Ni los fans rescatan a 'Star Wars' del abismo

Cassian Andor (Diego Luna) en Andor de Lucasfilm, exclusivamente en Disney+ del universo de Star Wars. ©2022 Lucasfilm Ltd. & TM. All Rights Reserved.
Cassian Andor (Diego Luna) en Andor de Lucasfilm, exclusivamente en Disney+. ©2022 Lucasfilm Ltd. & TM. All Rights Reserved.

Desesperados. Así parecen estar los responsables de la marca Star Wars en Disney+. O al menos es la conclusión que podemos sacar tras conocer la decisión sin precedentes que han tomado. Porque cuando queda un episodio para concluir la emisión de la primera temporada de Andor (se estrena el 23 de noviembre), han decidido abrir sus alas y llevarla al público a través de otros servicios, siendo la primera vez que Disney+ se apunta al cruce de plataformas con un producto propio.

Si bien podríamos concluir que siguen apostando por Andor tras las buenas críticas recibidas, y confían en que exista más audiencia dispuesta a darle una oportunidad más allá de su catálogo de pago, no podemos dejar de lado las cifras que evidencian el gran abismo al que se enfrenta Star Wars.

Y es que esta serie protagonizada por Diego Luna como el piloto rebelde que conocimos en Rogue One: Una historia de Star Wars, no ha colado entre los fans. No al nivel de The Mandalorian o con datos de audiencia similares a los de sus predecesoras, El libro de Boba Fett y Obi-Wan Kenobi. Los ratings calculados por Nielsen (vía Boundingintocomics) demuestran que la serie se ha posicionado al final, o incluso ni siquiera aparece, en la lista del Top 10 de series del streaming más vistas en EE. UU. Por ejemplo, los tres primeros episodios estrenados el 21 de septiembre acumularon 624 millones de minutos visionados cuando Dhamer arrasaba en Netflix con 3.658 millones de minutos. Impresionante. A pesar de que Andorfuera uno de los estrenos más fuertes de aquella semana, también la superaron Cobra Kai en Netflix, La casa del dragón en HBO y El señor de los anillos en Prime Video. Incluso una serie como Destino: La saga Winx estuvo por encima cuando terminó siendo cancelada. Básicamente, Andor ni aparecía entre las 10 series más vistas.

Pero es que ni siquiera el boca a boca, los aplausos de la crítica y la buena recepción de quienes le dimos una oportunidad, sirvieron para mejorar los datos. En otras palabras, los datos evidencian que la inmensa legión de fans que regaló récords para The Mandalorian, El libro de Boba Fett y Obi-Wan Kenobi pasaron de ella. Por ejemplo, la semana del 16 de octubre los datos de Andor habían bajado a 405 millones de minutos visionados. Era la séptima serie más vista pero por detrás de The Watcher (Netflix), El señor de los anillos, Dahmer, El club de medianoche (Netflix) o She-Hulk (Disney+).

Disney aseguró en un comunicado de prensa que la decisión de lanzar los dos primeros episodios de Andor en otros servicios forma parte de una “celebración” por el inminente final, y para “ayudar a dar el pistoletazo de salida a las vacaciones de Acción de Gracias” en EE. UU. Se verán en abierto en el canal propiedad de la casa, ABC, así como en FX, Freeform y Hulu. Sin embargo, personalmente a mí todo esto me habla de un embrollo que relaciona a los fans de Star Wars y en el que Disney y Lucasfilm se han metido solitos.

Hablo del desgano que provoca la saturación. Porque después del éxito de las dos temporadas de The Mandalorian, la compañía continuó con sus planes de expansión del universo creado por George Lucas. Había que rentabilizar la creación de la plataforma y aprovechar la marca que compraron en 2012. Y con el descanso cinematográfico que impuso el final de la saga original en 2019 con Star Wars: El Ascenso de Skywalker, Disney y Lucasfilm se pusieron manos a la obra. Por un lado dándose el tiempo suficiente para desarrollar nuevas ideas para el cine, que serán dirigidas por nombres destacados como Taika Waititi, Rian Johnson y Patty Jenkins, pero también expandiendo el universo en el streaming. Y así, en apenas un año -2022- fuimos testigos de tres series. Las dos primeras muy esperadas, que fueron un éxito rotundo para el servicio, pero crearon un abismo que ha terminado por alejar a muchos fans.

