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Medicinas, dónde guardarlas para que no se estropeen con el calor

En verano hay que tener especial cuidado con los medicamentos, sobre todo en los días de calor intenso como los que estamos pasando. Dos farmacéuticas de Atención Primaria nos dan una serie de recomendaciones para su uso y conservación, y nos advierten sobre las posibles interacciones

Puedes utilizar uno de los cajones de un armario o guardarlos en una caja que se pueda cerrar en cualquier habitación, pero que no sea el baño o la cocina. (Foto: Getty)
Puedes utilizar uno de los cajones de un armario o guardarlos en una caja que se pueda cerrar en cualquier habitación, pero que no sea el baño o la cocina. (Foto: Getty)

Dejar las medicinas en cualquier parte puede hacer que nos llevemos un susto, no solo porque puedan perderse o acabar en manos de los más pequeños de la casa sino porque el calor puede tener un efecto sobre ellos y, si se deterioran y los tomamos, habrá consecuencias para la salud.

Desde la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) nos indican lo que tenemos que hacer para el correcto uso y conservación de los fármacos durante los meses de verano

¿Lo más importante? Mantener los fármacos dentro de su embalaje original, y la necesidad de guardarlos en un lugar “fresco, seco y alejado de fuentes de luz y calor”.

Este es el peor sitio de la casa para guardar tus medicinas. El vapor del baño puede alterar el propio medicamento. (Foto: getty)
Este es el peor sitio de la casa para guardar tus medicinas. El vapor del baño puede alterar el propio medicamento. (Foto: getty)

La estabilidad de los medicamentos depende de las condiciones de conservación (temperatura, luz y humedad), dando como resultado la fecha de caducidad que aparece impresa en el envase. Este dato significa que el medicamento será seguro y eficaz, en condiciones óptimas de conservación, durante el periodo indicado.

Por tanto, “hay que buscar un sitio que no se encuentre en la cocina o el baño”, explican las farmaceúticas Ana Díez y Carmen Herrero, que paradójicamente suelen ser las habitaciones más utilizadas para este fin. Sin embargo, “no se recomiendan para almacenar medicamentos al ser los lugares de la casa donde hay más humedad y variación de temperatura”, añaden.

El peor sitio

Los factores que más afectan a la estabilidad de los medicamentos son: las altas temperaturas, la humedad elevada y la luz directa. Por eso, está claro que el calor y la humedad que se alcanzan en el baño lo convierten en el lugar menos indicado de la casa para almacenar los medicamentos; éstos serán menos estables, se degradarán más rápidamente y perderán efectividad antes de la fecha de caducidad. Tampoco se deben tener en la cocina porque las fuentes de calor directo influyen negativamente en la estabilidad.

La opción más razonable

Es más apropiado utilizar un cajón cerrado con llave del salón o tu habitación. También puedes reservar un espacio en uno de los cajones de tu armario (seguro que hay no mete la mano nadie tan fácilmente como en otros sitios) o guardarlos en una caja y colocarla en algún altillo de la casa. Si prefieres tenerlas a mano pero que no se vean, piensa... en una cómoda, una consola, o en la vitrina o el aparador del salón-comedor.

Aunque pueda parecer una buena solución, no lo es. Las pastillas y píldoras deben conservarse siempre dentro de sus envases originales, convenientemente cerrados. (Foto: Getty)
Puede parecer una buena solución, pero tampoco no lo es. Las pastillas y píldoras deben conservarse dentro de sus envases originales, convenientemente cerrados. (Foto: Getty)

Si necesita frío

De cara a los días de calor intenso, Díez Alcántara y Herrero Domínguez-Berrueta, aconsejan tener “especial cuidado” con las recomendaciones anteriores y estar al tanto de medicamentos que puedan tener requerimientos especiales, como aquellos que precisan una conservación en frigorífico a una temperatura entre +2º y +8º grados.

Los medicamentos que llamamos ‘termolábiles’, que necesitan su conservación en frío, siempre se dejarán, en la zona central de la nevera (a ser posible sobre una zona de rejilla) y sin tocar las paredes de ésta.

