Mi hijo pequeño ronca, ¿debo preocuparme?

Roncar antes de los dos años se ha asociado a fracaso del crecimiento y desarrollo, menor desarrollo cognitivo, hiperactividad y enuresis. Así puedes detectarlo

(Foto: quintanilla / Getty Images/iStockphoto)
Muchos niños sanos pueden tener episodios de ‘interrupción del flujo de aire sin esfuerzo respiratorio’, cuyas consecuencias a largo plazo no están claras, pero generalmente se resuelven con la edad. (Foto: quintanilla / Getty Images/iStockphoto)

Los ronquidos son el síntoma principal de un tipo de Trastorno Respiratorio del Sueño (TRS) de carácter obstructivo que se conoce como apnea central leve del sueño, y los niños menores de 2 años representan un subgrupo único con predisposición a la obstrucción de la vía aérea superior y pueden presentar síntomas característicos, no sólo durante el sueño, sino también durante la vigilia, por lo que requieren de intervenciones apropiadas a su edad.

Estas son las conclusiones de la Task-Force Europea constituida por la European Respiratory Society y expuestas durante la ponencia ‘Diagnosis y Tratamiento de los trastornos respiratorios obstructivos del sueño en niños menores de dos años’, a cargo del especialista griego, el doctor Athanasios Kaditis. La conferencia se ha impartido en el marco del 52 Congreso Separ 2019, organizado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) en Santiago de Compostela.

Trastorno multifactorial

Los TRS de carácter obstructivo (de 1 a 23 meses de vida) son un síndrome de disfunción de la vía aérea superior durante el sueño caracterizado por ronquido y /o aumento de esfuerzo respiratorio que conduce a un aumento de la resistencia de la vía aérea superior y colapsabilidad faríngea.

Este síndrome engloba un conjunto de manifestaciones como ronquido primario, síndrome de resistencia de la vía aérea superior, hipoventilación obstructiva y síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), según la Declaración de la Task-Force Europea.

Entre ellas, el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) es la principal anormalidad en los niños de 1 a los 23 primeros meses de vida.

En concreto, se dice que un niño es roncador cuando lo hace más de la mitad de los días sin que esté resfriado, siendo entre el año y los 4 años la etapa en la que los ronquidos son mayores.

¿Es grave?

La forma de medir la gravedad de este síndrome es el índice de apnea-hipopnea (IAH), que son las apneas e hipopneas que se producen en total durante una hora de sueño.

En adultos, el término ‘apnea obstructiva del sueño’ (AOS) indica obstrucción intermitente de la vía aérea superior durante el sueño, lo que se refleja un índice IAH de más de 5 apneas/hipopneas por hora (IAH ⩾5 · h – 1), mientras que el término SAOS se refiere a casos con un IAH⩾5 episodios· h – 1 y, además, somnolencia diurna.

Algunos factores predisponentes son las deformidades craneofaciales, las enfermedades neuromusculares y los síndromes genéticos asociados a malformaciones.
Algunos factores predisponentes son las deformidades craneofaciales, las enfermedades neuromusculares y los síndromes genéticos asociados a malformaciones.

El ronquido, síntoma principal

El SAOS en niños se caracteriza por incluir un IAH obstructivo elevado y la presencia de síntomas de obstrucción de la vía aérea superior durante el sueño (ronquidos o respiración "ruidosa", o aumento del trabajo de respiración) de los que informan los padres o que se registran mediante estudios de sueño (polisomnografía nocturna).

De hecho, roncar o respirar "ruidosamente" es el síntoma más común relacionado directamente con SAOS durante los dos primeros años de vida, seguido por otros síntomas.

El ronquido habitual se define como la presencia de ronquido más de 3 noches a la semana y la prevalencia de ronquido en niños pequeños es del 9 por ciento en lactantes de 0 a 3 meses, del 15 por ciento en lactantes de 1 año y del 5,3 por ciento en niños de 2 semanas a 2 años, según uno de los estudios revisados, basado en información proporcionada por los padres.

Otro trabajo muestra como en los niños remitidos a hospitales, de menos de 18 meses, por hipertrofia adenotonsilar y SAOS, el síntoma más frecuente fue el ronquido, seguido de las apneas, los movimientos frecuentes durante el sueño, respiración bucal, despertares recurrentes, retraso del desarrollo y las infecciones respiratorias recurrentes.

