La moda de criticar gratuitamente en redes sociales cae en el sinsentido con Jennifer Aniston

“Bebé del nepotismo”. Es la descripción que muchos usuarios de redes sociales están utilizando para señalar a Jennifer Aniston en el aluvión de críticas que está recibiendo a raíz de sus últimas palabras. Y es que la estrella de Friends alzó la voz en contra de la fama moderna impulsada por redes como Instagram, YouTube y Tik Tok, despertando la ira viral que la acusa de elitismo y nepotismo.

Sin embargo, y en mi opinión, estamos ante otro caso de exageración viral en toda regla. Y es que solo hay que rascar un poco bajo la superficie para darle el sentido que merece.

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA - 8 DE DICIEMBRE: Jennifer Aniston posa con el premio Sherry Lansing Leadership Award en The Hollywood Reporter 2021 Power 100 Women in Entertainment, presentado por Lifetime en Fairmont Century Plaza el 8 de diciembre de 2021 en Los Ángeles, California. (Foto de Amy Sussman/Getty Images para The Hollywood Reporter)
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA - 8 DE DICIEMBRE: Jennifer Aniston posa con el premio Sherry Lansing Leadership Award en The Hollywood Reporter 2021 Power 100 Women in Entertainment, presentado por Lifetime en Fairmont Century Plaza el 8 de diciembre de 2021 en Los Ángeles, California. (Foto de Amy Sussman/Getty Images para The Hollywood Reporter)

Los comentarios de Jennifer Aniston surgieron durante una entrevista que concedió a Variety junto a Sebastian Stan, como parte de una sección periódica conocida como ‘Actors on Actors’, donde dos intérpretes charlan y se entrevistan mutuamente. En dicha conversación, la actriz de 53 años reflexionó sobre el impacto de Internet en la creación de celebridades modernas, señalando cómo personajes como Paris Hilton y Monica Lewinsky dieron forma a esta nueva manera de hacerse famoso.

Los actores se encontraban hablando de la famosa cinta de video sexual de Pamela Anderson y Tommy Lee filtrada en 1995 -y que sirve de base para la historia de Pam y Tommy, la serie que protagonizó Sebastian Stan para Hulu- cuando Jennifer Aniston comenzó a discutir el auge de internet como herramienta influyente en la creación de celebridades. La actriz reflexionó sobre cómo aquella filtración tuvo lugar en un periodo de cambio: “Fue en el momento que internet comenzó a dar forma a una nueva cultura sobre personas haciéndose famosas”.

Esa cosa de la gente haciéndose famosa por básicamente no hacer nada pero tener carreras increíbles. Y la reputación de la mujer… es decir, Paris Hilton, Monica Lewinsky, y demás” sentenció haciendo referencia a mujeres que sufrieron el señalamiento mediático por alcanzar el reconocimiento público a raíz de escándalos sexuales (Lewinsky por su romance con el entonces presidente Bill Clinton y Hilton con la cinta de video sexual filtrada en 2004).

Me siento tan afortunada por haber probado un poquito la industria antes que se convirtiera en lo que es ahora… Más servicios streaming, eres famoso por Tik Tok, eres famoso por YouTube, eres famoso por Instagram. Es casi como si estuviera diluyendo el trabajo del actor” añadió Aniston despertando, con sus palabras, la ira de las redes.

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Los usuarios de Twitter, sobre todo en habla inglesa, no tardaron en volcar sus reacciones, criticando a la actriz por ser un bebé del nepotismo, como si fuera la “protectora” de las puertas de Hollywood y su élite famosa. “Jennifer Aniston necesita calmarse con sus opiniones cuando su nepotismo la hizo entrar en la industria y ahora continua ganando $20 millones al año solo con la sindicación de un show que terminó hace décadas” escribe un usuario. “Echo de menos cuando solo podías hacerte famoso cuando ya eras privilegiada y rica’, es lo que quiso decir” escribe otro, siendo solo un par de ejemplos de los cientos de tuits que se pueden encontrar en la red del pajarito criticándola.

