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Los 'bad boys' de la alimentación actual

Como consumidores cada vez supervisamos más las características de los alimentos que consumimos. Los de ‘etiqueta limpia’ ganan protagonismo y la lista de indeseables sigue creciendo, ¡apunta estos!

Para disfrutar la comida sin sentimiento de culpa busca la ‘clean label’. (Foto:Getty)
Para disfrutar la comida sin sentimiento de culpa busca la ‘clean label’. (Foto:Getty)

Si dentro de los alimentos frescos triunfan las hortalizas, frutas, legumbres y frutos secos, en el caso de los productos procesados la punta de lanza son los productos ‘clean label’, es decir, con una lista corta de ingredientes y sin aditivos superfluos.

Para Martina Miserachs, dietista-nutricionista y CEO de Healthia Certification,disponer de una etiqueta clara está dejando de ser una tendencia para pasar a ser una exigencia de los consumidores”.

A juicio de los expertos, cuatro grandes tendencias a nivel mundial están contribuyendo al auge de la alimentación saludable:

  1. Una población mundial que envejece.

  2. Una juventud cada vez más informada y conectada.

  3. El aumento de las enfermedades crónicas.

  4. Y el constante incremento del auto-cuidado y la prevención.

En concreto, una de las consecuencias más visibles del aumento de la esperanza de vida es que los consumidores prestan cada vez más atención a la composición de los alimentos y evitan determinados productos por entender que pueden ser perjudiciales para su bienestar.

Revisa tu lista de la compra y busca esta etiqueta en los productos que compres, indica que no contienen ingredientes perjudiciales para la salud (y para el medioambiente). (Foto: Getty)
Revisa tu lista de la compra y busca esta etiqueta en los productos que compres, indica que no contienen ingredientes perjudiciales para la salud (y para el medioambiente). (Foto: Getty)

Esta tendencia está provocando que la industria agroalimentaria impulse productos procesados con pocos ingredientes, en vista de que comer algo que contiene glicina, ácido oxálico-300, nitrito de sodio y espumantes, por poner un ejemplo, parece quitarnos el apetito, independientemente de que los aditivos empleados sean seguros para la salud.

A tenor de ello, algunas marcas han decidido simplificar las formulaciones de cereales para el desayuno, panes y bollos, postres lácteos, chocolatinas, barritas y zumos, entre otros productos, a fin de incrementar la percepción de naturalidad. Algunos hoteles también han hecho suya esta promesa para aproximarse a las nuevas tendencias de consumo a través de los productos ‘clean label’.

Sin ir más lejos, el 80 por ciento por ciento de los consumidores europeos considera que la lista de ingredientes de un alimento es un factor clave en la decisión de compra, mientras que sólo el 53 por ciento considera la marca del fabricante el factor diferencial.

Según cuantifica el estudio “Nielsen Survey: Consumer Eatings Habits”, un 68 por ciento de los consumidores admiten estar dispuestos a pagar un sobreprecio por alimentos y bebidas sin ingredientes indeseables.

Que sea más caro no significa que tenga propiedades teóricamente saludables. ¡Fíjate bien! (Foto: Getty)
Que sea más caro no significa que tenga propiedades teóricamente saludables. ¡Fíjate bien! (Foto: Getty)

Otros estudios inciden en la misma idea: “tres cuartas partes de los encuestados globales (75 por ciento) están muy de acuerdo o de acuerdo en que están preocupados por el impacto en la salud a largo plazo de los ingredientes artificiales. Además, el 69 por ciento está de acuerdo o parcialmente de acuerdo en que los alimentos sin ingredientes artificiales son siempre más saludables”.

Como puede leerse en “¿Qué hay en nuestra comida y en nuestra mente? Ingredientes y tendencias de comida fuera de casa alrededor del mundo”, el informe que publicara Nielsen en el año 2016, los ‘bad boys’ de la alimentación actual son, en opinión de los consumidores:

  • Los aditivos alimentarios,

  • Las grasas trans,

  • Las grasas saturadas

  • Y los productos transgénicos.

En concreto, el 62 por ciento de los consumidores dice tratar de evitar los sabores artificiales y los colorantes alimentarios, el 54 por ciento los organismos genéticamente modificados, el 53 por ciento los endulzantes artificiales, el 42 por ciento las grasas saturadas o trans, el 41 por ciento el sodio y el 34 por ciento el azúcar.

El etiquetado debe contribuir a evitar consumos irresponsables (de sal y azúcar, por ejemplo) y es nuestra barrera ante posibles engaños. Acostúmbrate a leerlo. (Foto: Getty)
El etiquetado debe contribuir a evitar consumos irresponsables (de sal y azúcar, por ejemplo) y es nuestra barrera ante posibles engaños. Acostúmbrate a leerlo. (Foto: Getty)

“Aunque los productos ‘clean label’ o de ‘etiqueta limpia’ no tienen por qué ser mucho mejores en términos de salud (al menos, en cuanto al contenido calórico o a la cantidad de sal, azúcar y grasa) representan una nueva forma de acercarse a las nuevas tendencias del consumidor, ya que dejan tras de sí pistas que refuerzan la idea de que no son tan artificiales”, señala Miserachs.

Otro dato revelador: en la actualidad, un 58 por ciento de los consumidores reclaman productos 100 por cientonaturales, según recalca Nielsen. Como es sabido, cualquier alimento envasado (con independencia de que se presente en forma de caja, lata, bolsa, cartón o botella) tiene que llevar una etiqueta nutricional que enumere su contenido, lo que está provocando que cada vez más consumidores se hayan convertido en expertos en su lectura y que un número creciente de empresas empiecen a evitar ingredientes sin correspondencia con lo que cualquiera de nuestras abuelas y abuelos consideraría un alimento sano.

A la hora de comprar, ¿pasas de todo y metes en el carro lo que te apetece sin más o te paras a mirar las etiquetas? En que te fijas más, ¿en la marca o los ingredientes?

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