada para ejercer como monarca de un país, sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Letizia ha demostrado que desempeña a la perfección su labor de reina y, de hecho, con todas las polémicas de la monarquía española, es el apoyo incondicional y la única imagen que se mantiene a flote al lado del rey, dado que tanto Sofía, como las infantas y sus hijos como el rey emérito, han protagonizado sonados escándalos relacionados con dinero, privilegios o malas actitudes en tiempos de pandemia.

Meghan también ha sido cuestionada por la prensa, en este caso británica, y la han acusado de ser la causante del ‘Megxit’ que ha separado a Harry de su familia y que, además, ha dejado a la monarquía con la peor imagen posible tras su entrevista con Oprah Winfrey en la CBS.

La prensa deja entrever que Meghan controla a Harry y es que ella ha demostrado ser una mujer fuerte, valiente, de carácter independiente y feminista así como antirracista. Tintes de feminismo también hemos visto en los discursos de la reina Letizia y, por supuesto, su carácter marcado ha salido a relucir desde el inicio con aquel gesto de mandar a callar a Felipe en una de sus primeras apariciones públicas como pareja.

También es imposible olvidar el episodio con su suegra Sofía en Mallorca donde no la dejó fotografiarse con sus nietas y tuvieron un rifirrafe delante de la prensa. Sin embargo y aunque Meghan y Letizia tienen todos estos rasgos en común y han estado en el foco de la polémica, el desenlace de ambas ha sido completamente diverso.

Letizia goza hoy en día de buena prensa y es que su profesionalidad es intachable a nivel institucional y al margen de su personalidad en la que también tiene actitudes que la separan de Markle como no querer animales en Zarzuela mientras que Meghan es una amante de los animales y tiene varios perros adoptados, Guy y Pula.

El final de Meghan está siendo agónico y es que la prensa la sigue criticando (ahora más que nunca por no lavar los trapos sucios de la familia real en la intimidad) y ella ha admitido que, cuando estaba embarazada de Archie, se planteó suicidarse.

Quizá Letizia ha sido más madura a la hora de saber aguantar la presión pública que conlleva abandonar tu mundo anterior para servir a la corona y al país, mientras que Meghan no estaba preparada para todo esto y ha preferido alejarse y vivir una vida familiar y tranquila junto a su marido y sus hijos, Archie y la pequeña que todavía no ha nacido.

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