Matanza de 1,500 delfines causa indignación mundial. ¿Por qué se permite este ritual?

SEA SHEPHERD, un grupo internacional por los derechos de los animales, manifestó este miércoles su esperanza de que las islas Feroe terminen su campaña de arrastrar a mamíferos marinos a aguas poco profundas, donde luego son matados para extraer su carne y grasa.

Un video de la matanza muestra cómo 1,428 delfines de lados blancos fueron muertos espantosamente en Eysturoy, una de las islas centrales de las Feroe, en el archipiélago del Atlántico Norte, reino de Dinamarca, el domingo 12 de septiembre. El total fue mucho más alto que en años recientes y el video sugiere que los cazadores tal vez no hayan acatado las normas establecidas para disminuir el sufrimiento de los animales.

“Fue un desastre total, totalmente sin precedentes de hecho, incluso podría ser la cacería de cetáceos más grande en la historia documentada en cualquier parte del mundo”, dijo Robert Read, director de campaña de la Sociedad de Conservación Sea Shepherd.

Los activistas medioambientales desde hace mucho han afirmado que la práctica es cruel. Pero este año, incluso gente de las Feroe que defendía esta práctica de cuatro siglos de antigüedad, ha expresado su miedo de que la matanza de este año atraiga una atención indeseada.

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“Debemos admitir que las cosas no salieron tan bien como nos habría gustado”, comentó Hans Jacob Hermansen, expresidente de la asociación feroés detrás de las campañas. “Vamos a evaluar si algo salió mal, qué salió mal y por qué, y qué podemos hacer para evitarlo en el futuro”.

Sea Shepherd dijo que espera que haya “restricciones más estrictas” en tales cacerías y, de no haberlas, “por lo menos una prohibición de matar delfines de lados blancos del Atlántico”.

Los cazadores faroeses están acostumbrados a las críticas de los grupos por los derechos de los animales y responden en contra de lo que ven como una interferencia en una práctica cultural.

Cada año, los isleños arrastran a los mamíferos —principalmente ballenas piloto— a aguas poco profundas, donde las acuchillan hasta morir. Se usa un gancho en el espiráculo para asegurar a las ballenas varadas; su espina dorsal y la arteria principal que va al cerebro son cortadas con cuchillos, y la sangre hace que el agua de la bahía se tiña de rojo. Estas campañas son reguladas por la ley y la carne y grasa se comparten con toda la comunidad.

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“El sacrificio de ballenas piloto no es muy diferente de sacrificar ganado vacuno o algo más. Es solo que tenemos un matadero al aire libre”, comentó Hermansen a Associated Press. “Todos pueden verlo… pero si una vaca no muere inmediatamente, no dejas de sacrificar ganado”.

Los delfines de lados blancos y las ballenas piloto no son especies en peligro.

Pero Read dijo que la matanza del domingo fue “totalmente indiscriminada. Se sacrificó a toda la manada, incluidas hembras preñadas, crías, todo”. Añadió que los residentes usaron “lanchas de motor y motos acuáticas para perseguir a los delfines y ballenas piloto por horas, en realidad no tenían oportunidad de escapar”.

Jacob Vestergaard, ministro de pesca, dijo que este año todo se realizó según las normas para la caza de delfines. Las Feroe —18 islas rocosas ubicadas a medio camino entre Escocia e Islandia— son semiindependientes y parte del reino danés.

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Además, el gobierno de las Islas Feroe anunció este jueves que revisará las políticas de caza de delfines después de que las fotos y videos de casi 1,500 delfines sacrificados el domingo provocaron indignación mundial.

En la caza, conocida localmente como el “grindadrap”, (a menudo conocida como una caza oportunista y no comercial), se vio a balleneros atacar un enorme banco de delfines de lados blancos, que fueron acorralados y apuñalados hasta la muerte.

Un total de 1,428 delfines fueron asesinados en poco más de una hora en un evento que muchos en las redes sociales condenaron desde entonces como cruel, arcaico y bárbaro. Las imágenes gráficas provocaron ira dirigida a las autoridades feroesas y danesas, que están bajo presión para poner fin a la práctica.

El primer ministro, Bárour á Steig Nielsen, dijo en un comunicado: “Nos tomamos este asunto muy en serio. Aunque estas cacerías se consideran sostenibles, examinaremos de cerca la caza de delfines y qué papel deberían desempeñar en la sociedad feroesa. El gobierno ha decidido iniciar una evaluación de las regulaciones sobre la captura de delfines de lados blancos del Atlántico. N

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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek