Yahoo Estilo Misiones está de moda. Las Cataratas volvieron a explotar de turistas, ¿serán demasiados?
Misiones está de moda. En el último feriado XXL de octubre ingresaron a la provincia 37.000 visitantes que dejaron 287,8 millones de pesos, con una permanencia promedio de tres noches y un gasto diario de $2700. Posadas e Iguazú tuvieron 100% su capacidad hotelera ocupada. La ciudad de las Cataratas fue el segundo destino más visitado en el país, detrás de Bariloche. La ciudad patagónica recibió 30.000 visitantes.
Es una de las provincias mejor preparadas para el turismo de fin de pandemia y tiene una joya natural, las Cataratas del Iguazú. Sin embargo, la atracción de las Cataratas, una de las siete maravillas del mundo, también supone un riesgo: su sobreexplotación.
El sábado 9 de este mes, el primer día del fin de semana extendido, el Parque Nacional Iguazú, donde están las Cataratas, fue un caos de gente. Ingresaron 7.524 personas. Desde la apertura posterior a la cuarentena y hasta diciembre de 2020, podían entrar 200 residentes de Puerto Iguazú y 300 misioneros por día, en cupos de a 50, cada 30 minutos. En enero de este año, el ingreso diario subió a 4.000 visitantes de todo el país, con la obligatoriedad de contratar un guía. El fin de semana del 9 de este mes se quitó la exigencia de un aforo limitado y explotó de gente, ingresando casi el doble de visitantes permitidos apenas siete días antes.
Destino repleto
Había colas para los baños, en los puestos de comida y hasta en las pasarelas. El clima lluvioso conspiró para hacer aún más dificultoso el tránsito. “Estaba repleto y la pasamos mal, no se podía estar, nos terminamos yendo. Deberían retomar la política de cupos”, se quejó Eduardo Pollitzer, un porteño que visitó Cataratas con su mujer y sus dos hijos.
“No queremos ofrecerle al turista la experiencia de un mal día, ese es nuestro desafío”, afirma Iván Piedrabuena, director general del ministerio de Turismo de Misiones, Delegación Iguazú. Habilitaron el turismo interno en julio de 2020 y en noviembre de ese año comenzaron a recibir visitantes de todo el país. “Hace meses que estamos listos y podemos decir que la reactivación es completa”, sostiene. “Hay una relajación en todo el país, que no nos agarra desprevenidos”, agrega.
“Trabajamos con el 60% de nuestra capacidad”, dice Ana Goti, gerente del Gran Meliá Iguazú, el hotel de lujo que tiene una vista privilegiada de las Cataratas, sobre el fin de semana XXL. “Fue el mejor fin de semana del hotel desde que comenzó la pandemia”, confiesa. “Dependemos del turismo internacional”, agrega. A la fecha aún no tiene ninguna reserva por fuera de nuestras fronteras, cuando en la prepandemia el turismo extranjero reservaba con hasta seis meses de anticipación. “Falta previsibilidad, a pesar de que seamos un destino seguro” sostiene.
Misiones tiene 30.000 plazas habilitadas. “Es un número superior a varios países vecinos”, aclara el funcionario del ministerio de Turismo. “El fin de semana XXL de octubre nos sirvió de experiencia para el verano”, dice Piedrabuena. Los números hablan por sí mismos y prenden una luz roja sobre el que se espera sea el destino más buscado en verano. La ocupación promedio de toda la provincia fue del 93% y las agencias de autos de alquiler tuvieron 100% sus flotas ocupadas.
Recorrer la provincia
“El turista llega en avión y recorre la provincia, antes no pasaba”, destaca Malvina Solís, Coordinadora de Acciones de Promoción Turística. El promedio de apenas tres días de estadía, sin embargo, es una clara señal de que la mayoría de los turistas limita su experiencia a las Cataratas.
Bellas, únicas y enceguecedoras, las Cataratas hechizan. En lo que va del año, 286.622 visitantes de todo el país ingresaron por las pasarelas del Parque Nacional Iguazú, hasta quedar a metros de la Garganta del Diablo en una platea exclusiva que se enfrenta al corazón de este espectáculo natural deslumbrante. En 2018, ingresaron 1.522.690 personas y en 2019, 1.635.237. En 2020, hasta marzo de ese año pandémico, el número escaló a 418.233.
Pero lo cierto es que el fin de semana XXL el Parque Nacional Iguazú tuvo momentos de desborde. “Las Cataratas tienen un grave problema: son demasiado brillantes”, afirma Juan Manuel Zorraquín, propietario del hotel de selva Posada Puerto Bemberg. Fascinantes, además de ser una de las siete Maravillas del Mundo de la Naturaleza, las Cataratas son Patrimonio de la Humanidad (declaradas por la Unesco) y también una de las siete Maravillas Naturales de la Argentina. Compartidas por Brasil, el 80% están de nuestro lado.
El encanto de las Cataratas es indiscutible, únicas en el mundo, su exuberancia de vida y entornos prístinos, las vuelven un destino perfecto. “Es nuestra Maravilla mundial”, destaca Piedrabuena, con orgullo. “No la podemos descuidar ni desaprovechar”, agrega.
