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Lindsay Wagner, la Mujer Biónica: de un affair con Germán Kraus a ¿un antídoto contra el Covid-19?

De personaje de ficción con poderes sobrenaturales a divulgadora de hábitos saludables y curaciones holísticas. Lindsay Wagner, la actriz que alcanzó la popularidad en los 70 al protagonizar La Mujer Biónica, no ha cesado en su afán por explorar los límites del cuerpo humano, incluso recurriendo a fórmulas como el MMS o dióxido de sodio, hoy rechazado por la OMS para tratar el coronavirus.

Modelo, cantante, autora de libros, coach de actores y profesora, la intérprete participa en la actualidad en eventos vinculados con la ciencia, la tecnología y los videojuegos. La mujer convertida en un organismo cibernético en épocas en que estos adelantos recién aterrizaban en la pantalla, también es considerada por algunos autores como un símbolo pionero en la ciencia ficción de género en televisión por aquel papel.

Un repaso por su vida y su carrera revelan el recorrido de esta figura nacida en Los Ángeles (California) a finales de los años 40, madre de dos hijos y que en unos días cumplirá sus 71 años.

Si El Hombre Nuclear de Lee Majors era un hombre algo parco y de pocos gestos, su contraparte femenina resultó ser todo lo contrario. Wagner supo dotar a su personaje más famoso, la Mujer Biónica, de la humanidad necesaria para convencer tanto al público como a la crítica.

Había debutado en 1971, en la segunda temporada de Adam-12, y al momento de protagonizar su propio programa ya contaba con un extenso recorrido en cine y televisión. Sin embargo, su rostro se volvió conocido en 1975, personificando a Jaime Sommers en El Hombre Nuclear. Participó del ciclo durante toda la tercera temporada hasta que los productores se convencieron, gracias a la buena reacción de la audiencia, de que el personaje merecía su propio espacio

La Mujer Biónica se convirtió en 1978 en un suceso en el mundo entero y Lindsay, en una de las actrices más cotizadas del momento. El programa tuvo una segunda temporada y ella ganó un Emmy a la mejor actriz en rol dramático y fue nominada a los Globo de Oro. Semejante éxito hizo que muñecas y juguetes con su imagen se vendieran en cantidades exorbitantes y que muchas niñas soñaran con tener sus superpoderes.

Como ocurrió con otras grandes promesas de la época (tal fue el caso de las actrices de Los ángeles de Charlie; de Lynda Carter, de La Mujer Maravilla, o de Catherine Bach, de Los Dukes de Hazzard-), Lindsay no volvió a gozar de las mieles del éxito.

Sin embargo sería muy injusto decir que su carrera fue un fracaso. Participó de unas 25 series televisivas; protagonizó más de cuarenta películas para televisión y su figura pudo ser vista una decena de veces en la pantalla grande.

Su deseo de comunicar ideas para ayudar a las personas en su viaje personal se demuestra en muchas de las películas en las que participó, como El increíble viaje de la doctora Meg Laurel (1979), Quiero vivir (1983), Llanto de niño (1986), sobre abuso sexual infantil (1986); El secuestro del vuelo 847 (1988), sobre la raíz del terrorismo; Evil in Clear River (1988), sobre el ascenso silencioso del movimiento neonazi en América; Solo por venganza (1990), que pone el foco en la violencia familiar; Luchando por mi hija (1995), sobre la prostitución adolescente (1995); Lazos secretos (2005), que expresa compasión por el reino animal y la importancia de la familia, o Cuatro mujeres extraordinarias (2006), que refleja el efecto emocional del cáncer de mama en los miembros de una familia (2006).

También participó en el film Billy, the Early Years (2008) y como estrella invitada en la serie NCIS: Naval Ciminal Investigative Service (2015) y en los especiales para tevé Love Finds You In Valentine y Change of Heart, de 2016.

Entre sus últimos papeles destaca su participación en la serie Grey's Anatomy, en 2018 junto a Ellen Pompeo. En el longevo drama médico, la actriz dio vida a Helen Karev, madre del doctor Alex Karev. Ese mismo año también se estrenó la película Sansón, drama bíblico dirigido por Bruce Macdonald en el que Lindsay asume el rol nada menos que de la madre del poderoso protagonista.

Después de un verdadero éxito en el cine y la televisión, Lindsay Wagner se alejó del centro de atención y redujo sus apariciones para dedicar más tiempo a su familia. La actriz se casó cuatro veces, pero su fuerte no fue mantener largas relaciones. Su primer esposo fue el músico Allan Rider, con quien pasó por el registro civil en 1971 y de quien terminaría divorciándose tres años más tarde. Después llegarían Michael Brandon (1976-1979), Henry Kingi (1981-1984), con quien tuvo dos hijos, Dorian y Alex, y, finalmente, el productor Lawrence Mortoff, con quien estuvo casada entre 1990 y 1993.

