Lo que te puede pasar si vas a la meca del trasplante capilar

Atraídos por el reclamo de ofertas muy agresivas cada vez más españoles viajan a Turquía para hacerse un implante de pelo. Estos son los riesgos

Los expertos advierten de que no todo vale para combatir la alopecia; algunos tipos podrían incluso empeorar con un trasplante capilar. (Foto: Getty)
Los expertos advierten de que no todo vale para combatir la alopecia; algunos tipos podrían incluso empeorar con un trasplante capilar. (Foto: Getty)

Una de las ventajas de vivir en un mundo globalizado es que todo está al alcance de todos; aunque esto no siempres es bueno. Prueba de ello es el reguero de damnificados que está generando la última moda en la lucha contra la calvicie: ir a Turquía a hacerse un injerto de pelo.

No hay duda de que quedarse calvo es traúmatico y muchos hacen lo que sea para evitarlo, como hacer miles de kilómetros y ponerse en manos de charlatanes e intrusistas. El gobierno turco lo sabe pero mira a otro lado porque ha descubierto la gallina de los huevos de oro gracias a la técnica más popularizada contra la calvicie.

Tanto es así que para popularizar y fomentar el turismo sanitario concede grandes subvenciones a ‘clínicas’ capilares que realicen implanten de pelo, y claro, los más vispados no han tardado en reaccionar y están haciendo su agosto con paquetes que incluyen viaje, estancia e intervención desde 1.500 euros. Al parecer los españoles somos los clientes estrella, y los daños colateras no se han hecho esperar.

“El gobierno turco ha encontrado un relevante nicho de mercado en aquellas personas que no pueden, o no les compensa, pagar lo que cuesta el trasplante en sus países de origen, matando dos pájaros de un tiro: por un lado, dinamizando una especialización médica y, al mismo tiempo, impulsando el turismo. Y lo está consiguiendo, qué duda cabe”, cuenta en Esquire el Doctor Ramón Vila-Rovira, del Institut Vila-Rovira.

El pelo que se implanta se cae alrededor de 15 días después, al mes empieza a nacer en la zona trasplantada, creciendo al ritmo de un centímetro mensual. (Foto: AFP Photo/Ozan Kose)
El pelo que se implanta se cae alrededor de 15 días después, al mes empieza a nacer en la zona trasplantada, creciendo al ritmo de un centímetro mensual. (Foto: AFP Photo/Ozan Kose)

¿El problema? Que en la mayoría de los casos, quienes realizan las intervenciones o el posterior seguimiento (si lo hay), no son cirujanos plásticos, sino técnicos que carecen de la formación adecuada y los conocimientos necesarios.

A su regreso muchos empiezan a pagar las consecuencias de ese supuesto ahorro: “un diagnóstico inadecuado, un diseño mal hecho y problemas propios de la cirugía como infección, seroma o que el pelo no se agarre y se produzca un rechazo”, explica Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI) en declaraciones a Cuidateplus.

Y es que aunque el trasplante capilar es el tratamiento ideal de la calvicie -ambulatorio, poco agresivo, perfectamente protocolizado y de eficacia reconocida desde hace muchos años- tal y como garantiza la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC), avalada con la Beauty & Health European Quality Mark, es necesario que la realice un equipo experimentado y de gran destreza para minimizar los riesgos.

En qué consiste

El trasplante capilar es una técnica quirúrgica que consiste en injertar los folículos de cabello de un área del cuerpo (zona donante) a una región sin pelo llamada sitio receptor. La más habitual se conoce como FUE (siglas en inglés de Follicular Unit Extraction).

Se realiza mediante anestesia local. Se extrae, de una zona posterior o lateral de la cabeza (dadora), un fragmento de piel y tejido subcutáneo, que incluye numerosos folículos pilosos (“raíces del cabello”). La múltiple y cuidadosa subdivisión de ese fragmento permite obtener pequeños injertos, que llamamos mini-injertos si contienen de 3 a 5 cabellos, y micro-injertos si contienen 1 o 2 cabellos.

En la zona receptora, previamente diseñada, se practica asimismo una simple anestesia local, y se realizan pequeños orificios cutáneos con una aguja o instrumento especial, en los que se van alojando los injertos obtenidos.

La zona dadora se sutura con hilo o agrafes metálicos que se retirarán a los diez días; la cicatriz queda oculta por el propio cabello del paciente, y resulta invisible en las semanas siguientes.