Nunca en el hueco de los huevos

Es fácil identificarlos porque si necesitan frío aparecerá indicado en el envases con un asterisco (*) y la frase "Conservar entre 2 y 8°C". Recuerda que no debes colocarlos en la puerta (porque es donde más varía la temperatura cada vez que se abre). Y también es importantísimo evitar la congelación.

Para evitarlo, y asegurarte de que los medicamentos se mantienen en el rango de temperatura recomendado, debes comprobar regularmente la temperatura de tu nevera.

Ejemplos de medicamentos que se deben conservar en frío son las vacunas, algunos colirios y las plumas de insulina sin abrir. La pluma de insulina que estés usando no debe estar en el frigorífico, sino a temperatura ambiente (inferior a 30°C). Además, así duele menos que si estuviera fría.

Por el contrario, en los casos en los que se recomienda conservar a una temperatura inferior a 25º-30º grados o sin una indicación concreta, “una elevación puntual de la temperatura no tiene repercusión en su estabilidad”, aclaran las farmacéuticas.

No tires los envases y prospectos. Conservar los medicamentos dentro de sus envases originales los protege de la luz y la humedad. Ademas, contienen información muy útil que puedes necesitar en el futuro como modo de empleo, contenido de alérgenos, reacciones adversas, etc. (Foto: Getty)
No tires los envases y prospectos. Conservar los medicamentos dentro de sus envases originales los protege de la luz y la humedad. Ademas, contienen información muy útil que puedes necesitar en el futuro como modo de empleo, contenido de alérgenos, reacciones adversas, etc. (Foto: Getty)

Cómo saber si se ha estropeado

En el caso concreto de los supositorios, los óvulos o algunas cremas, que son “más sensibles” al calor, las farmacéuticas de atención primaria recuerdan que “es la propia forma farmacéutica la que es sensible al calor”, por lo que éste no afectaría al principio activo. Sin embargo, recomiendan no utilizar todo producto “cuya apariencia exterior esté o parezca visiblemente modificada”.

Si observas que la crema se ha "cortado" (como la mayonesa), el supositorio se ha derretido o la suspensión ha cambiado de color o no es homogénea después de agitarla, es mejor no utilizarlos.

Otro fallo frecuente

Dejarlas en el coche es otra manera de echar a perder las medicinas. Las portavoces de SEFAP apelan al sentido común y aconsejan “no dejar medicamentos dentro del coche”, sobre todo en época de calor, al transportarlos por ejemplo durante el periodo vacacional, ya que las altas temperaturas que se alcanzan en el interior de un vehículo podrían afectar a la estabilidad del principio activo.

Si tienes que llevar las medicinas, hazlo con ayuda de una pequeña nevera con un acumulador de frío, para los casos de largos desplazamientos o cuando las temperaturas son muy elevadas en el exterior.

Cuáles pueden sentarte mal

Por último, las expertas explican que existen medicamentos con capacidad para alterar la adaptación del organismo al calor mediante diferentes mecanismos como, por ejemplo, agravar un síndrome de agotamiento-deshidratación o golpe de calor (diuréticos, antiinflamatorios no esteroideos (AINES), algunos antihipertensivos (IECA, ARA II), medicamentos nefrotóxicos, etc.); producir hipertermia (neurolépticos); agravar los efectos del calor por la disminución de la presión arterial (antihipertensivos, antianginosos) o alterar el estado de vigilia (benzodiacepinas).

Para evitar reacciones indeseadas, hay que prestar especial atención a las personas que tienen mayor riesgo en situaciones de calor extremo como mayores, lactantes, niños o pacientes con enfermedades crónicas y dependientes.

En estos casos es importante controlar, de forma periódica, el estado de hidratación y los posibles factores de riesgo. “El médico sabrá qué medicamentos tienen más probabilidades de ocasionar problemas en una situación de ola de calor”, señalan. De hecho puede ser necesaria la revisión de tratamiento por parte del médico o del farmacéutico, “siempre de forma individualizada y no sistemática, por si hubiera que reajustar alguno de los medicamentos descritos anteriormente”. Si tienes dudas o notas efecto extraños, no tardes en consultarle.

Por último, desde SEFAP nos recuerdan la importancia de mantener una correcta hidratación -sin abusar de las bebidas alcohólicas, azucaradas o con cafeína- y de evitar la toma de medicamentos de venta libre sin un asesoramiento adecuado.

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