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Mortandad récord de ballenas en Puerto Madryn y una realidad desesperante: “No podemos evitar que esto suceda”

Un ejemplar de ballena franca muerto en la costa de Puerto Madryn
Un ejemplar de ballena franca muerto en la costa de Puerto Madryn - Créditos: @PININO ORRI

La muerte de 13 ballenas francas en los últimos diez días en las costas de Puerto Madryn, un santuario mundial de estos cetáceos, abrió interrogantes acerca del inusual fenómeno. El registro alcanzó un récord que superó las estadísticas de los últimos 50 años y la principal hipótesis es la presencia de una toxicidad en algas que forman parte del alimento de estos animales, en un fenómeno conocido como marea roja.

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La mortandad de ballenas motivó la intervención de organismos como el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) y el Centro Nacional Patagónico (Cenpat-Conicet), debido a que no se registró un índice similar en las cinco décadas que lleva el registro.

El índice de mortandad podría seguir creciendo, no solo porque los cetáceos seguirán alimentándose de algas inhabitualmente tóxicas, sino también porque muchas crías morirán al quedar sin sus madres
El índice de mortandad podría seguir creciendo, no solo porque los cetáceos seguirán alimentándose de algas inhabitualmente tóxicas, sino también porque muchas crías morirán al quedar sin sus madres - Créditos: @Paula Faiferman / ICB Argentina

“Es la primera vez que vemos este grado de mortandad, por lo menos desde que comenzamos nuestros estudios, en 1971. No hay registro de esta gran cantidad de ballenas muertas”, dijo Mariano Gironi, director del ICB a la agencia de noticias ADNSUR, de Chubut.

Desde que apareció el primer ejemplar muerto, durante el domingo 25 de septiembre, se acumularon 13 decesos en pocos días. Si bien siempre hay varamientos y decesos de ejemplares, especialmente de crías, en una región a la que esta temporada llegaron más de 1000 (un número que también se ubica por encima de la media anual) el fenómeno resulta de mucha preocupación.

El índice de mortandad podría seguir creciendo, no solo porque los cetáceos seguirán alimentándose de algas inhabitualmente tóxicas, sino también porque muchas de las crías morirán al quedar sin sus madres durante el crítico período de amamantamiento.

Aparición de ballenas francas muertas en el Golfo Nuevo
Aparición de ballenas francas muertas en el Golfo Nuevo - Créditos: @Macarena Agrelo / ICB Argentina

El director de Fauna de Chubut, Fernando Bersano, advirtió en declaraciones al diario Crónica de Comodoro Rivadavia que se avistaron otros dos cetáceos flotando en el mar, de allí que el número podría variar en las próximas horas.

La marea roja también es peligrosa para las personas, por eso la Secretaría de Pesca de la provincia emitió un alerta para prohibir que la gente recolecte y consuma moluscos obtenidos en zonas de playa de la región, ya que pueden resultar mortales.

Entre 45 y 90 veces más elevada

Mientras se aguardan los resultados finales de las necropsias practicadas sobre los ejemplares muertos, la principal explicación para el flagelo se vincula con una inusitada cantidad de toxinas en las algas.

Pinino Orri, capitán ballenero, ayudó a amarrar una ballena y llevarla a la costa para su estudio, en Puerto Pirámides
Pinino Orri, capitán ballenero, ayudó a amarrar una ballena y llevarla a la costa para su estudio, en Puerto Pirámides - Créditos: @PININO ORRI

Según informa el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la marea roja es un fenómeno que se produce cuando se concentra un número extraordinario de microorganismos productores de toxinas en el mar, junto con determinados factores del medio ambiente (temperatura, luz, pH, disponibilidad de ciertos nutrientes y salinidad, entre otros) que se tornan favorables para su multiplicación. “Estos microorganismos producen toxinas que envenenan a peces, mariscos y mamíferos”, indica el organismo oficial.

Si bien se trata de un fenómeno habitual, que aparece en las temporadas de primavera-verano, este año se produjo de un modo más intenso, por factores que también son motivo de estudio.

Fabián Gandón, intendente de Puerto Pirámides, la pequeña localidad que resulta base para los avistajes, precisó que en esta temporada se detectaron niveles de extraordinariamente elevados de toxicidad: mientras el promedio habitual es de entre 400 y 600 módulos (conocidos como “unidades Ratón”) en el Golfo Nuevo, donde se ubican esa ciudad y Puerto Madryn, se detectaron 18.000. Un poco más al norte, en el Golfo San José, se hallaron 36.000.

Especialistas analizan los cadáveres de las ballenas en las costas de Puerto Madryn
Especialistas analizan los cadáveres de las ballenas en las costas de Puerto Madryn - Créditos: @Macarena Agrelo / ICB Argentina

Como las ballenas se alimentan de algas que se han visto afectados por la toxina, la situación es prácticamente incontrolable. “Las ballenas se alimentan de esas algas, que tienen una tonalidad anaranjada, y no podemos evitar que esto suceda”, describió el jefe comunal.

“No sabemos a qué se debe la situación, si al cambio climático o algún otro factor, por lo que esperamos a conocer el informe de los científicos en las próximas semanas”, dijo el funcionario en declaraciones a radio Del Mar de Comodoro Rivadavia.

También fue fundamental el análisis de la calidad del agua que consumen los habitantes de Puerto Pirámides, que proviene de desalinización de agua de mar, que se habían dejado en suspenso desde el inicio del fenómeno, la semana pasada.

Aparición de ballenas francas muertas en el Golfo Nuevo
Aparición de ballenas francas muertas en el Golfo Nuevo - Créditos: @Macarena Agrelo / ICB Argentina

Sin embargo, en las últimas horas un análisis de la Dirección Provincial de Salud Ambiental y el Instituto de Hidrobiología arrojaron resultados negativos para la presencia de toxinas y microalgas en el agua de red, proveniente de las plantas de ósmosis inversa instaladas en la localidad.

Por qué llegan las ballenas a la península

Cada año, la temporada de avistaje de la ballena franca austral se realiza entre junio y noviembre, ya que centenares de ejemplares llegan a la Península Valdés para el nacimiento de sus crías. Se trata de aguas tranquilas, que ofrecen refugio para el ciclo natural, luego de 12 meses de gestación.

Mientras las hembras miden entre 13 y 16 metros de largo, los ballenatos pueden medir hasta 5 metros al momento de nacer. El período de amamantamiento es también de un año de duración.