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Lourdes Sánchez: de su vuelta al “Bailando” al problema de salud que tuvo y la acercó a su sueño: “A los 7 años tuve un aneurisma”

Lourdes Sánchez cree en los milagros: "A los 7 años tuve un aneurisma.  En ese entonces mi mamá me llevaba a una monjita que me hacía imposición de manos y rezaba. Lo que tuve desapareció"
Lourdes Sánchez cree en los milagros: "A los 7 años tuve un aneurisma. En ese entonces mi mamá me llevaba a una monjita que me hacía imposición de manos y rezaba. Lo que tuve desapareció" - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

Lourdes Sánchez no imaginaba que podía cocinar hasta que en pandemia hizo una pastafrola como la de su abuela y se entusiasmó tanto que hizo un curso de pastelería y ahora hasta tiene un programa en América llamado Comer para creer, de lunes a jueves, a la medianoche. En una charla con LA NACION, la bailarina y panelista habló sobre este nuevo hobby culinario que descubrió, cómo se prepara para volver a “Bailando por un sueño” y cómo es su relación con Marcelo Tinelli. Además repasó su infancia, los problemas de salud que tuvo y cómo eso influyó en su acercamiento a la danza. También abrió su corazón respecto de su pareja con el Chato Prada y reveló algunos de sus sueños.

-¿Vas a estar en “Bailando por un sueño”?

-Me llamaron y la verdad es que tengo muchas ganas de bailar. Además ahí pasás por todos los ritmos, podés jugar con la escenografía, las luces y el vestuario. Hay momentos en que me enojo un poco con la bailarina porque me lastimé mucho el cuerpo durante todos estos años. Este verano bailé en los carnavales de Corrientes y me dieron ganas de volver porque el tiempo de una bailarina es muy corto. La última vez que estuve en el “Bailando...” fue con Federico Bal, en 2018. Voy a estar y ya empecé mi casting paralelo buscando bailarín porque quiero disfrutarlo y no padecerlo. No entro para ganar sino para disfrutar.

-Hace poco tuviste un encontronazo con Marcelo Tinelli, ¿cómo está la relación?

-Bien. Estamos en un bueno momento otra vez (risas). Somos amigos y además le debo todo lo que soy. Si no me hubiese dado esa oportunidad en 2008, hoy no estaría acá trabajando de lo que amo. Lo quiero un montón, pero a veces la pifia y yo se lo digo y por ahí él se enoja. Dijo que no puedo opinar de “Bailando...” y se equivoca: yo sí puedo opinar porque fui soñadora, figura, jurado, estuve en el VAR y no fui coach porque no me veo en ese rol. ¿Cómo no voy a opinar? Mi marido no me condiciona para nada.

-¿Cuántos años hace que estás con el Chato? Nadie apostaba por esa pareja...

-Es verdad. Decían que lo estaba usando y ya hace trece años que estamos juntos y somos padres de Valentín. Siempre tuve ganas de tener otro hijo, pero él no. Hace unos años tuve una infección, me sacaron las trompas y el apéndice y puedo volver hacer mamá, pero necesito hacer un tratamiento. A veces pienso que por algo pasó todo eso y tengo que ser mamá de un solo hijo. De todas maneras, no es algo que se cerró, tampoco.

-¿Es verdad que fue un problema de salud lo que te acercó al baile?

-Sí, a los 7 años tuve un aneurisma. Estaba en el colegio mostrándole a mis compañeras algo que había aprendido en acrobacia y se me empezó a cerrar la mano sola y tenía una parálisis del lado izquierdo. No se sabía qué había pasado y me mandaron al Garrahan, donde me hicieron muchos estudios durante tres años; venía cada tres meses a Buenos Aires y después cada seis. Y en uno de esos estudios que mandaron a México, salió que no tenía nada. En ese entonces mi mamá me llevaba a una monjita que me hacía imposición de manos y rezaba. Lo que tuve desapareció...

-¿Creés en los milagros?

-Sí, yo creo que fue un milagro. En uno de esos estudios mi mamá me dijo que cuando volviéramos a casa me iba a regalar lo que yo quisiera y mi deseo era entrar en los carnavales. Mi vecino era director de un teatro de Corrientes y coreógrafo de una comparsa así que los carnavales fueron mi escuela. Fue amor a primera vista y no paré. Me acuerdo que me hacían bullying porque tenía la cola parada y en danzas clásicas tenés que bascular la cadera; yo no entendía el mecanismo y la señorita siempre me corregía y mis compañeras me cargaban y además me decían de todo porque era morochita: “leche chocolatada”, “nunca vas a ser bailarina clásica porque sos negrita”. Hasta alguna profesora me lo dijo. Llegaba a casa llorando, no quería volver a danza y me daba vergüenza decir por qué, hasta que una maestra fue a buscarme para pedirme que volviera a bailar. Fui de nuevo, me enfrenté a todas y terminaron amándome. No tengo rencores y hoy me cruzo con muchas de las que fueron mis compañeras que seguramente dirán: “Ay... mirá donde está Lourdes” (risas).