Y es que no solo la señalan de nepotismo y elitismo, sino también de lanzar una sombra gris sobre los nuevos “famosos” nacidos en redes sociales, defendiendo la nueva fama moderna impulsada por la viralidad, los videos caseros y las fotos perfectas de influencers. Personajes que hoy en día alcanzan una fama internacional que compite con grandes estrellas a la hora de cerrar acuerdos comerciales o publicitarios.

Sin embargo, me da la sensación de que la reacción de las redes es un acto a la defensiva de esos usuarios que consumen el viralismo de los nuevos famosos. Usuarios que, probablemente por edad o la era en la que nacieron, no vivieron el impacto que internet tuvo inicialmente en la cultura convirtiendo en personajes famosos a figuras que, sin internet en los 90 e inicios de los 2000s, jamás lo hubieran sido. Sí, como Paris Hilton y Monica Lewinsky. Es decir, sin el auge de Internet en los hogares del mundo, convirtiéndose en herramienta de consumo para la información masiva, el nacimiento de los medios online, la búsqueda de fotos y blogs, no hubieran tenido la misma repercusión. Tampoco Pamela Anderson hubiera vivido el estancamiento de los estereotipos que el video filtrado plantó en su carrera.

Eso es a lo que Jennifer Aniston se refería. Al cambio que internet produjo en los 90 en el concepto de ‘fama’ que, hasta el momento, solo tocaba la puerta de personajes que tenían una profesión puntual y que los relacionaba directamente con el consumo del público: el cine, la televisión, el arte, la música, el modelaje… No simplemente por ser guapo, tener una cinta de vídeo sexual o una relación con un famoso de turno. Aquel auge cambió las tornas para siempre, marcando el origen del giro cultural que vivimos ahora, donde las redes sociales han tomado el testigo como creadores de personajes famosos.

Aniston habla de una fama que era diferente por entonces y solo estaba reservada a los artistas, creando un círculo profesional quizás más exclusivo o de pares en la misma profesión. Y si bien puede sonar elitista, es simplemente la reflexión de una persona que vivió el cambio en sus orígenes, cuando para llegar lejos había que pasar por cientos de castings, buscar oportunidades, etc. Algo que los actores todavía deben seguir haciendo mientras los influencers de moda llegan a ese nivel de fama por otros derroteros, a primera vista, más accesibles. Es, básicamente, otra forma de decir ese refrán popular que reza que “todo tiempo pasado fue mejor”. Muchas personas pasadas cierta edad podemos comprender de sobra lo que quiere decir al haber sido testigos vivientes de otras eras donde, al final, las cosas se vivían de otra manera. Es la experiencia de cada uno y la etapa vivida lo que define la conclusión que cada uno quiera darle al paso del tiempo y los avances que conlleva. Pero, sin dudas, hay que vivir y tener unos años de experiencia para sentir este refrán en nuestras propias carnes. Y creo que aquí está la clave para comprender a Jennifer Aniston y su apreciación a la fama de antaño, a la que se accedía a golpe de éxito in crescendo, fracasando y levantándose, con la taquilla o las audiencias como único peldaño contable.

En cuanto al nepotismo, la red se equivoca. Y muchísimo. Es cierto que Jennifer Aniston es hija de dos actores, John Aniston y Nancy Dow. Pero ninguno fue una super estrella. Su padre se dio a conocer trabajando en telenovelas, pasó muchos años sin aparecer en pantalla y nunca llegó a las altas ligas de la industria como lo hicieron los padres de otras estrellas. Su madre tampoco, apenas salió en tres producciones de los años 60.

Es decir, Aniston no llegó a Hollywood simplemente porque sus padres le abrieron las puertas. Ella solita estudió arte dramático y trabajó en el circuito teatral independiente de Broadway mientras pagaba sus gastos trabajando como vendedora telefónica, camarera y mensajera. En sus inicios hasta aceptó un papel en la horrible Leprechaun (La noche del duende en España, 1993), de la que todavía se avergüenza (Independent). Friends llegó años más tarde, cuando llevaba cuatro programas de televisión fracasados. No porque sus padres le sirvieran la fama en bandeja de plata.

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