No, el frigorífico no se organiza solo: así es como debes hacerlo

La nevera es ese electrodoméstico de tu casa donde viven un yogur y un pepino. Bueno, al menos casi todo el año, aunque hay veces que les salen “amiguitos” en forma de otros alimentos que te ayudan a llevar una alimentación más saludable… Lo cierto es que la tengamos surtidita o no, la nevera suele ser uno de los electrodomésticos a los que menos atención prestamos. ¿Por qué? Porque solemos pensar que con meter las cosas dentro es suficiente. Y no. No es así. Hemos acudido a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición del Ministerio de Sanidad español para reconocer nuestros errores más habituales y que hacen que las bacterias puedan amenazar nuestras viandas.

En cada uno de los estantes debe ir un tipo de alimento / Maxpixel.
En cada uno de los estantes debe ir un tipo de alimento / Maxpixel.

La puerta abierta no pinta nada. Imaginamos que esto ya lo sabías, pero hay veces en las que, con la excusa de estar metiendo cosas o de “ahora voy a por la leche para el café”, la dejamos abierta de par más de la cuenta. La temperatura óptima debe estar entre los 0 y los 5 grados.

No lo cargues más de la cuenta. No juegues al Tetris con el frigorífico, cargándolo como si no hubiera un mañana y tapando incluso la lucecita. Intenta que los alimentos estén separados entre sí para que corra el aire y que la carga sea razonable respecto a la cantidad de comida que necesitamos en casa. Lo de llenarla como si viniera una guerra nunca es buena idea…

Cada cosa, en su sitio. Cada estante tiene su por qué. En el nivel superior debemos colocar los alimentos cocinados (sobras de comida envasadas, recipiente con conservas no utilizadas en su totalidad, etc.); el del centro es el ideal para huevos, lácteos y embutidos, mientras que en el nivel superior se disponen las frutas y verduras.

Lo mejor es no sobrecargar el frigorífico / Goodfreephotos.com
Lo mejor es no sobrecargar el frigorífico / Goodfreephotos.com

Mejor todo tapado. No dejes la comida al descubierto. Utiliza envases y tapas para evitar que los alimentos crudos “contaminen” los alimentos cocinados o listos para el consumo. De esta forma, también solucionarás esa indeseada transferencia de aromas que a veces se produce. ¿O es que a alguien le gusta el arroz con leche con perfume de sardinas?

Si vas a descongelar alimentos, ponlos en el estante de arriba. Siempre dentro de la nevera; nunca fuera y, sobre todo, colócalos en la parte superior de la cocina. De esta manera, evitarás que la carne o el pescado que están ‘reviviendo’, dejen su ‘marca’ sobre otros alimentos.

Limpia los churretones, anda. Cualquier posible derrame o goteo que se produzca en la nevera hay que limpiarlo de inmediato. Son un caldo de cultivo ideal para bacterias y, si queremos minimizar este riesgo, mejor darse un poco de vidilla…

Lo primero que entre debe ser lo primero que deba salir. Esta máxima tiene que ver con el sentido común. Se trata de consumir primero los productos que tienen una fecha de caducidad más inminente. Para que no nos olvidemos, ayuda bastante el colocar los alimentos más recientes al fondo y los que llevan más tiempo en el frigorífico, en primer término. Así de fácil.