'Obi-Wan Kenobi' deja claro que es hora de que Star Wars suelte

Star Wars pasa por su momento más álgido en cuanto a la producción de contenido, pero no todo ha ido sobre ruedas para la saga desde que esta cayó en manos de Disney. Aunque Star Wars: El despertar de la fuerza se convirtió en uno de los eventos cinematográficos más importantes del siglo XXI, la división que generó Los últimos Jedi, el fracaso estrepitoso del spin-off de Han Solo y la caída de la taquilla de El ascenso de Skywalker hicieron replantear su estrategia a la casa Mouse, cuya intención pasaba por erigir al universo de George Lucas como una franquicia de varias películas anuales siguiendo el rumbo exitoso de Marvel.

Aprovechando la explosión del streaming, Disney convirtió a Star Wars en uno de sus productos estrella para el lanzamiento de Disney+, que aterrizó en Estados Unidos a finales de 2021 con The Mandalorian como uno de sus principales atractivos. El éxito fue innegable, volviendo a obtener un beneplácito de crítica y fans que se tradujo en su renovación y en la creación de spin-offs como El libro de Boba Fett. Pero este buen resultado también le hizo ver a la compañía del ratón Mickey que su plataformas de streaming y el formato de serie de televisión eran clave para volver a generar ilusión por Star Wars.

Así, proyectos de películas como el spin-off de Obi-Wan Kenobi pasaron a convertirse en una ficción televisiva para Disney+. Sin embargo, ni el formato serie salva a ideas huecas del descalabro ni es beneficioso para cualquier historia, como bien deja claro el reciente estreno de esta serie protagonizada por Ewan McGregor. Y creo que se debe a dos razones muy claras.

Ewan McGregor como Obi-Wan Kenobi en la serie de Disney+ (Foto: Matt Kennedy / Lucasfilm Ltd)
Ewan McGregor como Obi-Wan Kenobi en la serie de Disney+ (Foto: Matt Kennedy / Lucasfilm Ltd)

La primera, es que es notorio que este proyecto no estaba ideado para emitirse en formato serializado. Tras haber visto el primer episodio, siento que toda la información que se nos da en sus 50 minutos de duración perfectamente podría haberse resumido en unos 10 o 15. Las escenas se alargan en exceso y siento que la información argumental que se nos está dando aporta entre poco y nada. Además, el alargar innecesariamente la historia también se traduce en deber repartir más el presupuesto entre capítulos y que la calidad de la producción sea inferior a la que acostumbran las películas, como bien dejan ver los escenarios faltos en detalle, el maquillaje tan pobre de personajes como el Inquisidor o su falta de espectáculo.

Pero creo que el principal problema se encuentra en esta vacuidad argumental que menciono, donde está la razón de mayor peso por la que pienso que Obi Wan-Kenobi es una de las producciones más flojas de Star Wars de la era Disney. Al menos, de momento. Y es que a nivel de trama estamos de una ficción que vuelve a lo mismo de siempre: la historia de los Skywalker y su legado. En consecuencia, da la sensación de que no tiene nada nuevo que aportar a lo que hemos visto un trillón de veces en cada una de las entregas de la saga galáctica.

La serie se sitúa en un punto medio entre La venganza de los Sith y Una nueva esperanza, sirviendo de nexo entre la trilogía de precuelas y la saga original, sin embargo, al menos el primer episodio, todo se limita a Obi Wan-Kenobi vigilando a un pequeño Luke, al lado oscuro de la fuerza tratando de localizarlo y a ver la niñez de Leia junto a la Casa Organa. Esto me deja claro que ya no parece haber más material con el que explotar las tramas de los Skywalker, que cada vez que se intenta apelar al sentimiento nostálgico y recuperar a todos estos personajes míticos las tramas acaban repitiéndose una y otra vez. Y llega un punto en el que aburre, como bien me ha pasado con esta serie.

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Creo que el mejor ejemplo lo vemos en el punto argumental donde Obi-Wan decide dejar de operar en las sombras y pasar a la acción, momento en el que somos testigos de otro secuestro a la Princesa Leia y de una nueva operación de rescate, lo que viene a ser repetir el mismo esquema del Episodio IV que Disney ya trató de emular con El Despertar de la Fuerza. Es un problema que el estudio lleva arrastrando desde que se hizo con Lucasfilm y me atrevo a calificarlo como una de las cuestiones que más desconexión ha generado a los espectadores con la saga.

Entiendo que el Episodio VII tomara como referencia al Star Wars clásico para recuperar la pasión por la saga y atraer a nuevos espectadores, como haría el reboot de cualquier saga. Pero una vez pasado este punto la franquicia debió de haberse lanzado a explorar nuevos terrenos, como bien intentó Rian Johnson con muchos de los cambios polémicos de Los últimos Jedi. Yo no soy nada fan del Episodio VIII, pero he de decir que muchas de las ideas que plantó sobre la mesa eran muy necesarias, como ese desligamiento de la fuerza y los Jedi de las líneas familiares para atribuirlo al valor personal.

Esto, además de la muerte de Luke, suponía un punto de ruptura con las tramas de los Skywalker y llevaba a Star Wars a nuevas ideas que hubieran supuesto un soplo de aire fresco. Sin embargo, por la controvertida recepción de la película, Disney dio marcha atrás. Y no solo obvió las novedades de Los últimos Jedi para el Episodio IX, sino que volvió a centrar la película en el legado de los Skywalker e incluso a recuperar personajes que poco o nada tenían que aportar en este punto como el Emperador Palpatine. Pero esto no se quedó aquí, porque incluso en spin-offs como The Mandalorian que funcionaban muy bien por sí solos también se lanzaron en traer de vuelta a Luke. Y es algo verdaderamente agotador.

Con la cantidad de libros, cómics o videojuegos que hay sobre el universo de Star Wars y que se lanzan a explorar tantos rincones del enorme universo de George Lucas, no entiendo cómo Disney continúa empeñada en centrar sus grandes producciones en el mismo monotema. Por ejemplo, no me explico que todavía no hayamos visto nada de la Antigua República, una de las etapas galácticas más tratadas en los materiales alternativos de la saga y que aún no ha tenido su hueco en el audiovisual.

Además, incluso creo que en producciones pequeñas animadas como La remesa mala o Star Wars: Rebels hay mucho mejor material que el que estamos viendo en las series y películas en acción real. Al final, se tratan de historias situadas en contextos conocidos por el público como las Guerras Clon o la transición entre trilogías desde nuevos puntos de vista, permitiendo esa estrategia que parece buscar Disney de apelar a lo que el público adora de Star Wars desde diferentes y novedosas perspectivas. No obstante, como bien deja ver la serie de Obi-Wan Kenobi, difícilmente van a volver a encontrar eso en los Skywalker y su entorno, ya que está todo tan trillado que más allá del sentimiento nostálgico es casi imposible generar interés. Creo que va siendo hora de que la saga deje descansar su legado en paz y abrirse a nuevas ideas.

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