Cansancio y bajo rendimiento escolar son las principales consecuencias de la apnea del sueño en niños. Pero también puede haber trastornos cardiovasculares. (Foto: demaerre / Getty Images/iStockphoto)
Muchas veces lo que le pasa a un niño durante el día es reflejo de lo que ha ocurrido por la noche Cansancio y bajo rendimiento escolar son las principales consecuencias de la apnea del sueño en niños. Pero también puede haber trastornos cardiovasculares. (Foto: demaerre / Getty Images/iStockphoto)

En particular, un estudio longitudinal realizado mediante cuestionario, la prevalencia de ronquidos alcanzó su punto máximo entre 1,5 y 2,5 años.

Aunque el ronquido o “respiración ruidosa” es el síntoma más frecuente del SAOS, en los niños menores de 2 años son frecuentes los síntomas diurnos, como dificultades en la comida o en el habla.

¿Qué consecuencias tiene?

El SAOS antes de los 2 años se ha asociado con:

  • Fracaso del crecimiento y desarrollo.

  • Menor desarrollo cognitivo.

  • Enuresis.

  • Más riesgo de desarrollar morbilidad.

  • Más riesgo de desarrollar hiperactividad alrededor de la edad de 7 años.

  • Y morbilidad cardiovascular.

Por otro lado, los antecedentes de eventos aparentes que amenazan la vida (ALTE por sus siglas en inglés) o eventos breves, resueltos e inexplicables (BRUE por sus siglas en inglés) pueden estar asociados con la presencia o desarrollo de SAOS. De ahí que sea importante diagnosticar estos casos y tratarlos.

Cómo se diagnostica

Se requiere un examen físico y del estado de cada niño, ya que este puede padecer laringomalacia (que remite de forma espontánea en el 80 por ciento de los casos), obstrucción nasal, hipoplasia mandibular marcada o craneoestenosis, desórdenes neuromusculares y diversos síndromes genéticos (acondroplasia, mucopolisacaridosis, la malformación de Chiari, el síndrome de Beckwith– Wiedeman, el síndrome de Prader-Willi o síndrome de Down), e hipertrofia adenoamigdalar (más frecuentemente a partir de los 6 meses de edad) que pueden favorecer el desarrollo de un trastorno respiratorio obstructivo durante el sueño.

La hipertrofia adenoamigdalar es la causa más frecuente de SAOS en niños mayores de 2 años, sin embargo en los niños menores de 2 son los factores predisponentes la causa más frecuente.

Asimismo, en el diagnóstico y para determinar su gravedad se aplican distintas pruebas, siendo fundamental el estudio de sueño (la polisomnografía nocturna), entre otras.

Qué soluciones hay

A menudo es necesaria una combinación de tratamientos destinados a la resolución de la causa predominante, como diferentes intervenciones quirúrgicas, como la adenoidectomía (o extirpación de las adenoides que obstruyen las vías respiratorias, a partir de los 3 meses de edad) y la amigdalectomía (o extirpación de las amígdalas que también pueden obstruirlas, a partir de los 6 meses de edad), entre otras cirugías, y la aplicación de la nCPAP o presión positiva nasal continua de las vías respiratorias aéreas, un sistema que emite un flujo continuo de aire que mantiene las vías aéreas abiertas del niño mientras duerme y previene así su obstrucción, siendo en los niños menores de 2 años la primera línea de tratamiento en muchos casos. Estos tratamientos son los que se aplican de modo más frecuente, de forma combinada.

¿Conocías la importancia de este trastorno? ¿Crees que tu hijo podría tener un TRS?

También puede interesarte:

Qué hacer si tu hijo moja la cama y errores que no debes cometer

Por fin vas a dejar de roncar y de despertarte por las noches

Estos son los seis trastornos que te quitan el sueño

Por qué debes contarle al neurólogo que no duermes bien

Fármacos para dormir, ¿peor el remedio que la enfermedad?

Tras el 'invisalign', un nuevo dispositivo revoluciona las consultas del dentista (y los dormitorios)