Netflix: Mucho, mucho amor retrata con guante de seda al astrólogo Walter Mercado

Mucho, mucho amor (EE.UU. / 2020). Dirección: Cristina Costantini, Kareem Tabsch. Fotografía: Peter Alton, Rich Briglia, Chris Campa, Eduardo Mariota, Xavier Medina, Jochi Melero. Duración: 96 minutos. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: muy buena.

Envuelto en capas suntuosas y cubierto de joyas, Walter Mercado anunciaba el horóscopo a miles de televidentes de toda América latina y los Estados Unidos. Su teatralidad, excentricidad y carisma lo convirtieron en una figura popular en los 80 y 90 hasta que despareció de la TV.

Mucho, mucho amor es un documental, dirigido por Cristina Costantini y Kareem Tabsch, dedicado a contar la historia de Mercado, quien falleció el año último, desde sus comienzos en Puerto Rico hasta la pelea feroz con su exmanager por un contrato leonino, que le impidió al astrólogo utilizar su nombre e imagen durante años.

El respeto y admiración de los realizadores por su protagonista es palpable, pero también lo es la inteligencia y sutileza con la que se acercan a cuestiones más sensibles de la vida del protagonista. Mercado, que se prestó completamente para el documental y abrió su casa, recibe un tratamiento con guantes de seda, aún en el cuestionamiento sobre el negocio del horóscopo por teléfono del que fue la cara en los 90. Los directores no evaden el tema, preguntándole por las predicciones y él contesta que nunca le decían a los clientes que iban a ganar la lotería o casarse. A continuación, un material de archivo publicitario, muestra al propio Mercado prometiendo ese tipo de pronóstico. Finalmente, una entrevistada echa la culpa de todo al malo de la película, el exmanager, Bill Bakula.

La elegancia y cuidado con el que el documental trata a su personaje principal es óptimo cuando se trata de tocar el tema de la sexualidad de Mercado. Hay un énfasis en lo revolucionario y libre que fue el astrólogo con su imagen no binaria, aunque él no se haya definido así. Se pone en contexto su negación a hablar públicamente sobre su sexualidad y él mismo habla sobre el tema, pero se subraya su importancia como un pionero de la representación LGTBQ+ en la televisión.

La última parte del documental toma un tono un tanto elegíaco, al mostrar a Mercado poco antes de su muerte y resulta de menor atractivo para quien no tiene una conexión emocional con el personaje. Algo que no sucede con el resto de la película, que es un entretenido retrato de Mercado, capaz de generar interés en quien no lo tenía a priori por su carrera y figura. Esto se debe en gran medida al carisma y lo enigmático que resulta el astrólogo, pero está sostenido por los elementos formales con los que los realizadores construyen el relato: el uso de animaciones con estética de cartas de tarot y gran cantidad de material de archivo, seleccionado y editado con cuidado y mucho, mucho amor.