Las puertas del Parque Nacional Iguazú, donde se encuentran miles de personas, es también la base de trabajo de todos los operadores turísticos. Es un mundo de gente. Un tren lleva a los turistas a diferentes paradas, se pueden ver las Cataratas por tres niveles, el superior es el más buscado. Utilizando pasarelas que penetran la selva y cruzan por un delta de aguas congestionadas, culminan en la boca misma de la atronadora e impactante Garganta del Diablo.
No se discute la belleza, sino el modo de acceder a ella. “No creo que colapse, pero el Parque Nacional Iguazú tiene problemas operativos”, dice Zorraquín. Su visión es crítica y apuesta a abrir el juego, mejorando la experiencia turística de Misiones, mostrando destinos emergentes. “Tenemos la oportunidad de demostrar que existe una provincia real y bella detrás de las Cataratas”, sugiere.
Demasiada gente
22.850 personas entraron al Parque Nacional durante los cuatro días de feriado de octubre. Son demasiadas. “Deberían gestionar de otra manera el flujo de visitantes”, sugiere Zorraquín. La pandemia dio nacimiento a un nuevo turista. “Quiere experiencias nuevas, auténticas, más lentas”, agrega. Su posada es una muestra de eso. Aislada y dentro de la selva, sobre el río Paraná, la propuesta se basa en desconectar del mundo. “Profundizar la búsqueda de algo diferente”, sostiene Zorraquín.
“El Parque Nacional Iguazú no puede manejar tanto flujo de gente”, reflexiona Zorraquín. “El mundo cambió y la licitación del Parque debe estar a la altura”, sostiene. Consultado por LA NACION, el Intendente del Parque Nacional, no quiso dar declaraciones.
“Hay un potencial gigante en toda la provincia y es el momento de desarrollarlo”, agrega Zorraquín. Su solución se basa en dos premisas: que todas las voces que trabajan en el parque sean escuchadas (guías, operadores turísticos, ONG´s proteccionistas) y que se desarrollen rutas internas. “Cataratas tiene el contexto del bosque atlántico, que es la selva, y esa selva tiene un arraigo cultural que está vivo y que no se conoce”, resume Zorraquin.
“La provincia de Misiones es la de mayor diversidad del país, y está atravesando un periodo de reinvención”, afirma Solís. Durante la pandemia, el turismo interno revalorizó destinos emergentes, miles de misioneros se movieron por su provincia, algunos conociendo por primera vez pueblos y atractivos. Misiones tiene tres millones de hectáreas de superficie, es un destino de pura naturaleza. “La pandemia ocasionó un derrame de visitantes hacia todo el territorio provincial”, señala Solis. No todo es Cataratas, existe un Lado B que se presenta como un abanico de caminos por tierra roja y selva que muestran un mapa rico en cultura, paisajes y diversidad.
“Tenemos dos aeropuertos que permiten entrar por Posadas y salir por Iguazú”, dice Solis. En el medio de ambas ciudades, caminos en buen estado (con ejes en las dos rutas nacionales, la 12 en la costa del río Paraná, y la 14, en la del Uruguay) llevan a circuitos que alargan la estadía del turista. Arroyos, saltos, comunidades Mbya guaraníes, gastronomía, lodges en la selva y huellas que llevan al corazón del “oro verde”: la yerba y el té. “Los destinos emergentes son productos experienciales que incluyen los cinco sentidos”, puntualiza Solis.
Road trip
El road trip para conocerlos puede comenzar en Posadas, con 12 kilómetros de costanera sobre el río Paraná, balnearios y restaurantes sobre la costa que apuestan por la gastronomía local, con recetas que fusionan la inmigración y las raíces guaraníes. El menú del restaurante Poytava ofrece Mbeju de hongos y Mandi´o pira, mandioca frita con pescado y hierbas.
En Generación Y es posible comer yacaratiá, la única madera comestible del mundo. Son sólo ejemplos. El camino puede seguir hasta Apóstoles e iniciar la Ruta de la Yerba Mate, visitando establecimientos yerbateros y estancias como Santa Inés, donde se originó toda la historia de este cultivo ancestral. La huella inmigrante se mezcla con caminos jesuíticos y la cultura guaraní.
El té también tiene su ruta, con epicentro en Oberá, donde están los teales más importantes. Durante un día se puede conocer todo el proceso de elaboración, con catas, comida típica y la posibilidad de realizar el propio blend.
Montecarlo es la capital nacional de la orquídea. En Wanda están las principales minas semipreciosas del país. El Salto Encantado es una caída de agua de 60 metros. En El Soberbio están los saltos de Moconá. En este territorio selvático, existen exclusivos lodges donde el contacto con la naturaleza es directo.
Más al norte, la selva se torna más espesa. En la ruta se ven los “pasafauna”, puentes aéreos para que crucen los monos. Al final del camino: Iguazú y las maravillosas cataratas. “Es nuestra madre insignia”, afirma Gustavo Alvarenga del lodge Ytororó. “Tenemos que ser muy responsables de cuidar nuestro medio ambiente”, agrega.
“La infraestructura está consolidada y el turista busca emociones únicas”, resume Ignacio Acha, gerente de Iguazú Jungle, concesionaria de los paseos náuticos del Parque Nacional Iguazú. Su excursión estrella es La Gran Aventura, una navegación extrema que penetra por saltos, rápidos y cascadas y se acerca hasta el corazón de la Garganta del Diablo. Están trabajando con el máximo de salidas.