En la zona receptora puede dejarse un vendaje compresivo durante unas horas. A las 24 horas, el paciente puede reincorporarse a sus actividades laborales habituales. Con precaución, puede lavarse el cabello a partir de las cuarenta y ocho horas.

En cada sesión de trasplante capilar suelen implantarse entre 300 y 1.000 injertos, que suponen de 2.000 a 5.000 cabellos. Cada sesión puede durar entre dos y cinco horas, según el número de injertos que se implanten.

Calvicie
Quedará mal si los folículos trasplantados no se colocan en el número adecuado, en el lugar correcto y con una distribución que siga criterios estéticos concretos que permita dotar a la nueva cabellera de una apariencia completamente natural. (Foto: Getty)

El cabello implantado tarda unos tres o cuatro meses en ‘nacer’, y luego crece al ritmo habitual de un centímetro cada mes. No precisa ningún cuidado especial.

Según la importancia de la calvicie, serán necesarias una o más sesiones. Es conveniente asociar tratamientos revitalizadores del cuero cabelludo, por vía local (mesoterapia, electroestimulación, laserterapia,…) y por vía oral (vitaminas, oligoelementos, etc.), para frenar la caída del cabello.

Por ejemplo, “se puede tomar un analgésico el día de la intervención y al día siguiente para las molestias”, apunta Cristina Serrano Falcó, coordinadora del Grupo de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Qué puede ocurrir

Como cualquier otro procedimiento quirúrgico, el implante de pelo puede tener sus complicaciones en el postoperatorio, como puede ser una infección, una inflamación que puede cursar incluso con dolor, o que queden pequeñas cicatrices en la zona donde se ha realizado el implante. Sin embargo, no suele ser frecuentes que ello ocurra.

Lo que sí es habitual es que se formen unas pequeñas costras en los puntos de implantación, que caerán espontáneamente en unos diez días.

También puede aparecer una cierta inflamación en la región frontal, que puede alcanzar la región de los ojos, y que desaparece sistemáticamente en cuatro o cinco días.

¿Lo peor? Que algunos tipos de alopecia pueden empeorar tras la intervención si ha habido errores en el diagnóstico preoperatorio y en el diseño del trasplante.

Cuando no se respetan las reglas surgen problemas de cicatrización y, por supuesto, “vemos a pacientes desencantados porque los implantes no han tenido el efecto esperado y además han perdido pelo en la zona de la nuca (área donadora)”, desvela Ramón Flórez Basany, cirujano capilar de la clínica CFS Barcelona.

Es poco frecuente que la cicatriz quede mal, pero puede suceder, sobre todo si no se cuida la higiene o existe algún problema de salud como diabetes, que aconseje extremar las precauciones en el proceso de cicatrización. “Cuando la cicatriz no quede bien, se puede corregir y conseguir que quede perfecta”, añade el experto.

Efectos secundarios poco habituales

  • Edemas faciales que no deben confundirse con una inflamación o un hematoma. Por lo general desaparecen en un máximo de 48 horas y no dejan secuelas.

  • Pérdida de sensibilidad se da por encima de la zona cicatricial, su incidencia es residual y desaparece de manera natural en un lapso de 3 o 4 semanas. Aunque lo expertos afirman que es poco usual que la cicatriz quede mal, puede pasar y en el caso que suceda, se puede corregir.

  • Falta de adaptación del folículo y rechazo del trasplante.

Desde SEMCC insisten en que el implante de pelo debe hacerlo un cirujano y un equipo muy experimentado y de gran destreza, ya que de no ser así son muchos los factores que pueden afectar al éxito de la intervención. “Es una técnica que requiere de una gran experiencia y pericia por parte del cirujano que vaya a hacerlo”.

Tanto la técnica de extracción de las unidades foliculares como el tratamiento de las mismas antes de ser reimplantadas son fundamentales para lograr la supervivencia del mayor número posible de ellas tanto antes como después de proceder al implante.

Además, los resultados también puede ser antiestéticos si los folículos trasplantados no se colocan en el número adecuado, en el lugar correcto y con una distribución que siga criterios estéticos concretos que permita dotar a la nueva cabellera de una apariencia completamente natural.

¿Estás perdiendo pelo? ¿Te someterías a un trasplante fuera de España para ahorrar?

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