Lo que comas a lo largo del día te aleja o te acerca a la felicidad

¿Alguna vez te has planteado qué es para ti la felicidad? ¿Qué cosas llenan tu vida? ¿Qué tienes a tu alcance que te haga sentir realmente bien? ¿Qué tenías en el pasado que ahora ya no tienes? ¿Qué has querido hacer siempre y nunca has hecho?

Hay comida riquísima que te hará sentirte bien pero es un espejismo. Ese efecto positivo desaparece pronto dejando paso al arrepentimiento. (Foto: Shutterstock)
Hay comida riquísima que te hará sentirte bien pero es un espejismo. Ese efecto positivo desaparece pronto dejando paso al arrepentimiento. (Foto: Shutterstock)

En realidad, la felicidad está mucho más cerca de lo que creemos; nos empeñamos en buscarla a través del bienestar, el confort, la tranquilidad, los privilegios o el éxito y no nos damos cuenta de que hay muchas pequeñas cosas a nuestro alrededor con una magia especial y que, si les dedicamos tiempo y atención y nos paramos a disfrutar de ellas, no pueden pagarse con nada en este mundo. Y es que la felicidad está en nuestro interior, solo tenemos que aprender a sacarla.

Por ejemplo, aunque la comida sea solo una pieza del puzzle de nuestro estado emocional, se puede aprender a alcanzar el bienestar a través de la alimentación. Obviamente no sirve de nada si no cambiamos también algunos hábitos mentales y físicos.

Cuanto más nos paremos a pensar en lo que estamos haciendo con nuestra vida y más busquemos en nuestro interior, más fácil será hacer cambios y más rápido notaremos estas modificaciones en nosotros y a nuestro alrededor.

Todo lo que hagas, pienses y comas a lo largo del día, de tu semana, de tu tiempo, te aleja o te acerca a la felicidad: los hábitos alimentarios y el ejercicio; el bienestar emocional y el nivel de estrés; el grado de socialización, el contacto con tus seres queridos y el equilibrio con el entorno y la sociedad; el grado de realización diaria y de bienestar en tu trabajo o en las tareas cotidianas y, finalmente, el contacto con la naturaleza y el sol.

Para esta sanos y felices hay que implicarse, escuchar al cuerpo y disfrutar cocinando. Hacerlo en pareja es muy gratificante. Tened en cuenta que una de las claves es consumir alimentos frescos y de temporada. (Foto: Getty)
Para esta sanos y felices hay que implicarse, escuchar al cuerpo y disfrutar cocinando. Hacerlo en pareja es muy gratificante. Tened en cuenta que una de las claves es consumir alimentos frescos y de temporada. (Foto: Getty)

Así lo cree Neus Elcacho, dietista integrativa y coach nutricional, que nos ayuda a través de La dieta de las emociones’ a comprender de manera profunda cómo comemos, o por qué priorizamos, por ejemplo, los alimentos con azúcares, sal y grasa , por qué nos movemos menos que los koalas, qué repercusiones tiene hacerlo o cómo nos influye esto en nuestro modo de pensar, de actuar y de vivir.

“En nuestra sociedad, comer no es solo una necesidad básica y con frecuencia es necesario para cubrir otras necesidades relacionadas con las emociones. Buscamos llenarnos con el objetivo de sentirnos bien, liberar tensiones, relajarnos, distraernos, seguir una rutina, darnos placer, mimarnos, recompensarnos, premiarnos, celebrar, mostrar algo a los demás… Comer es una forma de lograr el bienestar, la satisfacción y la felicidad”, nos cuenta la experta.

Y la cosa viene de lejos porque en nuestra infancia somos muy susceptibles a todo lo que pasa a nuestro alrededor. Si vemos a alguien cercano relacionarse de una manera determinada con la comida, seguramente adoptaremos esta relación en el futuro. Si nos han premiado, castigado o hemos celebrado cualquier clase de acto emocionalmente importante con algún tipo de comida en concreto, esto programará nuestro cuerpo para toda la vida y será algo realmente indisociable. Comer forma parte de los momentos más emocionales de nuestra cultura y, de algún modo, también nos hace felices.

