Melissa McCarthy: cómo llegó al éxito a pesar de sufrir gordofobia

La actriz protagonista de ‘Por La Cara’ ha sufrido desde siempre el estigma de la gente que la señala y juzga sencillamente por su peso.

Hace seis años, Rex Reed (crítico del Observer) escribió una desagradable columna sobre ella que deja mucho que desear. En dicho texto, la comparaba con un hipopótamo y con un camión además de decir que ‘ha dedicado su carrera a ser obesa y desagradable con éxito igual en ambas’.

¿Se puede ser más despreciable y gordófobo que este señor? Yo creo que no. Sin embargo Melissa McCarthy ha triunfado igual, sin tener en cuenta el número que marca su bascula, gracias a su talento, su profesionalidad y su sentido del humor.

Melissa estuvo a la altura y en aquel entonces contestó públicamente al soberbio de Reed aunque meses después declaró: "Me hizo sentir muy mal que haya alguien que está sumergido en tanto odio. Solo pensé que es alguien que está en una situación realmente mala mientras yo estoy en una situación tan feliz. Me río a carcajadas todos los días con mi esposo y mis hijos”.

No era la primera vez que alguien la condenaba por su peso. Sin ir más lejos, un agente de Hollywood le dijo que si quería triunfar, ya podía empezar a perder kilos o sino nunca llegaría a nada en la industria.

Pues bien, ahora que McCarthy acaba de cumplir 50 cumpleaños puede mirar a la cara a ese señor y decirle con todas las letras que se equivocó. Melissa cuenta con dos Golden Globes, dos Emmy y ha sido nominada en dos ocasiones al premio Oscar.

Hoy en día es de las actrices mejor pagadas de Hollywood y eso siendo fiel a sí misma y a sus curvas. Defender un cuerpo no normativo para la sociedad enferma de físicos delgados e irreales le ha costado disgustos, no vamos a mentir.

Cuando McCarthy ya había ganado un Emmy y su carrera estaba más que consolidada, se preparaba como nominada en los Oscar pero se encontró con un surrealista problema… ninguna marca quería vestirla debido a su peso.

Los modelos de alta costura están hechos para cuerpos escuálidos y esqueléticos así que, atención, seis diseñadores se negaron a vestirla para los Oscar. ¿Sabes qué hizo Melissa? Empoderarse y lanzar su propia línea de ropa, ¡toma ya!

Eso sí, también ha tenido rachas (supongo que como todas las personas que son oprimidas por gente gordófoba) en la que ha intentado encajar. Melissa se sometió a una dieta de locura, solo 500 calorías al día y, claro, perdió 30 kilos pero a costa de su salud.

Ella misma dijo que “estaba loca la mitad del tiempo y me sentía literalmente muerta de hambre”. Obviamente aquel esfuerzo insano por encajar en los roles sociales y en el físico normativo no la compensaba a nivel mental ni emocional así que ahora mantiene un estilo de vida sano y hace deporte por gusto y por dar ejemplo a sus dos hijas.

En una entrevista, McCarthy dijo algo que creo que es muy importante valorar: “Hay una epidemia en nuestro país de niñas y mujeres que se sienten mal consigo mismas por no tener la apariencia del 0,5% de la raza humana”.

Así es, la enorme mayoría de los cuerpos son no normativos, no pasarían el examen de un modisto de alta costura sobre una pasarela, entonces, ¿por qué vivir obsesionados con encajar en ese marco estrecho y opresor? Cada cuerpo es único y ese conjunto de piel, órganos y huesos es nuestro santuario, lo que nos permite seguir vivos, tengamos el peso que tengamos, esa es la valiosa lección que debemos interioridad de una vez por todas.

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