Miren Agur Meabe apuesta por una literatura que valore la intimidad femenina

Guadalajara (México), 30 nov (EFE).- El mundo íntimo de las mujeres es valioso y puede aportar una mirada al mundo literario que no ha sido del todo valorada, afirmó en entrevista con EFE la escritora vasca Miren Agur Meabe en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México).

“La vida íntima y los (mundos) creados por mujeres se quedan en cuatro paredes, nunca han sido valoradas literariamente, todas las personas encerramos mundos ocultos que son valiosísimos y que muchas veces tienen muchos puntos en común, revalorizar la vida de las mujeres desde la óptica de las mujeres era un trabajo que estaba pendiente”, aseguró.

Agur Meabe (Lequeitio, 1962) recibió a EFE antes de una charla con jóvenes de educación media y antes de la presentación de su libro en castellano “Quema de huesos”, editado por primera vez en su lengua materna, el euskera, en 2019.

Se trata de un volumen de relatos que aborda la intimidad de la vida femenina y las vicisitudes a las que se enfrenta.

El material forma parte de un tríptico con su novela “Un ojo de cristal” (2014), traducido a varias lenguas, y el poemario posterior “Cómo guardar ceniza en el pecho” (2021), con el que ganó el Premio Nacional de Poesía, otorgado por primera vez a un libro en euskera.

La trilogía tiene la autoficción como hilo en común, una manera de escribir en la que la autora transmite sus experiencias ficcionadas para llegar a la vida de otras mujeres.

“En mi trabajo aparece un yo que a la vez es un yo imaginado, pero también se le suman los yos de muchas otras mujeres de mi generación, como si esa primera persona del singular se convirtiera en portavoz de otras mujeres que han tenido vivencias parecidas en cuanto a educación, familia y formas de posicionarse en las relaciones amorosas”, indicó.

CULTIVAR LA LENGUA

Agur Meabe ha escrito toda su obra en euskera y es ella misma quien la traduce al español como una manera de preservar lo más posible su lengua materna y a la vez dejar huellas de esta en las versiones que quedan en castellano, a manera de intercambio cultural.

“Es una forma de exportación cultural, si en nuestra vida cotidiana usamos tantos términos del inglés, por ejemplo, ¿por qué no hacerle saber a quien le interese cómo se dice madre, felicidad o alguna frase en euskera, también? Estamos en un mundo de fusión y esa fluidez ayuda también a la permeabilización, yo aprovecho esa oportunidad para hacer patria lingüística”, dijo.

Narrar en una lengua minoritaria pero valorada por miles de personas es para la narradora, además, un acto de amor, de modernidad y de cultivar un idioma que asemeja a una planta más pequeña en medio de un jardín.

“Es un acto de amor hacia la lengua de mi casa, hacia mi familia y mis raíces, escribo en euskera porque es un acto de compromiso con mi sociedad y con mi tiempo en el que una lengua como esta que ha sido debilitada por las circunstancias históricas, económicas y sociales necesita siempre ayuda para pervivir”, expresó.

Consideró que haber obtenido el Premio Nacional de Poesía es una manera de reconocer no solo la lengua vasca sino la cultura de esta región.

LITERATURA CONTRA PANTALLAS

Agur Meabe es también autora de literatura infantil y juvenil, un sector que es cada vez más cambiante influenciado por las pantallas y la inmediatez que ha impuesto la tecnología.

Para la narradora, crear literatura en este contexto es un reto pues las niñas y niños dependen de la imagen, de la rapidez y de la ansiedad de la respuesta.

“Todo lo quieren hace rápido y todas las respuestas tienen que ser inmediatas, eso se nota muchísimo en la gente joven y en los niños, los niños se han vuelto impacientes y esto es producto de una política global de hacer una especie de personas inquietas y que estén siempre en la superficie de las cosas y no en el interior”, aseguró.

Añadió que el reto es que la lectura se desarrolle en un espacio “de privacidad, de magia, de misterio y diálogo” en el que los lectores puedan reflexionar y profundizar aquello que no les ofrecen las pantallas.

La FIL tiene lugar hasta el 4 de diciembre con un nutrido programa que incluye 620 presentaciones de libros, 3.000 actividades literarias, académicas y científicas y la asistencia de 600 autoras y autores de 45 países.

(c) Agencia EFE