Fuera de los estudios y los sets, Lindsay tuvo otros grandes amores, como la música y la escritura, área en la que debutó, en los 90, con un libro que hablaba de las bondades de la "acu-presión", una técnica que, según ella, sirve para conservar una piel tersa y suave. Luego vendrían dos libros de cocina con recetas para veganos y un CD de meditación, Open to Oneness. En el último tiempo, además, se dedicó a brindar seminarios con consejos de autoayuda para "calmar la mente y abrir el corazón". Wagner se ha caracterizado por expresar un compromiso a través de su trabajo y su vida personal para explorar y avanzar en el potencial humano.

Durante 25 años, ha sido la presidenta honoraria del Consejo Interinstitucional sobre Abuso y Negligencia Infantil en su país y ha estado involucrada en asuntos de derechos humanos, violencia doméstica, bienestar animal y medio ambiente. De 2003 a 2006, en colaboración con el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles, Lindsay co-facilitó un grupo de asesoramiento para agresores y sus familias, que abarcó una variedad de técnicas psicológicas y espirituales. También promueve talleres y retiros experimentales diseñados para ayudar a superar desafíos personales.

En 2016, Lindsay Wagner reveló en una entrevista con la cadena ABC 7 que utilizó el denominado Suplemento Mineral Milagroso, conocido con las cifras MMS o dióxido de cloro, que lleva años publicitándose como una cura para graves afecciones como la malaria, el HIV, el cáncer o mismo, en la actualidad, el coronavirus.

Rechazado por la OMS y sin haber sido reconocido por ninguna institución sanitaria como medicamento, el químico habría servido, sin embargo, a la actriz para poner fin a una fuerte dolencia a causa de una urticaria crónica severa que le provocaba grandes ronchas y profundas molestias de ardor y picor.

"Estaba estupefacta. En una semana me desapareció el dolor y la urticaria", afirmó ante el citado medio. "No soy médica. No soy científica. No soy química. Pero parecería que esto me ha curado", dijo. Tras ello, dejó en claro que no estaba recomendando el uso de MMS a nadie sino que se limitaba a compartir su experiencia.

Para algunos autores, La Mujer Biónica de Lindsay fue una inspiración en todo el mundo y un ejemplo de reivindicación de la igualdad de género pionero en la televisión. Su personaje se separó del también icónico Six Million Dollar Man y fue destacada por ser una agente secreta reconstruida como medio robot después de un devastador accidente y que asumía peligrosas operaciones.

El escritor David Greven analiza en su último libro, La Mujer Biónica y la ética feminista (2020), el programa de televisión de culto y a su heroína, Jaime Sommers, como una pieza radical de la cultura pop, tanto para el feminismo como para el público queer.

En una reciente entrevista con la revista estadounidense The Advocate, el autor dijo: "La Mujer Biónica perdura por muchas razones: la primera es que fue pionera en la ciencia ficción centrada en la mujer y otros tipos de drama de género televisivo, allanando el camino para Dark Angel, The Sarah Connor Chronicles, Witchblade y Buffy Summers. Jaime Sommers fue un personaje que comenzó como profundamente vulnerable, en guerra con su propia identidad, y ganó fuerza, confianza y resistencia con el tiempo, una metáfora adecuada para el viaje del armario al yo-aceptación. Si bien uno puede ver su identidad biónica secreta como una forma de armario, prefiero verla como la propia comprensión de la persona gay, queer o trans de sus reservas secretas de distintivo maravilloso esperando ser liberada. La serie también trató temas sobre la familia elegida: Jaime fue criada por los padres de Steve Austin y la familia de su jefe, por el médico biónico Rudy Wells y por su mejor amigo. Por otro lado, en el episodio "On the Run", Jaime amenaza con dejar atrás la heterosexualidad por completo forjando una vida autónoma en su esfuerzo por eludir el control de un gobierno que la ve como una propiedad", matiza.

¿Qué haría ahora La Mujer Biónica para luchar contra el Covid?, le preguntan al autor del libro. "Jaime les pediría a todos que se quedaran en sus casas en cuarentena mientras ella, Oscar Goldman y Rudy Wells trabajan para producir una vacuna y se aseguran de que los más vulnerables estén protegidos", especuló Greven.

A fines del año pasado, tuvo lugar el estreno de uno de los videojuegos más esperados del año: Death Stranding, obra de Hideo Kojima (autor de la saga Metal Gear) y Lindsay Wagner participó en la producción como una de las estrellas de Hollywood que pone voz y cuerpo a capturas de movimiento. La propuesta es considerada casi una película por su arte, estética y la experiencia que implica para los jugadores.

Como ícono pionero del arte audiovisual cibernético, la actriz también es invitada habitualmente a eventos temáticos como la convención FanX. En 2019, los fans pudieron disfrutar de un maravilloso reencuentro entre la Mujer Biónica y su antigua dupla, Lee Majors. Ambos compartieron con la audiencia un debate acerca de los roles de las superfiguras en la ficción.