Desde que tuvo un problema de salud de chica, Lourdes Sánchez cree en los milagros porque siente que eso vivió
Desde que tuvo un problema de salud de chica, Lourdes Sánchez cree en los milagros porque siente que eso vivió - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

-¿Pensabas que ibas a vivir de la danza?

-Formé parte de una compañía de Corrientes y bailábamos un montón, pero sabía que ahí no iba a poder vivir de ser bailarina porque yo no quería enseñar. Ya me había presentado en dos castings de “Bailando...” y no había quedado. En 2007 fui otra vez y ahí me llamaron. Hice la valija sabiendo que no iba a volver, lo presentía y quería eso.

-¿Cómo fueron esos primeros años en Buenos Aires?

-Re lindos. Extrañé a mi familia claro, pero estaba muy segura de que quería quedarme y soñaba con hacer carrera acá.

-¿Tenés otros sueños?

-Sí, soy muy soñadora. Me gustaría tener un café de especialidad con cosas ricas y ya estoy empapándome del tema. Con mi mamá íbamos todos los días a tomar el té a lugares diferentes de Corrientes y ya de entonces era mi sueño.

-¿Y cómo se dio la oportunidad de hacer un programa gastronómico?

-En pandemia descubrí que podía cocinar porque antes hasta preguntaba cuánta sal llevaba el agua para hacer salchichas (risas), sí, hasta ese punto era mi ignorancia. Pero en pandemia hice todo: pinté una casita de madera, hacía gimnasia y subía todo a las redes. Necesitaba entretenerme. Y un día quise comer una pastafrola como la hacía mi abuela e intenté hacerla. Busqué una receta y me salió increíble, rica y prolijísima como si fuera una pastelera profesional. Me preguntaban cómo la había hecho, me pedían recetas y me copé. ¡Hasta hice macarrones riquísimos! A veces cocinaba a las 6 de la mañana porque también tenía que estar con mi hijo. Encontré un cable a tierra que me encantó porque además soy muy dulcera. Y un día me llamaron de la productora F2F y me propusieron Comer para creer, un programa con una ruta gastronómica, recetas y entrevistas. Me encantó. Estuvimos dos años en Canal 9 y ahora estamos América. Volver a este canal significa mucho porque fue el primero que me dio una oportunidad como conductora cuando hice El universo de Lourdes durante tres años. Y se da la casualidad que mi marido desembarcó también en América. Es una apuesta hermosa. Es el mejor trabajo del mundo (risas). Amo lo dulce.

-Y de tanto probar cosas dulces, ¿engordaste?

-No (risas). El secreto es darse el gusto, pero no pasarse con las porciones. Además llevamos a Valentín a la escuela y con Pablo vamos al gimnasio todos los días y nos motivamos. He odiado el gimnasio, pero le tomé el gusto. En cambio, cuando bailo no me doy cuenta que también entreno el cuerpo porque es un placer. Ahora volví a tomar clases también.

Lourdes Sánchez sueña en su próximo desafío: ¿abrir un café de especialidad?
Lourdes Sánchez sueña en su próximo desafío: ¿abrir un café de especialidad? - Créditos: @DIEGO SPIVACOW / AFV

-¿Quién cocinaba cuando eras chica?

-Mi abuela. Somos cinco hermanos y mi abuela vivía con nosotros y era la que cocinaba. Tengo el recuerdo de volver de la escuela y sentir el olor de las tortas fritas o los buñuelos dulces. La veía amasar y cortar los fideos con cuchillo, pero nunca la ayudaba. Tengo un hermano que es chef y yo estudié pastelería en el IAG después de la cuarentena. Me saqué un diez en el trabajo final, con una torta que tenía que crear y tenía un bizcochuelo de coco, cremoso de chocolate blanco y otro de pistacho, un pallet de frambuesa casi congelado con pimienta y un glaseado. Me quedaron dos materias teóricas. Lo hice para darle un lado más profesional a mi Instagram. Me quedé en el camino, soy casi pastelera... (risas).

-¿No las vas a rendir?

-No, me pasó lo mismo con publicidad. Soy casi publicista (risas). Cuando estaba por entregar la tesis, me llamaron para “Bailando...” y largué todo. Hasta el día de hoy mi mamá me lo reclama. De todas maneras, uso todo lo aprendido.

-¿Cocinás en casa?

-La verdad que no porque no tengo tiempo ahora. Estoy en radio streaming República Z, todos los días, de 13 a 15, con Estamos en una y los domingos en C5N con Buena tarde. Trato de hacer todo antes de que Valentín salga del colegio porque me gusta ir a buscarlo. Empezó primer grado y tiene doble jornada así que puedo con todo.