“Pero no es necesario hacerlo cargándonos nuestra salud y sin ser conscientes de que en nuestra vida debe haber muchas otras cosas que nos hagan felices aparte de comer”, señala la experta.

Haz tuya la proporción 80/20: Llena tu plato de alimentos altamente nutritivos el 80 por ciento del tiempo y disfruta de tus antojos preferidos el otro 20 por ciento. (Foto: .Getty)
Haz tuya la proporción 80/20: Llena tu plato de alimentos altamente nutritivos el 80 por ciento del tiempo y disfruta de tus antojos preferidos el otro 20 por ciento. (Foto: .Getty)

La comida no puede llenarlo todo ni solucionarlo todo. Y nos culpamos por no ser capaces de hacer dieta cuando, quizá, lo que tenemos es un problema más grave en nuestra vida, con ciertas carencias que no vemos o que no sabemos gestionar.

Por eso es importante tener claro cuáles son los pilares de la alimentación saludable. Una alimentación, dieta o vida saludable real debería tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Consciente: que respeta nuestro entorno.

  • Sana: que nos aporta todo lo que necesitamos.

  • Limpia y digestiva: que no aporta al cuerpo un exceso de tóxicos y lo ayuda a absorber y a sintetizar mejor los nutrientes.

  • Inteligente: que sabe diferenciar entre todo lo que nos quieren vender.

  • Flexible: que proporciona lo que cada persona necesita física y emocionalmente en cada momento de su vida, considerando dónde vivimos y el entorno.

  • Integradora: que tiene en cuenta cómo te mueves, piensas y sientes (porque no eres un ser que solo come, sino que también vive).

Además Elcacho, especializada en candidiasis y problemas digestivos por la Harvard Medical School, nos da pistas sobre lo qué debemos comer para tener más energía y concentración durante el día y lo que nos viene bien tomar para relajarnos y dormir mejor durante la noche.

No todos los enlatados son malos. La sardina es una fuente de ácidos omega 3 que ayudan a cuidar nuestro organismo. (Foto: Getty)
No todos los enlatados son malos. La sardina es una fuente de ácidos omega 3 que ayudan a cuidar nuestro organismo. (Foto: Getty)

Los diez mejores alimentos para la felicidad

1. Cacao puro y vainilla sin azúcares.

2. Pan de calidad (harina integral que no sea de trigo + levadura + aceite + sal).

3. Semillas.

4. Frutos secos, por su proporción de micronutrientes, aminoácidos y grasas.

5. Verduras, frutas y germinados.

6. Alimentos con omega 3: semillas de chía, lino y sus aceites y pescado azul pequeño como sardinas, boquerones y anchoas.

7. Huevos ecológicos.

8. Carne de calidad.

9. Aceite de oliva y aguacate.

10. Agua (no es un alimento, pero es tan esencial que es como si lo fuera; una deshidratación nos puede provocar cefaleas, bajadas de tensión y desconcentración).

En el lado opuesto estarían aquellos alimentos y hábitos que nos roban las fuerzas y boicotean nuestra salud.

Los diez alimentos más perjudiciales para la felicidad

1. Todo lo que contenga azúcar añadido: bollería, zumos, bebidas con gas, galletas, madalenas, chocolate convencional…

2. Todo lo que contenga aceite de girasol o de palma refinado o grasas trans.

3. Cereales de desayuno o pasta y arroz refinados (no integrales).

4. Alimentos procesados a los que se haya añadido fructosa, melaza, jarabe, jarabe de maíz, sorbitol, maltitol o xilitol.

5. Bebidas con alcohol.

6. Pizza convencional.

7. Frankfurts.

8. Hamburguesas de cadenas de comida rápida.

9. Exceso de sal, en la mesa o en alimentos procesados.

10. Alimentos o restaurantes que utilicen glutamato monosódico.

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