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Porque El libro de Boba Fett y Obi-Wan Kenobi agotaron y, en algunos casos, hasta decepcionaron. Estábamos ante dos series anticipadas (en el caso de la segunda, solicitada a gritos virales por los fans), pero el resultado fueron productos anclados en fórmulas que no contagiaron el entusiasmo de estar ante una saga que avanzaba de forma prometedora. El libro de Boba Fett transmitió un vacío imperante que denotaba la urgencia por expandir el universo pero sin cuidar la profundidad narrativa. Mientras que Obi-Wan se quedó anclada en el pasado, removiendo la vieja fórmula de recurrir a los Skywalker en lugar de innovar con nuevas historias.

Sin embargo, los fans les brindaron el beneficio de la duda y se volcaron de lleno a descubrirlas. Por ejemplo, el final de temporada de Boba Fett fue visto por 1.5 millones de hogares, un 36% más que el desenlace de la segunda temporada de The Mandalorian (Deadline Hollywood). Mientras que la serie de Obi-Wan la superó en un 20% con su final (Deadline). Sin embargo, en mi opinión, estos datos nos hablan del furor que solía provocar la saga, del cariño de los fans y el afán por seguir a rajatabla el universo que Disney estaba expandiendo. Pero lo cierto es que la recepción no fue tan positiva como las cifras. Muchos fans criticaron ambas propuestas por los motivos detallados, y otros también, dándole bajas puntuaciones en sitios agregadores de críticas. Como RottenTomatoes, donde El libro de Boba Fett cuenta con un puntaje del 55% del público y Obi-Wan Kenobi se quedó en un 63%. Muy por debajo del 92% de The Mandalorian.

Con tantos spin offs, secuelas e historias que no terminan de romper con la barrera de la nostalgia como hizo The Mandalorian, muchos terminamos desgastados. Conozco varios fans del universo galáctico que después de la decepción que sintieron con las series mencionadas, viendo más de lo mismo tras el hype previo que se vivía en el ambiente, decidieron pasar olímpicamente de Andor. Yo misma lo reconozco: me encantaron los primeros cuatro episodios y me pareció una apuesta original, atrevida y arriesgada que por fin denotaba el intento de Lucasfilm de tomar nuevos caminos, sin embargo, tiré la toalla. Dejé de verla. No porque la serie sea mala, sino porque no puedo sacudirme el desgano y la sensación de saturación starwariana.

El desarrollo inestable de las dos series anteriores hizo que el entusiasmo que se vivió en 2015 por el retorno y renovación de la saga prácticamente desapareciera, y comenzara una etapa de hartazgo por haber pasado tantos años viendo más de lo mismo. Que si Luke Skywalker, que si la princesa Leia de pequeña, que si el Halcón Milenario, que si cameos del pasado… una y otra vez. La repetición al final aburre y ni siquiera una marca como Star Wars se puede salvar de ella. Al final, han saturado a los fans y Andor terminó pagando los platos rotos cuando es la serie que menos merecía la poca atención que ha recibido.

Cuando comparamos las cifras de Andor con sus predecesoras, y teniendo en cuenta la decisión sin precedentes de Disney, me pregunto si el desgaste ha quemado el universo de las series que habían iniciado con tanto ahínco y en el que tanto apostaron. Ahora que están en pleno proceso de buscar nuevas direcciones para el cine, ¿podrán romper con este desgano y devolvernos a las salas dentro de unos años? En principio Disney tiene dos largometrajes agendados en sus planes inmediatos, con estrenos previstos para diciembre de 2025 y 2027. Sin embargo, con esa legión de fans tan alejada de los datos previos (y en un mismo año), ¿lograrán recuperarlos?

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