Millennials al rescate: cinco comedias que reivindican a la generación menos apreciada

Una escena de Starstruck, creada y protagonizada por la comediante Rose Matafeo
Una escena de Starstruck, creada y protagonizada por la comediante Rose Matafeo

Las ciencias sociales no se ponen de acuerdo en una definición taxativa. El corte etario que engloba a los llamados millennials, o personas de la generación Y, para algunos va de los nacidos entre 1982 y 1996: para otros esa franja se estira hasta 2000. Lo cierto es que como corresponde, las distinciones tajantes no se aplican en un tópico social que muta y se transforma todo el tiempo. Sin embargo, gracias a la TV -y a las redes sociales-, los millennials tienen caras, costumbres y actitudes que son en general retratados con cierta sorna por quienes no pertenecen a esa generación. Pero las cosas están cambiando, y las catalizadoras de la nueva tendencia son un grupo de mujeres talentosas y graciosas quienes, tanto detrás como frente a las cámaras, se pusieron como misión otorgarle razón y corazón a la generación menos apreciada.

Starstruck. Como comediante de stand up neozelandesa viviendo en Londres, Rose Matafeo estaba acostumbrada a crear chistes efectivos que combinaran su impecable timing para el humor con su interés por la cultura popular de su adolescencia y primera juventud. Esa a la que, a los 29 años, Matafeo todavía puede acceder sin problemas y la ayudó a crear a Jessie, la fantástica protagonista de Starstruck, una serie de seis episodios. En pantalla su personaje se divierte con la percepción que el mundo tiene de su generación: puede discutir con un cinéfilo sobre la película definitiva sobre el Holocausto -la húngara El hijo de Saúl, según ella-, y vanagloriarse de su escaso compromiso con el trabajo. Al mismo tiempo, su falta de ambición y responsabilidades comienza a afectarla cuando el romance con Tom (Nikesh Patel), le muestra lo que la adultez tiene para ofrecerle. Romántica, profunda e inmensamente divertida, Starstruck es una de las mejores representantes de la nueva comedia televisiva. Una temporada. HBO Max

Maya Erskine y Anna Konkle como las adolescentes en el centro de la comedia que ellas crearon
Alex Lombardi


Maya Erskine y Anna Konkle como las adolescentes en el centro de la comedia que ellas crearon (Alex Lombardi/)

Pen15. En las dos primeras temporadas de esta serie nominada al premio Emmy como mejor comedia, las adolescentes Anna (Anna Konkle) y Maya (Maya Erskine) atravesaron el huracán de las hormonas, el primer beso, la primera menstruación, el divorcio de sus padres y el modo en que los incipientes chats cibernéticos podían afectar su cotidianeidad. Una batería de temas que las actrices y creadoras del ciclo encararon a partir de una mirada tan personal como hilarante. El hecho de que Konkle y Erskine sean mujeres adultas interpretando a chicas de 14 años, rodeadas de en un elenco de actores de la edad de sus personajes, le otorga a la serie un giro extraño que pronto se revela como brillante. Todo transcurre en los años 90 y cada una de las experiencias de las mejores amigas produce una intensa vergüenza ajena, seguramente porque el espectador puede identificarla con el recuerdo de la propia. El experimento funciona como manual sobre el origen de las actitudes de los millennials y como recordatorio de que el cerebro de una adolescente tiene el potencial de ser un arma de autodestrucción masiva. Dos temporadas. Paramount+

Hannah Einbender y Jean Smart en una escena de Hacks
Hannah Einbender y Jean Smart en una escena de Hacks


Hannah Einbender y Jean Smart en una escena de Hacks

Hacks. Esta nueva serie de HBO Max es varias cosas: por un lado, la ficción creada por la guionista y directora Lucia Aniello retrata las dificultades de ser mujer en el mundo de la comedia. No importa si se trata de la consagrada Deborah Vance (Jean Smart) o la debutante Ava (Hannah Einbinder): para las mujeres, las oportunidades de triunfar como comediante o escritora de comedia son pocas y demasiado esporádicas. Por otro, la ficción también es una crónica de la batalla generacional entre Deborah y Ava, de los temas y puntos de vista que las separan y aquellos que las unen. La joven, una millennial típica -aunque, técnicamente ella se ocupa de aclarar, es una centennial-, está acostumbrada a quejarse de todo y todos sin hacerse demasiado cargo de nada. Pero lejos de ser el remate de los muchos chistes de la serie, la historia logra retratarla con profundidad y sensibilidad. Sí, puede que Ava se ponga un poco pesada con el excesivo consumo de agua de Deborah, pero también es la voz de la razón cuando se trata de señalar que el trato que reciben las mujeres en la industria del entretenimiento es misógino y degradante. Una temporada. HBO Max

Frankie Shaw en SMILF
Frankie Shaw en SMILF


Frankie Shaw en SMILF

Smilf. El recorrido de esta serie es tan inusual como complicado. Adaptada de un corto ganador del festival de Sundance por su creadora y protagonista, Frankie Shaw, el programa fue uno de los más celebrados de 2017. Un suceso indie que mostraba una cara inédita de la experiencia millennial. El personaje central, Bridgette (Shaw), es la madre soltera del pequeño Larry, al que intenta criar mientras se adapta a los cambios que sufrió su vida de veinteañera irresponsable tras tenerlo. Sin saber cómo equilibrar sus responsabilidades con sus deseos, la historia de Bridgette transcurre en un barrio trabajador de Boston, un lugar en el que todo el mundo se conoce y no son precisamente amables por eso. Con Rosie O’Donnell en el papel de su áspera mamá, Smilf (acrónimo en inglés de “Single Mother I’d Like to Fuck”), podría haber catapultado la carrera de Shaw más allá del circuito independiente. Sin embargo, las quejas expresadas por algunos actores sobre cómo el programa manejaba la grabación de las escenas de desnudos y la aparente discriminación sufrida por sus guionistas negros resultaron en la cancelación del ciclo y la suspensión del contrato que Shaw había firmado con la cadena ABC. Nada más millennial que ser arte y parte de la cultura de la cancelación. Dos temporadas. Paramount+

Aidy Bryant en Shrill.
Aidy Bryant en Shrill.


Aidy Bryant en Shrill.

Shrill. Ambientada en Portland, casi la meca de los millennials norteamericanos, la historia de Annie (Aidy Bryant), la joven periodista que lidia con la gordofobia, sus ambiciones profesionales y sus vínculos amorosos, fue creada por la propia Bryant, la productora Alexandra Rushfield y la escritora Lindy West a partir del libro de memorias de la última. Las experiencias personales y desgarradoras que experimenta Annie tienen un tono de verdad insoslayable porque en primera instancia está basadas en situaciones reales y además porque son interpretadas con prodigioso equilibrio entre el humor y el drama por Bryant, una de las más talentosas integrantes del elenco actual de Saturday Night Live. Cuando Annie comparte con Fran, su amiga y compañera de casa (Lolly Adefope), los detalles de su relación con el inmaduro Ryan (Luka Jones) y cómo éste la hace sentir la serie logra exhibir lo que significa pertenecer a la generación que al mismo tiempo que dice celebrar a los cuerpos no hegemónicos los fustigar sin piedad. Tres temporadas. HBO Max