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Lollapaloza Argentina: el mundo cabe en un festival y el Hipódromo de San Isidro pudo comprobarlo

La sueca Tove Lo regreso a Buenos Aires y nuevamente fue parte de la grilla de Lollapalooza
La sueca Tove Lo regreso a Buenos Aires y nuevamente fue parte de la grilla de Lollapalooza - Créditos: @Tomás Cuesta

Con un pop fresco y de ensueño, la noruega Aurora Aksnes sorprende a un público que en su amplia mayoría no sabía de ella. La sueca Tove Lo baja un mensaje en sintonía con el body positive (aceptación del cuerpo) y muestra con orgullo la poca ropa que lleva puesta. La portorriqueña Young Miko (María Victoria Ramírez de Arellano Cardona) pone a bailar a todos. Cami, que viene de acá cerquita, del otro lado de la Cordillera de los Andes, no quiere olvidarse del folklore que la vio nacer. Es más: milita por él, menciona a Violeta Parra y a Mercedes Sosa y entona solo con el acompañamiento de una guitarra “Volver a los 17″.

Desde el Perry’s llegan los sonidos de un trap machacoso e histérico y bien vale preguntarse qué es más innovador, si otro acto del sonido de moda o un clásico de la canción latinoamericana que en la tarde del domingo muchas chicas y chicos (niños, adolescentes y jóvenes de veintipoco) escuchan por primera vez. Lollapalooza puede mostrar en vivo el cuadro de situación global del pop, la electrónica, la música urbana, el indie y las vanguardias. El mundo cabe en el Hipódromo de San Isidro y tres días son más que suficientes para ver en directo a músicos que ni siquiera conocemos.

Tove Lo, desde Suecia
Tove Lo, desde Suecia - Créditos: @Tomás Cuesta

Si antes había que esperar décadas para ver a esa banda o ese solista soñado, ahora la ecuación se da al revés. La publicación indiscriminada de nueva música y nuevos artistas en streaming tiene su correlato en los festivales de música, donde un puñado de artistas consagrados (headliners) son empujados por un batallón de desconocidos o poco conocidos que van creciendo de edición en edición.

El sábado tuvo el K-pop de The Rose y los sonidos urbanos de la portorriqueña Villano Antillano; el viernes, la DJ sudafricana Nora En Pure (sí, ese es su nombre artístico; el real es Daniela Niederer) sorprendió con sus mezclas efectistas y la colombiana Elsa y Elmar (Elsa Margarita Carvajal) se animó a cruzar el pop y el rock con el R&B norteamericano. Y qué hablar de Rosalía, la catalana que nos enamoró a primera escucha y que tuvo que superar problemas de sonido y algún que otro contratiempo para terminar redondeando una muy buena actuación. El mundo cabe en Lollapalooza y más allá de las propuestas venidas de Estados Unidos en su mayoría y de Australia y Gran Bretaña en buen número (del punk-rock fervoroso de Yungblud a la DJ Alison Wonderland), el menú tiene cada vez más participación de países que en la era del rock eran “tercermundistas”.

Young Miko, desde Puerto Rico
Young Miko, desde Puerto Rico - Créditos: @Tomás Cuesta

Si las plataformas hicieron posible que la música de Bizarrap, por caso, diera la vuelta al mundo con la rapidez que no fue posible en la época de Soda Stereo (que, claro está, bastante lejos llegaron en actividad y aun más en la última década), también está haciendo que el artista que acaba de sacar sus primeros temas o su disco debut, en el mismo año se presente entre nosotros.

Cami, desde Chile
Cami, desde Chile - Créditos: @Ignacio Sánchez

La octava edición de Lollapalooza llegó a su fin y el año que recién comienza promete volver a ser tan festivalero como el anterior. Las cerca de 330.000 personas que vivieron el festival (más un millón que lo siguieron en vivo por Flow) volverán a la costumbre adquirida en los últimos años. A bucear en los servicios on demand, a escuchar muchas de las propuestas que el algoritmo les ofrece y a llenar sus cabezas de música nueva. Saben que no tendrán que soñar por años escuchar en vivo esa canción que están descubriendo hoy. Es cuestión de estar atentos a la próxima grilla (line up).