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Netflix: Diario de un gigoló es una telenovela policial de muy bajas calorías

Jesús Castro y Victoria White, protagonistas de Diario de un gigoló.
Jesús Castro y Victoria White, protagonistas de Diario de un gigoló. - Créditos: @Gentileza Netflix

Diario de un gigoló (México/2022). Director: Valeria Ambrosio, Mariano Ardanaza, Martín Fisner. Guion: Sebastián Ortega, Silvina Frejdkes, Alejandro Quesada. Fotografía: Sergio Dotta. Música: Diego Monk. Elenco: Jesús Castro, Victoria White, Fabiola Campomanes, Francisco Denis, Begoña Narváez, Eugenia Tobal, Adriana Barraza, Carlos Portaluppi, Carla Pandolfi. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: regular.

A medida que avanzan cada uno de los diez capítulos que componen la primera (¿y única?) temporada de Diario de un gigoló es inevitable asociar el concepto de la serie con aquellos libros de bolsillo, económicos y de fácil consumo, que se compraban para pasar el rato cuando la televisión terminaba antes de la medianoche.

Las historias que contenían esas novelas -muchas veces firmadas con seudónimo- solían ser policiales que prolijamente abarcaban todos los tópicos del género: estaba el sospechoso seductor, la chica sexy, el marido perverso, la hija inocente, los investigadores confundidos, un montón de personajes secundarios flojos de papeles y, por supuesto, un crimen que ponía a cada uno de ellos bajo un manto de sospecha. Recién en el epílogo algún hecho fortuito hacía encajar, más o menos, las piezas del rompecabezas. Igual que acá.

Emanuel (Jesús Castro), de profesión gigoló en una empresa regenteada por Minou (Adriana Barraza), es arrestado por el asesinato de una de sus clientas, Ana (Fabiola Campomanes, recordada por El juego de las llaves). El cuerpo fue encontrado en su departamento y, aunque él asegura ser inocente, nadie le cree.

A medida que avanzan los testimonios la historia se complica. Ana le había pedido a Emanuel que sedujera a su hija Julia (Victoria White), de personalidad introvertida y nula interacción social. Emanuel se hace rogar pero al final acepta, decisión que hace explotar de celos a Florencia (Begoña Narváez), hija de Minou y amante de Emanuel. Y como si todo no fuera ya lo suficientemente retorcido, una subtrama suma como sospechoso a Víctor (Francisco Denis), el inescrupuloso segundo marido de Ana, que también es responsable de un laboratorio que lanzó al mercado una droga de letales efectos secundarios.

Así, Diario de un gigoló se sumerge en las manipuladoras aguas del policial tradicional, aportando en cada capítulo la dosis de confusión necesaria para poder encubrir al asesino o asesina hasta el último tramo. Y aunque tenía todo para convertirse en un thriller erótico, elige no arriesgarse tanto sumando, eso sí, moderadas pinceladas de sexo más cuidado que carnal, como para no defraudar a aquel espectador que llegó a la serie por su título, sin tener idea de qué se trataba su argumento.

La serie muestra el mundo de placeres y excesos en torno a los escorts masculinos.
La serie muestra el mundo de placeres y excesos en torno a los escorts masculinos. - Créditos: @Gentileza Netflix

Producida por Underground Producciones y Telemundo Streaming Studios, con Sebastián Ortega como alma pater, el elenco internacional hace pie en España, México y la Argentina. Entre la fuerte presencia nacional se destacan Victoria White (que brilla con el personaje más complejo e interesante de la propuesta), Eugenia Tobal, Carlos Portaluppi y Carla Pandolfi.

Con el evidente objetivo de penetrar a nivel internacional a través de la oportuna vidriera que le brinda Netflix, Diario de un gigoló sigue el camino fast food de otras producciones de la plataforma como Oscuro deseo o ¿Quién mató a Sara? Aunque, hay que decir a su favor, que a diferencia de estas, acá sí hay una identidad revelada y una conclusión. Lo que no es poco, pero tampoco suficiente.