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El lado B del orgasmo: no siempre es resultado de un encuentro sexual placentero

Solemos creer que un orgasmo es sinónimo de una relación sexual placentera. Sin embargo, y de acuerdo con un estudio, publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour, esto no solo no es real, sino que podría resultar en una experiencia negativa, incluso durante el sexo consensuado.

Un orgasmo no garantiza una relación sexual placentera. Foto: Getty Images
Un orgasmo no garantiza una relación sexual placentera. Foto: Getty Images

289 de 726 adultos encuestados para dicho análisis, compartieron lo que se denomina como ‘malos orgasmos’, no solo durante relaciones sexuales no consensuadas o no deseadas, sino también en las que sí lo serían.

Las investigadoras sacaron dos conclusiones que todos deberíamos considerar:

  1. El orgasmo de tu pareja no siempre es señal de que disfrutó de la experiencia.

  2. Experimentar un orgasmo durante una relación sexual no deseada no significa que les gustó o que secretamente querían que ocurriera el encuentro. Es decir, que está bien tener sentimientos encontrados o negativos en estas situaciones.

¿Por qué podría darse?

Los investigadores identificaron varias temáticas comunes detrás de los ‘malos orgasmos’, y que estas incluían la orientación sexual y la identidad de género.

Por ejemplo, sentirse presionado a tener un orgasmo para agradar a una pareja o no lastimar su ego; alcanzar el clímax en una relación bisexual para probar que sí se tiene dicha orientación sexual; o personas transgénero que viven los orgasmos como un recordatorio de estar en el cuerpo equivocado.

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Los efectos de un ‘mal orgasmo’

Cuando se tiene un orgasmo a pesar de no querer tener el encuentro sexual, estos suelen ser dolorosos o provocar sentimientos de enojo, frustración, desconexión emocional o sentir que hemos sido traicionados por nuestro cuerpo.

Entre los participantes, los más religiosos, llegaron a reportar sentir vergüenza o culpa tras llegar al clímax.

En general, estas experiencias afectan la sexualidad de quienes los experimentan, así como a sus relaciones personales y su salud psicológica. Es por ello que las investigadoras instan a que estos efectos deberían estudiarse más a fondo y de forma sistemática para entender el impacto que tienen.

Sin embargo, sí rescatan que, de las malas experiencias, algunos participantes reportaron una mejoría en la comunicación con sus parejas.

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¿Cómo evitar malos orgasmos?

Además de asegurarnos de que la relación sexual es consensuada y que no estamos presionando a nuestra pareja, deberíamos siempre escucharles y estar atentos a sus deseos explícitos, pero también a su comunicación no verbal y gesticulaciones, entre otras señales.

Las investigadoras recogen prestar atención a si no responde al iniciar la relación, suelen mirar a otro lado, o simplemente piden parar. Y es que, como recogen, algunas personas podrían estar satisfechas con el encuentro sexual sin tener que haber llegado al orgasmo, por lo que forzar a que este ocurra no sería positivo.

“Las personas pueden llegar a orgasmos durante sexo no deseado. El sexo tiene momentos de emociones encontradas, o ser incluso mediocre o aburrido. El orgasmo no hace al sexo grandioso y no invalida las emociones negativas sobre ciertas partes del encuentro o del encuentro en general”, concluyeron.

@travesabarros